martes, 7 de marzo de 2017

¿Por qué un español debería practicar el odinista-asatru?


      1. Por nuestros orígenes paganos  y europeos.

El odinismo o asatru, (no vamos a entrar en las diferencias que algunos autores quieren establecer), es una religión neopagana, es por tanto una reconstrucción del siglo XX de la antigua religión que practicaban los pueblos germánicos y escandinavos. De la antigua religión de los pueblos germánicos se sabe poco, textos como Germania de Tácito son interesantes; a pesar de que Tácito no estuvo en Germania y  de que designa a los dioses germánicos con los nombres de los dioses grecorromanos, aporta mucha información a través de los germanos que entrevistó.  Tácito asimila los dioses germánicos con los dioses romanos, por este motivo no los designa con los nombres germánicos sino con los nombres latinos. Tácito reconoció en los germanos las antiguas virtudes de los romanos: coraje, honor,  heroísmo, patriotismo, vida austera y unos dioses comunes. Hoy en día sabemos que las lenguas celtas, latinas, germánicas y bálticas estuvieron en contacto desde muy antiguo, a finales del II milenio a.c, formando el subgrupo occidental dentro de las lenguas indoeuropeas.
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La península Ibérica fue indoeuropeizada en varias oleadas, las primeras se designan como preceltas, son pueblos con elementos lingüísticos similiares a los celtas, como los lusitanos. En torno al 900 a.c llegaron las primeras oleadas de pueblos celtas que se establecieron en la mayor parte de la Península, quedados los íberos reducidos al sur y al levante. La romanización no supuso el fin de las culturas y la religiones celtas en Hispania, es bien conocida la tolerancia de los romanos con otras religiones, agradándoles incluir dioses de otros pueblos en sus templos. Con el fin del imperio Romano, la llegada de los suevos, visigodos y vándalos trajo el culto a Wotan a la Península. Es sabido que los tres primeros reyes suevos eran paganos y no se plegaron al poder de los obispos. Con los  reyes suevos, el paganismo en el Noroeste de la Península vivió libre de las persecuciones de los católicos. La conversión de los suevos al arrianismo y después al catolicismo fue puramente formal; a la vista de los textos de los concilios celebrados en Braga y Lugo, en época sueva, muestran que en el medio rural, (que en la edad media eran concentraba a más del 90% de la población), el paganismo (prácticas idolátricas y supersticiones pertinazmente arraigadas)[1] y el priscilianismo eran las religiones mayoritarias[2]. La conversión al catolicismo de Rekhiario en 450, no se sabe si fue solo un acto personal o si además se convirtieron con él una porción de sus súbditos. Aún así, los pocos suevos que abrazaron el catolicismo en una década se pasaron al arrianismo que adoptó Remismundo (457 a 469) al casarse con una princesa visigoda, lo cual nos dice que eran católicos o arrianos por razones políticas y no por sus creencias personales. De Tolosa llegó Ajax, para predicar el arrianismo entre los suevos.

En el I Concilio de Braga celebrado en el año 572, en tiempos del rey suevo Teodomiro se hace mención del líder bretón Mailoc, establecido en el norte de la provincia de Lugo, en la actual Bretoña, donde se establecería una diócesis (la actual de Mondoñedo). La llegada de estos celtas procedentes de la antigua Britania romana al norte de la provincia de Lugo se produjo como consecuencia de la conquista anglosajona. El establecimiento de una diócesis hace pensar que los britones[3] lucenses tenían una autonomía  propia de un grupo popular diferenciado durante los reinos Suevo y Visigodo. Como es sabido el cristianismo céltico mantenía muchos elementos paganos de la religión celta.

