Las völvas y los chamanes gozaban de un alto estatus en
las sociedades germánicas y nórdicas. Respetados y a la vez temidos vivían
apartados de la sociedad debido a las poderosas fuerzas que manejaban. La
práctica del arte de la magia y de la profecía requiere una unión psíquica con
la fuente de este poder, una comunicación directa con el mismísimo Wotan. Por
esto, no es raro que las sagas islandesas y las novelas artúricas nos presenten
a las völvas y a los chamanes como personas con ciertas taras físicas debidas
al peso de las fuerzas psíquicas que deben domeñar. Como un herrero tiene unos
poderosos brazos y manos deformadas por los asperos golpes que lanza sobre el
yunque, el manejo de las fuerzas psíquicas deja su huella sobre el cuerpo y la
mente del iniciado en los misterios del wotanismo.
Wotan no lo sabe todo, pero si lo investiga todo, él es
el modelo del hombre y la mujer ásatrú y por ende de la völva y del chaman. Las
altas ciencias de la profecía y del chamanismo no se logran de forma gratuita,
si Wotan ofreció sin rechistar uno de sus ojos para beber en la fuente de Mimir
y logar la ciencia de ver el pasado y el futuro, qué sacrificios habrá tenido
que realizar el humano que se inicia en los misterios del wotanismo. Por esto,
ambas profesiones gozan de un respeto sagrado entre los ásatrú. Las sagas nos
dicen que la cuenca vacía de Wotan paralizaba de terror a sus enemigos, de la
automutilación surgió el arte del Seidhr, por el cual no solo conoce el futuro,
sino que puede cambiarlo dando muerte, enfermedad o si lo desea fuerzas e
inteligencia a quien no las posee.
“Odín
podía hacer que en la batalla sus enemigos se volvieran ciegos o sordos o
llenos de temor, y con sus armas no cortaban más que con palos, y sus hombres
iban sin cotas de malla y estaban rabiosos como perros o lobos, mordían sus
propios escudos, eran fuertes como osos o toros; mataban a la gente, y ni el fuego
o el hierro los afectaba; eso es llamado furor de berserker” Ynglingasaga,
capítulo VI.
Tácito
en su Germania, cap. VIII, nos habla del papel de las profetisas en la sociedad
germana. “De manera que algunas veces, según ellos cuentan, han restaurado las
mujeres batallas ya casi perdidas, haciendo volver los escuadrones que se
inclinaban a huir, con la constancia de sus ruegos […] porque aun se persuaden
de que hay en ellas un no sé qué de santidad y prudencia, y por esto no
menosprecian sus consejos ni estiman en poco sus respuestas. Así lo vimos en el
imperio de Divo Vespasiano, que algunos tuvieron mucho tiempo a Veleda en lugar
de diosa. Y también antiguamente habían venerado a Aurinia y a otras muchas, y
esto no por adulación, ni como que ellos las hicieran diosas, sino por tenerlas
por tales”.
En
este fragmento de Germania ─la principal fuente para conocer la sociedad germánica
durante el Imperio romano─ nos dice que las opiniones de las mujeres eran muy
valoradas y por la forma como lo cuenta se intuye que más que en Roma; lo cual
está en consonancia con el papel que asumía la mujer de tomar las armas si la
situación lo demandaba. El otro punto importante es el papel de las profetisas
o völvas, a las cuales las tenían por diosas. Nos cita dos profetisas Veleda y
Aurinia, solo de la primera tenemos noticias, las cuales resumimos.
Veleda
era natural de la tribu de los Brúcteros, situada al N.O. de Alemania, entre
los ríos Lippe y Ems (Renania del Norte-Westfalia). Aprovechando la lucha por
el poder en Roma en el año 69 e. c., en el que se coronaron cuatro emperadores,
la provincia de Germania inferior quedó desguarnecida. Un príncipe germano al
servicio de Roma, con mando en tropas auxiliares, se sublevó. Su nombre era
Cayo Julio Civilis ─recordemos que Cayo Julio Arminio era un príncipe germano
que ascendió al estamento de los équites y era el hombre de confianza del
general Publio Varo Quintilio al que traicionó y derrotó en la batalla de
Teutoburgo─ y se cuenta que fue la völva Velena quien le predijo su victoria
sobre los romanos y el fin de su Imperio. C. J. Civilis con la seguridad que le
ofrecía la profecía se sublevó y consiguió el hito de derrotar a dos legiones
romanas al mando de Mumio Luperco en Castra Vetera y capturar 24 barcos de la
flota del Rin. Las tropas auxiliares desertaron en masa y se unieron a Civilis,
asesinando al general Marco Hordeonio Flaco. En estos momentos los sublevados
controlaban la Galia y la Germania Romana y parecía cercano el cumplimiento de
la profecía de Velena, pero entre las tribus surgieron disensiones. El
liderazgo de Civiles no se impuso y los sublevados no se lanzaron a dar un golpe definitivo al poder romano.
