En este apartado nos vamos a
centrar en una cuestión que muchos historiadores pasan de soslayo. ¿Por qué la
sede metropolitana de Lugo tenía tan pocas iglesias? Siendo Lugo la segunda
ciudad por importancia en el reino suevo, solo por debajo de Braga, únicamente
tenía cuatro iglesias. El parroquial (Divisio
Theomiri) nos dice que en tiempos del rey Theodomiro se incrementó el
número de diócesis de ocho a trece, dividas en dos sedes metropolitanas: Braga
y Lugo. No se sostiene que siendo Lugo una sede metropolitana tenga solo cuatro
iglesias dependientes, a no ser que en su diócesis apenas hubiera feligreses,
lo cual concordaría con la fortaleza del priscilianismo, del paganismo y del
arrianismo.
Veamos en detalle el número de
iglesias dependientes de cada diócesis.
Sede metropolitana de Braga: Braga (30), Porto (25), Lamelo
(6), Coimbra (7), Viseo (9), Dumio (1), Idanha (3).
Sede metropolitana de Lugo: Lugo (4), Ourense (10),
Astorga (10), Iria (7), Britonia (2). Las cuatro iglesias de Lugo se han
identificado con las siguientes.
Lugo: sede metropolitana y antigua
diócesis.
Carioca: existe una
unanimidad en identificar esta ecclesia con el municipio
de Quiroga.
Sevios: M. Díaz y Díaz
propone localizar esta parroquia en Suegos, en Pol, cerca de Lugo. Sobre este
topónimo García Moreno[1]
nos ofrece una interesante reflexión filológica:
“La forma lingüística del primero (Seuios)
puede ser indicio de su antigüedad. Efectivamente, la vocalización en e
del gentilicio de los Suevos no se documenta en las fuentes
latinas de la época, que prefirieron remontarse a la forma bien atestiguada en
latín desde los tiempos de César en ue. Sin embargo, la vocalización en e
debía estar mucho más cercana a la pronunciación que daban de ese
nombre en su lengua germánica gentes que se decían de esa misma estirpe
popular, en la que la silbante iba seguida de una semivocal en función de
consonante(w), que los trascriptores latinos del
etnónimo-topónimo no habrían sabido conservar. Es decir, el asentamiento de ese
grupo de suevos en la zona de Lugo habría debido realizarse en los primeros
momentos de su penetración galaica, hacia el 411”.
Cabarcos, situada por algunos autores en
Barreiros y otros en la parroquia de homónima del municipio leonés de Sobrado[2].
Siguiendo la distribución
propuesta por Sánchez Pardo, vemos que las actuales provincias de Lugo y la
Coruña estaban vacías de comunidades católicas, solo la llegada de los britanos
llenó, levemente, este vacío con sus dos iglesias. De las cuatro iglesias de la
diócesis de Lugo, dos están más próximas a Ourense que a Lugo y la tercera está
en León. ¿Un poco absurdo asignar estas iglesias a Lugo y no a las diócesis más
próximas? ¿Cómo justificar todo un metropolitano (arzobispo) con tan escasa
mies? El precepto evangélico, la mies es
mucha, mas los obreros pocos, en la diócesis de Lugo no se cumplía. Había
arzobispo, obispo auxiliar, canónigos, párrocos, coadjutores, diáconos, lectores,
acólitos, exorcistas…, pero solo tres iglesias, si no contamos la misma sede metropolitana,
además separadas a más de 80 km. La inexistencia de iglesias en lo que
corresponde a la mitad Norte de Galicia llamó la atención a Pablo Díaz Martínez[3],
que en un primer análisis apunta a la baja cristianización en el caso de Lugo,
para después añadir: “aunque resulta arriesgado reducir la explicación a estos
extremos”. Posiblemente, el sustrato del nacionalcatolicismo aun pesa entre el
profesorado universitario.
La hipótesis de una Galicia
norteña no católica, mayoritariamente pagana, prisciliana, arriana y tolerante
con la diversidad concuerda con los numerosos concilios celebrados en Braga y
Toledo condenando la irreductible heterodoxia de los hispanosuevos[4].
Solo un Norte no católico acogería sin recelos a los emigrantes britanos, los
cuales por su particular catolicismo céltico eran mal acogidos en otros lares.
No les quedó otro remedio a los prelados de la Iglesia-estado que admitir la
jefatura de Mailoc, con su autonomía en materia de disciplina y ortodoxia, para
llenar un territorio donde el catolicismo romano no existía.
[1]Luís A. García Moreno, La Iglesia y
el cristianismo en la Galecia de la Época Sueva. En Antig. crist. (Murcia)
XXIII, 2006, págs. 39-55, pág. 42.
[2] José Carlos Sánchez Pardo, Organización Eclesiástica y
Social en la Galicia Tardoantigua. Una Perspectiva Geográfico-Arqueológica del Parroquial
Suevo.
[3] Pablo Díaz Martínez, opus cit., marcador: 75%
[4] Los reyes suevos paganos y arrianos respetaron la
libertad de cultos. Luís A. G. Moreno, La Iglesia y el
cristianismo en la Galecia de la Época Sueva, pág. 43: “Como se ha señalado
con acierto, nada conocido de la política de Hermerico y su hijo Requila
implica una actitud militante anticristiana, ni concretamente anticatólica”.