A pesar de la criminal persecución que la iglesia Católica realizó contra los paganos españoles, el paganismo sobrevivió oculto en tradiciones y leyendas. Es la propia Iglesia Católica la que se condena, con actas de sus concilios que nos recuerdan a las leyes raciales del III Reich o del Apartheid, tan denostadas por todas las naciones del mundo. Un ejemplo es el Canon XI del XII Concilio de Toledo:

“Recordemos estos preceptos del Señor, no para castigo de los delincuentes, sino para terror, no imponemos por este decreto la pena de muerte, sino que avisamos a los adoradores de ídolos, a los que veneran las piedras, a los que encienden antorchas, y adoran las fuentes y los árboles, que reconozcan cómo se condenan espontáneamente a muerte aquellos que hacen sacrificios al diablo[4]

El historiador Rubén Montalban López, en su artículo titulado Contra los Paganos: Conflicto Cristiano-Pagano en la Bética Tardo-Antígua, nos resume los mecanismo represores utilizados por la Iglesia Católica para conculcar la libertar religiosa de nuestros antepasados:

“La forma más rápida de imponer una religión ajena es la imposición violenta, en sus múltiples facetas: violencia religiosa, social y político-jurídica. El análisis de fuentes muestra la existencia de un intenso conflicto y confrontación en el seno de las relaciones cristiano-pa­ganas, donde debemos destacar dos momentos álgidos que acelerarían el proceso: con la llegada de la dinastía Teodosiana (finales del siglo IV, destaca el Edicto de Tesalónica en el 380); y la conversión al catolicismo de Recaredo (587), aportando a la religión cristiana y a la institución eclesiástica, el blindaje político necesario para ascender en la hegemonía del panorama religioso, sociopolítico y económico; y lanzarse a la persecución física y material de toda creencia diferente o desviada del cristianismo.”[5]

“Los paganos que persistieran en sus prácticas paganas fueron concebidos como ame­naza inmediata en medios urbanos, mientras que el medio rural más hermético y aislado se encontraría más relajado frente a la regularización (Sanz, 2003: 102-103). Los castigos grosso modo, variaban entre: la confiscación de bienes y propiedades, la tortura, la pérdida de ciudadanía e incluso la pena capital por decapitación en los casos más graves de idolatría, adivinación, magia o herejía (C. Th., IX, 16, 1-8; IX, 35, 1; XVI, 5, 9-36; XVI, 7, 2; XVI, 10, 1-4 y XVI, 2, 19); y penas menos extremas, como multas (C. Th., XVI, 10-12 y XVI, 10, 19) o la negación a testar y recibir herencia, pasando los bienes a parientes cristianos (C. Th., XVI, 7, 1; XVI, 5, 7-9 y XVI, 10, 6). La participación en la vida ciudadana quedaría prácticamente anulada, al prohibir el comercio a todo aquel que no fuera cristiano (C. Th., XVI, 5, 40; XVI, 5, 59 y XVI, 5, 63-65). Se añadió un incentivo económico a la persecución, ya que los bienes requisados revertirían en las arcas imperiales o patrimonio eclesiástico (C. Th., XVI, 10, 14- 20; XVI, 5, 43 y XVI, 10, 4). Los paganos quedaron legalmente vulnerables ante la negación de actuar como jueces, defenderse en juicios o ser testigos (C. Th., XVI, 10, 21 y XVI, 7, 1), sumado a la potestad de los tribunales eclesiásticos en juicios por cuestiones religiosas (C. Th., XVI, 11, 1); lo que llevaría frecuentemente a grandes abusos, protagonizados por jueces eclesiásticos ansiosos por aumentar su patrimonio.”[6]

La persecución de la Iglesia Católica contra los paganos continuó con la Santa Inquisición que mantuvo sus tribunales en España hasta 1834.

Los últimas personas ejecutadas por la  Santa  Inquisición fueron:
· Dolores López, por hechicera y mantener relaciones sexuales con varios confesores, ejecutada en Sevilla en 1781 por medio del garrote vil.
· Cayetano Ripol, maestro de escuela Valencia, el 31 de julio de 1826, por no creer en los dogmas de fe de la Iglesia Católica. Las acusaciones contra el maestro fueron que no llevaba a los niños a misa y que en vez de decir “Ave María”, decía “Las alabanzas pertenecen a Dios”. Fue ahorcado y sus restos quedamos en los crematorios de la Inquisición.

Cada día vemos en las noticias más casos de condenas a sacerdotes[7] católicos por pederastia, una lacra contra la que la sociedad civil debe manifestarse.

