domingo, 29 de diciembre de 2019



Comentario al Völuspá

Hoy vamos a reflexionar sobre uno de los versos más intrigantes del Völuspá
9. Jugaban en sus patios, y estaban alegres,
no les faltaba en absoluto el oro
hasta que vinieron tres doncellas gigantes,
todas ellas odiosas, desde el Jötunheim.

La llegada de las tres Nornas supuso el final de la edad de oro de los Dioses. Hasta su llegada gozaban de una vida sin preocupaciones disfrutando de juegos, sin pensar en su destino. Los Dioses crearon una avanzada civilización, presidida por grandes palacios, templos, santuarios, industrias (forjas en las que producían grandes riquezas). Las Nornas son descritas como horribles gigantas procedentes de Jötunheim. Con ellas el destino, esa fuerza incontrolable que condiciona la vida de los Dioses y los humanos, entra en acción. ¿Por qué ahora y no antes? ¿Como fuerza de la naturaleza no debería estar presente desde la formación del Cosmos? Da la impresión de que las Nornas llegaron a Asgard como consecuencia de la actividad de los Dioses. Los Dioses al vencer al Caos primigenio, dando lugar a una civilización, hacen que se manifieste el Destino, el cual viene a ser una variante débil del Casos, al ser parcialmente predecible y controlable. En la naturaleza existe la Entropía, una magnitud que nos mide el desorden de un sistema macroscópico en función del número de microestados compatibles. La Entropía también nos informa de la evolución de los sistemas físicos y su destino final. Tanto los Dioses como los humanos, al actuar sobre la naturaleza aumentamos el orden en una zona determinada, pero a escala cósmica, el desorden medido a través de la entropía aumenta. El segundo principio de la Termodinámica nos dice que la cantidad de entropía del universo se incrementa al pasar el tiempo. Las Eddas nos muestran una visión trágica de la vida de los Dioses y los hombres, la cual es refrendada por la Termodinámica. Wotan encarna esa lucha despiadada contra el Ragnarök, que los físicos nos vaticinan con destinos finales para el Cosmos como el Big Freeze, Big Crunch, Big Bounce, etc. Una vez más los textos mitológicos nos revelan una verdad que la ciencia ha tardado miles de años en constatar. La grandeza de los héroes reside en que se rebelaron contra el Destino, con gestas que aun retumban en nuestros oídos. Los finales felices no son para los ásatruár, no puede haber vida sin muerte, ni felicidad sin desdicha, ni triunfo sin fracaso, ni gloría sin sufrimiento, ni placer sin dolor.


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