miércoles, 1 de diciembre de 2021

Völvas y Chamanes: Mensajeros de Wotan

 

Las völvas y los chamanes gozaban de un alto estatus en las sociedades germánicas y nórdicas. Respetados y a la vez temidos vivían apartados de la sociedad debido a las poderosas fuerzas que manejaban. La práctica del arte de la magia y de la profecía requiere una unión psíquica con la fuente de este poder, una comunicación directa con el mismísimo Wotan. Por esto, no es raro que las sagas islandesas y las novelas artúricas nos presenten a las völvas y a los chamanes como personas con ciertas taras físicas debidas al peso de las fuerzas psíquicas que deben domeñar. Como un herrero tiene unos poderosos brazos y manos deformadas por los asperos golpes que lanza sobre el yunque, el manejo de las fuerzas psíquicas deja su huella sobre el cuerpo y la mente del iniciado en los misterios del wotanismo.

Wotan no lo sabe todo, pero si lo investiga todo, él es el modelo del hombre y la mujer ásatrú y por ende de la völva y del chaman. Las altas ciencias de la profecía y del chamanismo no se logran de forma gratuita, si Wotan ofreció sin rechistar uno de sus ojos para beber en la fuente de Mimir y logar la ciencia de ver el pasado y el futuro, qué sacrificios habrá tenido que realizar el humano que se inicia en los misterios del wotanismo. Por esto, ambas profesiones gozan de un respeto sagrado entre los ásatrú. Las sagas nos dicen que la cuenca vacía de Wotan paralizaba de terror a sus enemigos, de la automutilación surgió el arte del Seidhr, por el cual no solo conoce el futuro, sino que puede cambiarlo dando muerte, enfermedad o si lo desea fuerzas e inteligencia a quien no las posee.

 “Odín podía hacer que en la batalla sus enemigos se volvieran ciegos o sordos o llenos de temor, y con sus armas no cortaban más que con palos, y sus hombres iban sin cotas de malla y estaban rabiosos como perros o lobos, mordían sus propios escudos, eran fuertes como osos o toros; mataban a la gente, y ni el fuego o el hierro los afectaba; eso es llamado furor de berserker” Ynglingasaga, capítulo VI.

Tácito en su Germania, cap. VIII, nos habla del papel de las profetisas en la sociedad germana. “De manera que algunas veces, según ellos cuentan, han restaurado las mujeres batallas ya casi perdidas, haciendo volver los escuadrones que se inclinaban a huir, con la constancia de sus ruegos […] porque aun se persuaden de que hay en ellas un no sé qué de santidad y prudencia, y por esto no menosprecian sus consejos ni estiman en poco sus respuestas. Así lo vimos en el imperio de Divo Vespasiano, que algunos tuvieron mucho tiempo a Veleda en lugar de diosa. Y también antiguamente habían venerado a Aurinia y a otras muchas, y esto no por adulación, ni como que ellos las hicieran diosas, sino por tenerlas por tales”.

En este fragmento de Germania ─la principal fuente para conocer la sociedad germánica durante el Imperio romano─ nos dice que las opiniones de las mujeres eran muy valoradas y por la forma como lo cuenta se intuye que más que en Roma; lo cual está en consonancia con el papel que asumía la mujer de tomar las armas si la situación lo demandaba. El otro punto importante es el papel de las profetisas o völvas, a las cuales las tenían por diosas. Nos cita dos profetisas Veleda y Aurinia, solo de la primera tenemos noticias, las cuales resumimos.

 Veleda era natural de la tribu de los Brúcteros, situada al N.O. de Alemania, entre los ríos Lippe y Ems (Renania del Norte-Westfalia). Aprovechando la lucha por el poder en Roma en el año 69 e. c., en el que se coronaron cuatro emperadores, la provincia de Germania inferior quedó desguarnecida. Un príncipe germano al servicio de Roma, con mando en tropas auxiliares, se sublevó. Su nombre era Cayo Julio Civilis ─recordemos que Cayo Julio Arminio era un príncipe germano que ascendió al estamento de los équites y era el hombre de confianza del general Publio Varo Quintilio al que traicionó y derrotó en la batalla de Teutoburgo─ y se cuenta que fue la völva Velena quien le predijo su victoria sobre los romanos y el fin de su Imperio. C. J. Civilis con la seguridad que le ofrecía la profecía se sublevó y consiguió el hito de derrotar a dos legiones romanas al mando de Mumio Luperco en Castra Vetera y capturar 24 barcos de la flota del Rin. Las tropas auxiliares desertaron en masa y se unieron a Civilis, asesinando al general Marco Hordeonio Flaco. En estos momentos los sublevados controlaban la Galia y la Germania Romana y parecía cercano el cumplimiento de la profecía de Velena, pero entre las tribus surgieron disensiones. El liderazgo de Civiles no se impuso y los sublevados no se lanzaron  a dar un golpe definitivo al poder romano. Una vez que Vespasiano derrotó a sus contrincantes envió un claro mensaje a Civilis, o se sometía plenamente o sería doblegado. Civilis, como hijo de Germania, no admitía vivir en servidumbre y optó por continuar la sublevación. Un poderoso ejército al mando de Quinto Petilio Cerial sometió sin lucha a las tropas amotinadas en Germania. Civilis y sus fieles buscaron cobijo en la fortificada Augusta Treverorum (Tréveris) donde fueron aniquilados y nada nos dicen las fuentes del final de Velena y Civilis.

