Los
romanos consideraban a las tribus germánicas constituidas por agrupaciones de
personas vinculadas por lazos de consanguinidad. Los germanos en su desplazamiento
desde el Norte, hacia el Oeste, el Este y el Sur, fueron integrando poblaciones
de orígenes étnicos diferentes (celtas, bálticos, alanos, escitas, etc.). Los
romanos al designar a los grupos bárbaros utilizaron nombres étnicos, muchas
veces supuestos o imaginarios, otras veces sacados de fuentes griegas muy
antiguas y por tanto obsoletas al haber cambiado la composición étnica.
La
mayoría de los romanos y griegos que hablan de los germanos nunca estuvieron en
Germania, el mismo Tácito nunca estuvo en Germania, escribió en base a las
historias que le narraban los viajeros, los mercaderes y los soldados. La
etimología de la palabra germano es poco clara, son muchas las interpretaciones
que se presentan y pocas las pruebas lingüísticas sólidas en las que se
fundamentan. Una de las más difundidas dice que los habitantes de la Galia
denominaron “germanos” a los vecinos más belicosos, teniendo en cuenta su forma
de gritar, gar=gritar y mani = hombre. Por su parte Estrabón dice que el
vocablo germano viene de auténticos, genuinos (VII, 1, 2). Por lo basta que era
la región denominada Germania por los grecorromanos, es de esperar que no todos
los pueblos que la habitaban fuesen germanos (de origen germánico, con cultura,
religión y lengua germánica). Cornelio Tácito en su célebre Germania (4,1,3)
escribe: “los germanos al no haberse mezclado en matrimonio con otras naciones,
habían conseguido mantener una raza pura caracterizada por sus fieros ojos
azules, cabellos rubios, cuerpos grandes y su capacidad para adaptarse al
hambre y al frío”.
Con
el tiempo las fuentes romanas fueron actualizando los nombres de las
tribus y de las confederaciones. Un
ejemplo es el término suevo, el cual fue usado en un principio casi, como
equivalente a germano, ya que la mayor parte de las tribus germánicas eran
agrupadas por las fuentes romanas como suevos. Hacia el siglo V el término
alamanes era aplicado a las tribus que antes eran clasificadas como suevas.
La
movilidad de las tribus hacía más difícil su identificación. A principios de la
era común, en la zona norte hasta el
Vístula se hallaban los frisio, los címbrios, los chaucos, los lemovios, los
vándalos y los godos. Los Vándalos desde el Vístula emigraron hacia el
Dniester, ocupando zonas de Silesia y Pomerania los vándalos silingos, mientras
los vándalos asdingos se encontraban entre Rumanía, Hungría y Eslovaquia. La
confederación de los suevos se encontraba entre el Rin y el Elba, incluyendo
pueblos como los cuados, los teutones, semmones y hermunduros. Los francos, que
podría significar “hombres de coraje” fue una confederación tardía de tribus
del bajo y medio Rin, subdividiéndose en salios en el norte, en la actual
Bélgica y los ripuarios del sur que habían servido ampliamente al ejército
imperial.
Los
godos fueron calificados como escitas por muchas de las fuentes grecoromanas (se
apoyaban en el testimonio de Herodoto), al haber ocupado un territorio próximo
a la actual Ucrania, donde en la época del rey Ateas, 430 a.e.c. los escitas crearon
un poderoso reino. En su época de mayor expansión, los godos ocuparon la región
entre los ríos Danubio, Dniester y Dnieper.
Los
alanos eran situados por Amiano Marcelino en su libro XXIII entre el río Don y
el Bósforo, donde entraron en relación con las colonias griegas del mar Negro.
Los alanos eran de etnia irania y eran descritos como rubios, de ojos azules y
piel sonrosada.
Los
hunos eran clasificados como escitas por autores como Zósimo y Sinesio de
Cirene, lo cual hoy en día es refutado. En la actualidad los investigadores
consideran a los hunos como parte de los pueblos mongoles, que los chinos
nombraron como Hsiung-un, cuyos ataques dieron lugar a la construcción de la
Gran Muralla China. En su avance llegaron en el siglo IV al mar Negro,
invadiendo los territorios donde se asentaban los vándalos, los godos, sármatas
y los alanos.
Fuentes:
Rosa Sanz Serrano, Historia de los Godos. Un epopella histórica de Escandinavia a Toledo. Editorial Esfera, sección Historia.
Luis A. Moreno, Historia de la España Visigoda, Editorial Cátedra.
Fuentes:
Rosa Sanz Serrano, Historia de los Godos. Un epopella histórica de Escandinavia a Toledo. Editorial Esfera, sección Historia.
Luis A. Moreno, Historia de la España Visigoda, Editorial Cátedra.
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