Derribando Mitos Cristianos: la conversión de los visigodos
Una de las principales fuentes para
conocer la vida de los germanos en Hispania en el periodo entre el 409 al 469
es la obra de Hidacio, obispo de Chaves, conocida como el Cronicón de Hidacio.
Uno de los mitos más extendidos por la
historiografía cristiana es el que dice que los godos se convirtieron al
cristianismo arriano antes de su llegada a Hispania. Esta afirmación, como toda
generalización necesita ser matizada para encontrar la verdad. ¿Qué entendemos
por cristiano? ¿La persona que es bautizada por imposición legal como sucedía
en la España de Franco, en la que por ley todo español tenía lo obligación de
ser católico? Los reyes godos comprendieron que en sus relaciones con el
Imperio les convenía, para ser tenidos como sujetos jurídicos con derechos y
deberes, adquirir la condición de cristianos. Por este motivo, se hicieron
arrianos sus reyes y no católicos, pues en aquella época los emperadores
Constancio II y Valente eran arrianos. ¿Qué define el carácter cristiano de una
persona? Según el precepto evangélico, por tanto arriano como católico, un
cristiano se conoce:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros
con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los
conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?”
Mateo 7,15.
Esto hicieron los godos a los que la historiografía califica
de cristianos:
“Theudorico se encamina con su ejército a Braga, última
ciudad de Galicia, y el día quinto antes de las Calendas de Noviembre (28 de
octubre), que era domingo, entra en ella y la saque de manera incruenta, pero
bastante triste y lamentable. Apodéranse los Godos de gran número de cautivos
romanos; destruyen las basílicas de los Santos; roban y derriban los altares;
arrojan de allí a las vírgenes del Señor, pero sin deshonrarlas; despojan a los
clérigos de sus vestiduras, llegando hasta la desnudez del pudor; tienen a
hombre, mujeres y niños confundidos unos con otros; expulsan de los lugares
santos a todos los que en ellos se habían refugiado, y convierten en establos
de jumentos, ovejas y camellos; todo lo cual trae a la memoria lo escrito
acerca de los castigos con que la ira del cielo afligió a Jerusalén. Año 456.”
Cronicón de Hidacio, traducción del latín del Dr. Marcelo Macias, Orense 1906.
Pág. 47.
Vemos que los godos respetan a las personas, su saqueo
es incruento, pero se afanan en la destrucción de templos y altares cristianos.
Esta conducta nos dice que los godos no sentían ningún apego por lo cristiano,
es más lo aborrecían y por eso lo destruyen. Un arriano no destruiría una
imagen de Cristo, ni un altar al dios de Moisés. Esta conducta solo se puede explicar
desde el paganismo, de un pueblo que desprecia el proselitismo y la imposición
dogmática de la Iglesia católica, que tanto le gustaba al autor del citado
texto, al obispo Hidacio, célebre por sus persecuciones contras priscilianos,
maniqueos y donatistas. Según la historia oficial, escrita por cristianos, los
visigodos se convirtieron en el año 375 e.c. Debió ser una conversión falsa,
puramente política, pues ochenta años después los godos disfrutan destruyendo
símbolos sagrados para los cristianos y esto no les representa ninguna
sensación de pecado ni el más mínimo remordimiento o miedo por la condenación
eterna.
Este hecho no es puntual se repite en la toma de Mérida,
Palencia y Astorga. Veamos como narra esta última el obispo Hidacio.
“Hábiles aquellos en el dolo y el perjurio [se refiere a los
godos], y atentos a lo que les ordenaba, dirigense a Astorga ─la cual había
sido saqueada ya por las tropas de Theudorico que, so color de cumplir órdenes
de los Romanos, habían penetrado en ella─ y fingiendo arteramente, con su
acostumbrada perfidia, iban en son de paz, y que la expedición que les estaba
confiada, tenía por objeto combatir a los suevos que habían quedado, entran en
la ciudad, e inmediatamente pasan a cuchillo a gran número de habitantes de
todas las clases y condiciones; destruyen las santas iglesias; destrozan y
derriban los altares, apoderándose de todos los ornamentos y objetos sagrados;
hacen cautivos a dos Obispos que allí se encontraron, a todo el clero…”
Cronicón de Hidacio, opus cit., pág. 50.
Claramente los godos actúan como no cristianos, destruyen con saña
todo lo que representa cristiano. Como en aquella época el agnosticismo y el
ateísmo solo se daba en contados estudiosos de la filosofía griega, tenemos que
concluir que los godos eran paganos; término acuñado por los cristianos para
referirse a las gentes del campo que permanecían fieles a la espiritualidad
ancestral. En nuestro caso, los godos como pueblo germánico, por su lengua,
origen, tradición y cultura material, debía ser ásatrú.
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