Los estudios de ADN[8] y genealógicos[9] nos muestran que la gran mayoría de la población española es de origen europeo. Las religiones cristiana, judía e islámica (religiones abrahámicas) son foráneas a nuestra patria y se impusieron por métodos violentos.

      2. ¿Qué religiones europeas podemos practicar?

Vivimos una época de teórica libertad en materia religiosa; en España el nacionalcatolicismo ha sido abolido, con lo cual ya no es obligatorio ser católico ni llevar nombres cristianos. Han tenido que pasar 1500 años para que podamos volver a nuestras religiones ancestrales, aquellas que están en consonancia con nuestro ser íntimo. Asistimos a la creación de asociaciones religiosas paganas, entre las que destacan las de orientación célticas, wicca, latinas, guanche, egipcia, tengrismo, chamanistas, las odinistas-asatru. Todas son sin duda buenos caminos para el desarrollo espiritual de las personas, cada uno debe meditar por donde le llevan los Dioses.

La religiones druídicas son sin duda una opción de las más interesantes en el ámbito Peninsular. Su principal dificultad reside en lo poco se conserva de las enseñanzas druídicas, pues era un saber iniciático que se transmitía verbalmente de maestro a discípulo, estando rigurosamente prohibido escribirlo. Las principales fuentes son de origen irlandés: los ciclos Mitológico, de Finn, Ulster, Cuchulainn, Reyes, etc. En ellos se hace mención a los dioses, pero por desgracia no nos permiten profundizar demasiado en las funciones de cada dios, su psicología, sus festividades, culto doméstico, rituales públicos, etc. No obstante, no hay dificultades insalvables y donde faltan textos, la sinceridad de la búsqueda y la ilusión por el encuentro personal con los Dioses darán lugar a revelaciones que marquen el renacer del culto celta en nuestra patria.

Las religiones de matriz odinista-asatru cuentan con las fuentes inspiradas de los Eddas, las Sagas y muchas leyendas que se conservan por toda Europa. Al practicarse hasta el siglo XI, se han conservado más documentos, aunque la mayoría son recuerdos de una era pagana, narrados por cristianos que dejan entrever sus prejuicios y moralina de vez en cuando.
La religión pagana Romana tiene unos rituales complejos, que exigen templos y sacerdotes especializados. Es una religión de un Imperio, aunque en sus orígenes tenía las mismas raíces que las religiones célticas y germánicas.

       3.    Algunas Características del Odinismo

·  Es una religión de la naturaleza, sus templos son los bosques, los ríos, las montañas. Un templo odinista está abierto al cielo, sus muros solo delimitan el lugar sagrado donde se produce la manifestación divina, para protegerlo de las influencias profanas.

·   No hay una jerarquía sacerdotal, por tanto se encuentra  un trato directo con los Dioses. Alejado de las conjuras y conspiraciones de Papas, Patriarcas, Primados, Cardenales, Arzobispos, Obispos, Arciprestes, Vicarios, Párrocos, Coadjutores y Diáconos y Monjas, que nos narran los medios de comunicación. Los godis (sacerdotes odinistas) no tienen ninguna prebenda sobre el resto de los fieles a Wotan. Cada odinista celebra en su hogar el culto a los Dioses, sin tener que pedir un permiso a ninguna autoridad.

·  En el odinismo no hay ortodoxia ni libros sagrados; el sentido común, el estudio de las tradiciones y la búsqueda de lo sagrado en cada uno de nosotros guía nuestra vida espiritual, sin la necesidad de un derecho Canónico, ni tribunales eclesiásticos.

·   En las Eddas y en las Sagas se pueden encontrar textos inspirados por los Dioses, pero es cada odinista quien debe encontrar e interpreta la inspiración para su vida en los textos. Al ser el odinismo una religión de crecimiento personal y espiritual, cada odinista en función de su desarrollo interpretará los textos, encontrando lo que necesita para seguir evolucionando.

·  El odinismo no impone un código moral irrealizable, ni premia la hipocresía ni la represión. No impone el celibato a sus godis. Los Dioses nos enseñan que el camino es la represión sexual antinatural sino el camino del autoconocimiento de todas las facultades humanas. En la antropología odinista el hombre haya en las nueve virtudes nobles una fuente de inspiración y superación. Queremos que los Dioses estén orgullosos de nosotros, que nuestros familiares y amigos nos aprecien.