 La Saga de los Ynglingos nos dice en el capítulo VII:

 “Odín cambiaba de forma, entonces se quedaba su cuerpo como dormido o muerto, y era pájaro o animal, pez o serpiente, y en un momento viajaba a países lejanos para sus asuntos o los de otros hombres. Además sabía hacer con sus palabras que se apagara el fuego, o calmar el mar o dirigir los vientos en la dirección que quería, y poseía el barco que se llamaba Skídbladni, con el cual recorría grandes mares, pero podía enrollarlo como un pañuelo. Odín tenía consigo la cabeza de Mímir, y le daba noticias del otro mundo, y a veces levantaba hombres muertos de la tierra y dominaba a los ahorcados; por eso era llamado señor de los espectros o señor de los ahorcados; tenia a dos cuervos que había domado con palabras; volaban a lo largo y a lo ancho de la tierra y le decían muchas novedades. Por estas cosas era extraordinariamente sabio. Todas estas habilidades las enseñaba con runas y con los poemas que se llaman encantamientos; por eso los Ases son llamados magos. Odín tenía la capacidad de procurarse gran poder y él mismo fomentaba lo que se llama magia, por eso podía saber el destino de los hombres o cosas malas como para causar la muerte a los mismos, desgracia o sufrimiento, como para quitar a los hombres la razón o la fuerza y dárselo a otros”.

 Este fragmento nos revela la dimensión chamánica de los poderes de Wotan. El dejar su cuerpo como dormido o muerto y adoptar la apariencia de un animal, viajando a otros países nos recuerda el trance extático del chaman siberiano. Pero no queda aquí, vemos que el mismísimo Wotan se sometió a un ritual de iniciación:

“Sé que pendí nueve noches enteras del árbol que mece el viento; herido de lanza y Odín ofrecido ─yo mismo ofrecido a mí mismo─ del árbol colgué del que nadie sabe de qué raíces arranca. Ni pan me tendieron ni copa alguna; fijo en lo hondo miré; las runas alcé, las gané entre gritos; caí a la tierra de nuevo”. Hávamál 138-139.

 El fruto del dolor y el sufrimiento fueron las runas, entre gritos, las alzó el Alfather. Cayó de Yggdrásil, la iniciación se había completado. Wotan estaba rejuvenecido, con un vigor que nunca había experimentado y con el todo Midgard.

 Poco se sabe del chamanismo nórdico, se parte de la premisa de que debió ser similar al siberiano, el cual aun está vivo. Esto no es improbable si tenemos en cuenta que los germanos al llegar a Escandinavia entraron en contacto con las poblaciones nativas, los finougrios. La principal obra sobre chamanismo es la escrita por Mircea Eliade en 1951 titulada “El Chamanismo y las Técnicas Arcaicas de Éxtasis”. La tesis central de Eliade es que el chamanismo surgió de una religión ampliamente distribuida por Asia Central y Siberia durante el Paleolítico, la cual se extendió a través del estrecho de Bering a Alaska y Norteamérica.