Una vez que Vespasiano derrotó a sus contrincantes envió un claro mensaje a
Civilis, o se sometía plenamente o sería doblegado. Civilis, como hijo de
Germania, no admitía vivir en servidumbre y optó por continuar la sublevación.
Un poderoso ejército al mando de Quinto Petilio Cerial sometió sin lucha a las
tropas amotinadas en Germania. Civilis y sus fieles buscaron cobijo en la
fortificada Augusta Treverorum (Tréveris) donde fueron aniquilados y nada nos
dicen las fuentes del final de Velena y Civilis.
La
Saga de los Ynglingos nos dice en el capítulo VII:
“Odín
cambiaba de forma, entonces se quedaba su cuerpo como dormido o muerto, y era
pájaro o animal, pez o serpiente, y en un momento viajaba a países lejanos para
sus asuntos o los de otros hombres. Además sabía hacer con sus palabras que se
apagara el fuego, o calmar el mar o dirigir los vientos en la dirección que
quería, y poseía el barco que se llamaba Skídbladni, con el cual recorría
grandes mares, pero podía enrollarlo como un pañuelo. Odín tenía consigo la
cabeza de Mímir, y le daba noticias del otro mundo, y a veces levantaba hombres
muertos de la tierra y dominaba a los ahorcados; por eso era llamado señor de
los espectros o señor de los ahorcados; tenia a dos cuervos que había domado
con palabras; volaban a lo largo y a lo ancho de la tierra y le decían muchas
novedades. Por estas cosas era extraordinariamente sabio. Todas estas
habilidades las enseñaba con runas y con los poemas que se llaman
encantamientos; por eso los Ases son llamados magos. Odín tenía la capacidad de
procurarse gran poder y él mismo fomentaba lo que se llama magia, por eso podía
saber el destino de los hombres o cosas malas como para causar la muerte a los
mismos, desgracia o sufrimiento, como para quitar a los hombres la razón o la
fuerza y dárselo a otros”.
Este
fragmento nos revela la dimensión chamánica de los poderes de Wotan. El dejar
su cuerpo como dormido o muerto y adoptar la apariencia de un animal, viajando
a otros países nos recuerda el trance extático del chaman siberiano. Pero no
queda aquí, vemos que el mismísimo Wotan se sometió a un ritual de iniciación:
“Sé
que pendí nueve noches enteras del árbol que mece el viento; herido de lanza y
Odín ofrecido ─yo mismo ofrecido a mí mismo─ del árbol colgué del que nadie
sabe de qué raíces arranca. Ni pan me tendieron ni copa alguna; fijo en lo
hondo miré; las runas alcé, las gané entre gritos; caí a la tierra de nuevo”.
Hávamál 138-139.
El
fruto del dolor y el sufrimiento fueron las runas, entre gritos, las alzó el
Alfather. Cayó de Yggdrásil, la iniciación se había completado. Wotan estaba
rejuvenecido, con un vigor que nunca había experimentado y con el todo Midgard.
Poco
se sabe del chamanismo nórdico, se parte de la premisa de que debió ser similar
al siberiano, el cual aun está vivo. Esto no es improbable si tenemos en cuenta
que los germanos al llegar a Escandinavia entraron en contacto con las
poblaciones nativas, los finougrios. La principal obra sobre chamanismo es la escrita
por Mircea Eliade en 1951 titulada “El Chamanismo y las Técnicas Arcaicas de
Éxtasis”. La tesis central de Eliade es que el chamanismo surgió de una
religión ampliamente distribuida por Asia Central y Siberia durante el
Paleolítico, la cual se extendió a través del estrecho de Bering a Alaska y
Norteamérica.
Los
chamanes contactan con las fuerzas psíquicas logrando un cauce de comunicación.
Este trasvase de energía les permite controlar el flujo del tiempo, profetizar,
interpretar la psique y realizar viajes astrales entre distintas dimensiones.