·   En el odinismo el hombre no es un ser nacido del pecado ni precisa ser salvado. Los Dioses son seres imperfectos, pero en ellos vemos ejemplos épicos de superación y de búsqueda del bien común.

·  Los odinistas siente una gran cercanía con todas las religiones y culturas del planeta. El odinismo no se afirma como la única religión verdadera, reconoce en todas las religiones elementos sagrados. Con la religión Védica, la Griega, la Romana, la Celta, la Báltica y la Eslava tiene especiales vínculos por descender del mismo pueblo ancestral.

·   El odinismo no es una religión proselitista, no busca la conversión de los no odinistas.

·         Los Dioses indoeuropeos no son omnipotentes, ni increados, ni omniscientes, ni omnisapitentes, etc. Son seres superiores al hombre en atributos, pero al igual que el hombre son parte del Cosmos. Los dioses nos han creado a partir de la materia, codificando nuestro genoma, como se desprende de textos como el Rigsthula. Con nosotros comparten un proceso de desarrollo espiritual y material, siendo nuestros guías. El fin de los hombres es compartir el destino con los Dioses.

·         Una visión heroica del Cosmos, de la vida humana y de la divina. En todas las mitologías indoeuropeas el heroísmo es una característica esencial. No importante tanto el triunfo final como la lucha y el sacrificio frente al enemigo o la adversidad. Lo vemos en la Ilíada, en la Odisea, en el Mahabharata, en la fundación de Roma, hasta en los tiempos modernos como en “Os Lusiada” de Luis de Camoes.

·   Odin, Wotan, Gaut, Harr, se le conocen más de 200 nombres para nombrar al padre de los Dioses y de los godos. Odín es un Dios complejo, como compleja es la naturaleza humana. Anhela un conocimiento profundo de las cosas y no escatima dar un ojo para conseguir ver más allá. Intuye un conocimiento iniciático por el cual debe morir para renacer con una nueva luz interior. Asume el riesgo de la prueba, en la cual puede morir. Penderá de Yggdrasi, ahorcándose, nueve días y nueve noches, atravesado por su propia lanza en sacrificio así mismo. La sabiduría que persigue Odín no es por vanidad, con ella desea conocer y en la medida de lo posible mejorar el destino de los Dioses y de la humanidad. Los demás Dioses y Diosas realizan Gestas comparables a las odínicas, unas se han conservado como la de Tyr frente a Fenrir o como las de Thor frente a los gigantes, otras se ha perdido y debemos recuperarlas, solo necesitamos indagar en nosotros mismos, pues en nuestro genoma los Dioses han grabado todo lo que necesitamos para estar con ellos en los múltiples Ragnaröks que se acercan.



 
Allt veit ek, Óðinn,                  
hvar þú auga falt,        
í inum mæra
Mímisbrunni -; 
Drekkr mjöð Mímir
morgun hverjan
af veði Valföðrs.
Vituð ér enn eða hvat?
Edda poética - Völuspá



 29 Sé dónde, Odín,
  ocultó su ojo,
  profundo en la famosa
  fuente de Mímir -;
  Mímir bebe hidromiel
  cada mañana
  de la prenda pagada por Valföðr (Odín).

¿Podrías saber más?

     Veit ek, at ek hekk
vindga meiði á
nætr allar níu,
geiri undaðr
ok gefinn Óðni,
sjalfr sjalfum mér,
á þeim meiði,
er manngi veit,
hvers af rótum renn.
      Við hleifi mik sældu
né við hornigi,
nýsta ek niðr,
nam ek upp rúnar,
æpandi nam,
fell ek aftr þaðan.



      138 Sé que colgué
       en un árbol mecido por el viento
       nueve largas noches
       herido con una lanza
       y dedicado a Odín,
       yo ofrecido a mí mismo,
       en aquel árbol del cual nadie
       conoce el origen de sus raíces.

