lunes, 2 de enero de 2017

5. La Patria Primigenia de los Godos y sus Migraciones



El historiador Piteas, natural de la colonia griega de Masilia, en la actual Marsella nos dice en su obra El Periplo, que los gutones habitaban inicialmente las costas del Mar del Norte (el Báltico), en las actuales Noruega, Suecia y la famosa isla del ámbar, Götland. Por sus altas latitudes, nos aporta el dato de que los días de verano duraban más que en la tierras del sur de Europa.

Herodoto, considerado por Cicerón como el padre de la historia, nos dice  en su Historia (4, 94-95) que existieron getas inmortales en las proximidades de Tracia y el mar Negro.
Plinio, Estrabón y Ptolomeo, sitúan a los gutones o guti, dentro de los pueblos germánicos, pero no poseían fuentes propias, limitándose a recoger la información aportada por otros historiadores más antiguos.

Por su parte, Tácito si poseía fuentes propias, aunque nunca estuvo en Germania, lo cual reduce el valor de su obra Germania, aunque es la única que estudia con amplitud la sociedad germánica de finales siglo I. Para Tácito los germanos conservaban los valores y virtudes de los antiguos romanos: austeridad, dignidad, valor militar, sacrificio, etc. Tácito situaba a los gutones en las regiones del océano al norte.

Procopio en la Guerra de los Vándalos (3, 2-3), los llamaba gauten, originarios de la isla de Thule, en las regiones más septentrionales, descendientes del dios de la guerra Gaut. Procopio dice que vándalos y godos tiene el mismo origen, siendo semejantes físicamente, de piel clara, rubios y altos; comparten las misma leyes, tradiciones y religión. El militar romano Casiodoro estuvo al servicio del rey ostrogrodo Teodorico, en ese tiempo pudo escuchar una serie de tradiciones orales de los godos, recopiladas por Ablavio, a partir de las cuales escribió una obra sobre la historia de los godos, hoy desaparecida, que fue la fuente principal que utilizó Jordanes para escribir su Gética, o de Origine actibusque que Getarum, redactada alrededor del 551 para el rey ostrogodo.

Según Jordanes los godos eran originarios de una isla situada en la desembocadura del río Vístula, que daba al Océano del Norte, por el cual se comunicaban con la región de los sármatas, entre la vasta llanura que se extiende entre Germania y Escitia. El clima era muy duro, habitando esta región pueblos salvajes como los vagoths, finnes y suehans. Por la dureza del clima y la poca fertilidad de la tierra una parte de los gauthigoths, los descendientes del Dios Gaut, emigró en búsqueda de mejores tierras, dividiéndose en tres grupos: los greutingos o gentes de la costa, los tervingos o gentes del bosque y los gépìdos. La leyenda dice que se hicieron a la mar en tres naves distintas y desembarcaron en la Gothiscandica, región que según Jordanes es la matriz de los pueblos. Allí lucharon con los pueblos nativos y con los vándalos, razón por la que Jordanes atribuye la rivalidad ancestral entre godos y vándalos. Fracasada su expedición a Gothiscandica, los godos comenzaron a deambular, hasta que su séptimo rey Filimer, los llevó a la región de los escitas, donde lucharon con  éxito contra muchos pueblos para conseguir asentarse en  la costa del mar Negro. Jordanes nos dice que en esta región se produce la división de los godos en dos ramas: los ostrogodos o godos del este y los visigodos o godos del oeste. Los ostrogodos elegían a sus reyes entre los miembros de la familia de los Amalos o “celestiales”. Entre los visigodos destacaba la familia de los Baltos, los “osados”. P. Heather opina que esta división era puramente geográfica, no étnica ni lingüística, causada por el avance arrollador de los hunos que apresaron a una parte de los ostrogodos, mientras los visigodos se replegaron hacia las fronteras del Imperio Romano. Para autores como Isidoro de Sevilla solo había un pueblo, el godo, siendo los visigodos y los ostrogodos términos que hacían referencia a dos estructuras políticas.


Poco sabemos de la cultura material de los godos antes de su entrada en el Imperio Romano, como primera aproximación, podríamos asemejarlos al resto de los germanos. En la iconografía conservada del arco de triunfo de Constantino, en las columnas de Trajano y de Marco Aurelio, los germanos son representados con pantalones y blusas, las mujeres con vestidos de lana y largos cabellos sueltos. Tácito en su célebre Germania (19, 23; 46, 3) describe el complicado moño que llevaban los guerreros suevos. En cuanto a su aspecto físico, Sidonio Apolinar, que vivió con los francos establecidos en las Galias, dice que eran de cabelleras rojas, recogidas en coletas, de ojos azules y bigote. Los godos eran famosos por sus espadas, las lanzas de acometida de dos metros y las hachas, parecidas a las franciscas de los francos. Utilizaban escudos redondos o rectangulares, las cotas de malla se reservaban para los guerreros de familias ricas, por su elevado precio.

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