El chamán es un mediador entre la realidad cotidiana (física) y la realidad
extrasensorial o psíquica. Para lograr esta mediación debe dominar las técnicas
del trance extático (salir fuera del estado normal). Una vez situado en el
mundo de las fuerzas psíquicas (dimensión espiritual) obtiene de estas fuerzas
poder para curar dolencias incurables para la medicina convencional, riquezas,
manipular el destino de una persona…
Los
conjuros no eran tomados a broma por los escandinavos a tenor de lo que nos
dice el Hávamál en las estrofas 146 a 164. Odín declara que gran parte de su
poder procede de los conjuros que él sabe. Su propio nombre se relaciona
etimológicamente con el sustantivo óđr que significa canto, poesía, como
adjetivo significa furioso. Odín posee conjuros para casi todas las actividades
de la vida: remedios de curandero, desatarse de ligaduras que aprisionan sus
extremidades, desviar el vuelo de una lanza, volver la brujería contra el que
la hace, si las llamas prenden un edificio salvar a sus ocupantes, eliminar el
odio entre hermanos, salvar un barco de la tormenta, hacer desaparecer a la
brujas, llevar a sus amigos a la victoria, devolver a la vida a un ahorcado…
Una
vez revisado que nos dicen textos como las Eddas, las Sagas y Germania nos
preguntamos qué son una völva o un chaman en la sociedad actual. Si nos tomamos
en serio los textos, ambos oficios son importantes, tanto que Wotan y Freyja
los ejercen. Siempre han existido echadoras de cartas, videntes, médiums, pero
la reciente popularidad de todo lo relacionado con los vikingos ha aflorado
personas que dicen ser völvas o chamanes. Unas son farsantes que se publicitan
por internet y canales de TV. Otras son personas que sinceramente creen que
poseen estos poderes y buscan ayudar a otros. Pero una cosa es tener un don
para empatizar con personas que sufren depresión o enfermedades y darles un
consuelo y otra muy distinta es tener una conexión personal con los Dioses y
las energías psíquicas. ¿Qué características deben suponerse en una völva o un
chaman? Digo suponerse porque yo no soy ni lo uno ni lo otro y, por tanto, solo
puedo guiarme por lo que nos dicen los textos. Ambos han de haber superado
pruebas iniciáticas terribles que les han dejado marcas imborrables. Los
chamanes de Canadá permanecían colgados varios días de un palo para lo cual se
les hacían incisiones en el pecho por la que se introducía una cuerda.
Finalizaba la prueba cuando por el peso del cuerpo se desgarraban los músculos
pectorales. La vida de las völvas era durísima, viviendo solas en la espesura
de bosques donde practicaban sus artes y a dónde acudía las personas que
procuraban su ayuda. En recuerdo de estos mensajeros de Wotan, los oficios de
völva y chaman deben realizarlos personas con autentico poder, el cual solo se
acredita ejerciéndolo, es decir, desvelando profecías que se cumplen, curando a
personas desahuciadas, trayendo la paz y la prosperidad a la comunidad donde
viven. Vivimos en una época en la que se banaliza casi todo: la amistad, el
sexo, la palabra otorgada… Muchos hemos iniciado el camino de la espiritualidad
ancestral europea, sea ásatrú, romana, celta, etc., porque buscamos un método
de autoconocimiento, de autorealización a través de los textos mitológicos
europeos y en ellos la magia y el ritual ocupan un lugar que debe ser reinstaurado
en nuestras vidas de una forma seria, dejando de lado rituales de espurios o
inciertos orígenes. Las runas tienen mucho que decirnos, pero antes de seguir
el método de un autor debemos preguntarnos cuál es su fuente y cotejarlo con
fuentes que no son europeas, así si encontramos conceptos procedentes de otras
culturas sabremos que ese autor a través sus “runas” nos está engañando,
contaminando nuestra mente y nuestro espíritu y privándolo de encontrar
aquellas runas que consultaron los granes héroes. Mucho de lo que se presenta
como magia europea procede de la cábala o sefirot. En algunos libros de runas
el lector que ha ojeado la numerología encontrará claras analogías. Y es que si
deseamos recuperar el espíritu del Urvolk, debemos buscarlo en los textos mitológicos,
en los estudios filológicos sobre las lenguas indoeuropeas, en los conceptos
que su léxico nos muestra, en la mitología comparada y no en prácticas
inspiradas en otros pueblos. No obstante, cada cual es libre de crear su personalísimo
arte adivinatorio, tomando esto o lo otro de tal o cual autor, según la inspiración
que reciba de lo Alto. El tiempo nos dirá si tal persona ha alcanzado una unión
tan íntima con Wotan que ha llegado a constituirse en su mensajero. Pero recordemos
que en la espiritualidad europea no ha habido profetas ni mesías. La völva o el
chaman nos responderán a preguntas concretas, nunca nos predicarán la nueva buena.