            No me dieron pan,
       ni de beber de un cuerno,
       miré hacia lo hondo,
       tomé las runas
       las tomé entre gritos,
       luego me desplomé a la tierra
       

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              Edda Poética, Havamal
         


·   Nuestros ancestros iniciaron su periplo en las estepas de Rusia, a los pies del Caúcaso. Wotan los guió como su rey, con Él estaba el resto de los Dioses. El éxito fue inesperado, las tribus crecieron y dieron lugar a cientos de pueblos que conquistaron Euroasia. En Mongolia aun se conserva el estilo de vida nómada. Es digno de ver sus vidas austeras, solos ante las nieves invernales y los desiertos estivales, todo cuando tienen lo transportan a lomos de sus caballerías. La palabra dada es ley, la hospitalidad una fiesta, la familia el bien más preciado, los antepasados son sagrados, el honor la razón de vivir… Aunque no sean indoeuropeos, Odín brilla en sus vidas. Sin duda tuvo que haber una conexión cultural, pues las habilidades chamánicas de los mongoles tuvieron que aprenderlas de alguien. ¿Quién sabe si Odín en unos de sus viajes enseñó el chamanismo a los mongoles?

Después de 1500 años de represión cristiana, los politeístas españoles podemos expresarnos en la sociedad sin ser quemados en las hogueras. Tenemos la oportunidad recuperar el tiempo perdido, de profundizar nuestra fe, de reencontrarnos con una espiritualidad personal, pues cada politeísta vive la relación con los Dioses según su Ser esencial.

La tolerancia, la sinceridad, el amor a los Dioses y las nobles virtudes deben inspirarnos en nuestra relación con el prójimo. No deseamos salvar a nadie, no estamos en posesión de la verdad, simplemente estamos felices de vivir en compañía de nuestros Dioses y Diosas. Esta felicidad nos lleva a compartirla con otros politeístas, reunirnos para honrar y festejar a los Dioses.

Por la naturaleza de nuestra religión, no ha lugar a egos, pues nadie es más importante que otro, aquí no hay una carrera hacia el cardenalato, ni se cobran diezmos, ni se recibe un salario del estado por oficiar ceremonias. Lo que hacemos los odinistas al servicio de la fe, es siempre gratuito, sin que haya dinero por medio. Si comercializamos nuestra religión, si buscamos dar cursos de runas, de mitología o de rituales por unos míseros euros, habremos perdido parte de la grandeza de una fe que todo lo basa en sinceridad de la comunicación con los Dioses. ¿Qué valor pueden tener unas runas interpretadas por unos euros? En las Universidades se enseñan las ciencias profanas, por dinero; todos los que hemos obtenido un título después de muchos sacrificios, sabemos que esos profesores no nos enseñaron nada, pues no fueron verdaderos maestro. La verdadera sabiduría se transmite por amor y no por dinero. La sabiduría transforma al hombre, lo hace mejor. No comercialicemos los regalos que los Dioses nos dan, si recibes un don de los Dioses compártelo, no es tuyo, es de los Dioses. Ya has sido premiado con el mayor tesoro que se puede recibir, la amistad de los Dioses.

 El odinista no tiene que esconderse de los Dioses y las Diosas, ellos comprenden mejor que nadie lo difícil que es la vida de un ser humano. Vivamos con honor, con coraje y sin miedo al resultado de nuestra contienda, pues los grandes héroes nunca pensaron en triunfar, sino en hacer grandes gestas.








 
 




[1] José Orlandis Rovira, Historia del Reino Visigodo español, Rialp Ediciones, 2013, Barcelona. Páginas 232 a 235
[2] “Es imposible, por lo tanto, hacer ni siquiera un esquema mínimo de los dioses que pervivieron todavía un tiempo en las provincias, aunque sin duda se encontraban contemplados por los obispos en las referencias que hicieron los concilios a la adoración de ídolos, a los rituales religiosos paganos, a las prácticas de adivinación y sobre todo de númenes protectores que producían truenos, relámpagos y sequías (I Concilio de Braga, canon IX; canon 72 del II Concilio de Braga). Rosa Sanz, Historia de los  Godos, Esfera de los Libros, 2009, página 575.
[3] José Orlandis, página 233.
[4] Rosa Sanz, Historia de los  Godos, Esfera de los Libros, 2009,  páginas 575 y 576.
[5] Rubén Montalban, página 227.
[6] Idem, página 228
[8] Véase resultados Igenea: https://www.igenea.com/es/home