 Los chamanes contactan con las fuerzas psíquicas logrando un cauce de comunicación. Este trasvase de energía les permite controlar el flujo del tiempo, profetizar, interpretar la psique y realizar viajes astrales entre distintas dimensiones. El chamán es un mediador entre la realidad cotidiana (física) y la realidad extrasensorial o psíquica. Para lograr esta mediación debe dominar las técnicas del trance extático (salir fuera del estado normal). Una vez situado en el mundo de las fuerzas psíquicas (dimensión espiritual) obtiene de estas fuerzas poder para curar dolencias incurables para la medicina convencional, riquezas, manipular el destino de una persona…

 Los conjuros no eran tomados a broma por los escandinavos a tenor de lo que nos dice el Hávamál en las estrofas 146 a 164. Odín declara que gran parte de su poder procede de los conjuros que él sabe. Su propio nombre se relaciona etimológicamente con el sustantivo óđr que significa canto, poesía, como adjetivo significa furioso. Odín posee conjuros para casi todas las actividades de la vida: remedios de curandero, desatarse de ligaduras que aprisionan sus extremidades, desviar el vuelo de una lanza, volver la brujería contra el que la hace, si las llamas prenden un edificio salvar a sus ocupantes, eliminar el odio entre hermanos, salvar un barco de la tormenta, hacer desaparecer a la brujas, llevar a sus amigos a la victoria, devolver a la vida a un ahorcado…

 Una vez revisado que nos dicen textos como las Eddas, las Sagas y Germania nos preguntamos qué son una völva o un chaman en la sociedad actual. Si nos tomamos en serio los textos, ambos oficios son importantes, tanto que Wotan y Freyja los ejercen. Siempre han existido echadoras de cartas, videntes, médiums, pero la reciente popularidad de todo lo relacionado con los vikingos ha aflorado personas que dicen ser völvas o chamanes. Unas son farsantes que se publicitan por internet y canales de TV. Otras son personas que sinceramente creen que poseen estos poderes y buscan ayudar a otros. Pero una cosa es tener un don para empatizar con personas que sufren depresión o enfermedades y darles un consuelo y otra muy distinta es tener una conexión personal con los Dioses y las energías psíquicas. ¿Qué características deben suponerse en una völva o un chaman? Digo suponerse porque yo no soy ni lo uno ni lo otro y, por tanto, solo puedo guiarme por lo que nos dicen los textos. Ambos han de haber superado pruebas iniciáticas terribles que les han dejado marcas imborrables. Los chamanes de Canadá permanecían colgados varios días de un palo para lo cual se les hacían incisiones en el pecho por la que se introducía una cuerda. Finalizaba la prueba cuando por el peso del cuerpo se desgarraban los músculos pectorales. La vida de las völvas era durísima, viviendo solas en la espesura de bosques donde practicaban sus artes y a dónde acudía las personas que procuraban su ayuda. En recuerdo de estos mensajeros de Wotan, los oficios de völva y chaman deben realizarlos personas con autentico poder, el cual solo se acredita ejerciéndolo, es decir, desvelando profecías que se cumplen, curando a personas desahuciadas, trayendo la paz y la prosperidad a la comunidad donde viven. Vivimos en una época en la que se banaliza casi todo: la amistad, el sexo, la palabra otorgada… Muchos hemos iniciado el camino de la espiritualidad ancestral europea, sea ásatrú, romana, celta, etc., porque buscamos un método de autoconocimiento, de autorealización a través de los textos mitológicos europeos y en ellos la magia y el ritual ocupan un lugar que debe ser reinstaurado en nuestras vidas de una forma seria, dejando de lado rituales de espurios o inciertos orígenes. Las runas tienen mucho que decirnos, pero antes de seguir el método de un autor debemos preguntarnos cuál es su fuente y cotejarlo con fuentes que no son europeas, así si encontramos conceptos procedentes de otras culturas sabremos que ese autor a través sus “runas” nos está engañando, contaminando nuestra mente y nuestro espíritu y privándolo de encontrar aquellas runas que consultaron los granes héroes. Mucho de lo que se presenta como magia europea procede de la cábala o sefirot. En algunos libros de runas el lector que ha ojeado la numerología encontrará claras analogías. Y es que si deseamos recuperar el espíritu del Urvolk, debemos buscarlo en los textos mitológicos, en los estudios filológicos sobre las lenguas indoeuropeas, en los conceptos que su léxico nos muestra, en la mitología comparada y no en prácticas inspiradas en otros pueblos. No obstante, cada cual es libre de crear su personalísimo arte adivinatorio, tomando esto o lo otro de tal o cual autor, según la inspiración que reciba de lo Alto. El tiempo nos dirá si tal persona ha alcanzado una unión tan íntima con Wotan que ha llegado a constituirse en su mensajero. Pero recordemos que en la espiritualidad europea no ha habido profetas ni mesías. La völva o el chaman nos responderán a preguntas concretas, nunca nos predicarán la nueva buena.




 

1 comentario:

  1. Interesante artículo aunque se podría decir algo más sobre las volvas que se mencionan en Sagas como Erik el Rojo.

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