lunes, 2 de enero de 2017

5. La Patria Primigenia de los Godos y sus Migraciones



El historiador Piteas, natural de la colonia griega de Masilia, en la actual Marsella nos dice en su obra El Periplo, que los gutones habitaban inicialmente las costas del Mar del Norte (el Báltico), en las actuales Noruega, Suecia y la famosa isla del ámbar, Götland. Por sus altas latitudes, nos aporta el dato de que los días de verano duraban más que en la tierras del sur de Europa.

Herodoto, considerado por Cicerón como el padre de la historia, nos dice  en su Historia (4, 94-95) que existieron getas inmortales en las proximidades de Tracia y el mar Negro.
Plinio, Estrabón y Ptolomeo, sitúan a los gutones o guti, dentro de los pueblos germánicos, pero no poseían fuentes propias, limitándose a recoger la información aportada por otros historiadores más antiguos.

Por su parte, Tácito si poseía fuentes propias, aunque nunca estuvo en Germania, lo cual reduce el valor de su obra Germania, aunque es la única que estudia con amplitud la sociedad germánica de finales siglo I. Para Tácito los germanos conservaban los valores y virtudes de los antiguos romanos: austeridad, dignidad, valor militar, sacrificio, etc. Tácito situaba a los gutones en las regiones del océano al norte.

Procopio en la Guerra de los Vándalos (3, 2-3), los llamaba gauten, originarios de la isla de Thule, en las regiones más septentrionales, descendientes del dios de la guerra Gaut. Procopio dice que vándalos y godos tiene el mismo origen, siendo semejantes físicamente, de piel clara, rubios y altos; comparten las misma leyes, tradiciones y religión. El militar romano Casiodoro estuvo al servicio del rey ostrogrodo Teodorico, en ese tiempo pudo escuchar una serie de tradiciones orales de los godos, recopiladas por Ablavio, a partir de las cuales escribió una obra sobre la historia de los godos, hoy desaparecida, que fue la fuente principal que utilizó Jordanes para escribir su Gética, o de Origine actibusque que Getarum, redactada alrededor del 551 para el rey ostrogodo.

Según Jordanes los godos eran originarios de una isla situada en la desembocadura del río Vístula, que daba al Océano del Norte, por el cual se comunicaban con la región de los sármatas, entre la vasta llanura que se extiende entre Germania y Escitia. El clima era muy duro, habitando esta región pueblos salvajes como los vagoths, finnes y suehans. Por la dureza del clima y la poca fertilidad de la tierra una parte de los gauthigoths, los descendientes del Dios Gaut, emigró en búsqueda de mejores tierras, dividiéndose en tres grupos: los greutingos o gentes de la costa, los tervingos o gentes del bosque y los gépìdos. La leyenda dice que se hicieron a la mar en tres naves distintas y desembarcaron en la Gothiscandica, región que según Jordanes es la matriz de los pueblos. Allí lucharon con los pueblos nativos y con los vándalos, razón por la que Jordanes atribuye la rivalidad ancestral entre godos y vándalos. Fracasada su expedición a Gothiscandica, los godos comenzaron a deambular, hasta que su séptimo rey Filimer, los llevó a la región de los escitas, donde lucharon con  éxito contra muchos pueblos para conseguir asentarse en  la costa del mar Negro. Jordanes nos dice que en esta región se produce la división de los godos en dos ramas: los ostrogodos o godos del este y los visigodos o godos del oeste. Los ostrogodos elegían a sus reyes entre los miembros de la familia de los Amalos o “celestiales”. Entre los visigodos destacaba la familia de los Baltos, los “osados”. P. Heather opina que esta división era puramente geográfica, no étnica ni lingüística, causada por el avance arrollador de los hunos que apresaron a una parte de los ostrogodos, mientras los visigodos se replegaron hacia las fronteras del Imperio Romano. Para autores como Isidoro de Sevilla solo había un pueblo, el godo, siendo los visigodos y los ostrogodos términos que hacían referencia a dos estructuras políticas.


Poco sabemos de la cultura material de los godos antes de su entrada en el Imperio Romano, como primera aproximación, podríamos asemejarlos al resto de los germanos. En la iconografía conservada del arco de triunfo de Constantino, en las columnas de Trajano y de Marco Aurelio, los germanos son representados con pantalones y blusas, las mujeres con vestidos de lana y largos cabellos sueltos. Tácito en su célebre Germania (19, 23; 46, 3) describe el complicado moño que llevaban los guerreros suevos. En cuanto a su aspecto físico, Sidonio Apolinar, que vivió con los francos establecidos en las Galias, dice que eran de cabelleras rojas, recogidas en coletas, de ojos azules y bigote. Los godos eran famosos por sus espadas, las lanzas de acometida de dos metros y las hachas, parecidas a las franciscas de los francos. Utilizaban escudos redondos o rectangulares, las cotas de malla se reservaban para los guerreros de familias ricas, por su elevado precio.

martes, 6 de diciembre de 2016

4. Las Tribus Germánicas

Los romanos consideraban a las tribus germánicas constituidas por agrupaciones de personas vinculadas por lazos de consanguinidad. Los germanos en su desplazamiento desde el Norte, hacia el Oeste, el Este y el Sur, fueron integrando poblaciones de orígenes étnicos diferentes (celtas, bálticos, alanos, escitas, etc.). Los romanos al designar a los grupos bárbaros utilizaron nombres étnicos, muchas veces supuestos o imaginarios, otras veces sacados de fuentes griegas muy antiguas y por tanto obsoletas al haber cambiado la composición étnica.

La mayoría de los romanos y griegos que hablan de los germanos nunca estuvieron en Germania, el mismo Tácito nunca estuvo en Germania, escribió en base a las historias que le narraban los viajeros, los mercaderes y los soldados. La etimología de la palabra germano es poco clara, son muchas las interpretaciones que se presentan y pocas las pruebas lingüísticas sólidas en las que se fundamentan. Una de las más difundidas dice que los habitantes de la Galia denominaron “germanos” a los vecinos más belicosos, teniendo en cuenta su forma de gritar, gar=gritar y mani = hombre. Por su parte Estrabón dice que el vocablo germano viene de auténticos, genuinos (VII, 1, 2). Por lo basta que era la región denominada Germania por los grecorromanos, es de esperar que no todos los pueblos que la habitaban fuesen germanos (de origen germánico, con cultura, religión y lengua germánica). Cornelio Tácito en su célebre Germania (4,1,3) escribe: “los germanos al no haberse mezclado en matrimonio con otras naciones, habían conseguido mantener una raza pura caracterizada por sus fieros ojos azules, cabellos rubios, cuerpos grandes y su capacidad para adaptarse al hambre y al frío”.

Con el tiempo las fuentes romanas fueron actualizando los nombres de las tribus  y de las confederaciones. Un ejemplo es el término suevo, el cual fue usado en un principio casi, como equivalente a germano, ya que la mayor parte de las tribus germánicas eran agrupadas por las fuentes romanas como suevos. Hacia el siglo V el término alamanes era aplicado a las tribus que antes eran clasificadas como suevas.
La movilidad de las tribus hacía más difícil su identificación. A principios de la era común,  en la zona norte hasta el Vístula se hallaban los frisio, los címbrios, los chaucos, los lemovios, los vándalos y los godos. Los Vándalos desde el Vístula emigraron hacia el Dniester, ocupando zonas de Silesia y Pomerania los vándalos silingos, mientras los vándalos asdingos se encontraban entre Rumanía, Hungría y Eslovaquia. La confederación de los suevos se encontraba entre el Rin y el Elba, incluyendo pueblos como los cuados, los teutones, semmones y hermunduros. Los francos, que podría significar “hombres de coraje” fue una confederación tardía de tribus del bajo y medio Rin, subdividiéndose en salios en el norte, en la actual Bélgica y los ripuarios del sur que habían servido ampliamente al ejército imperial.

Los godos fueron calificados como escitas por muchas de las fuentes grecoromanas (se apoyaban en el testimonio de Herodoto), al haber ocupado un territorio próximo a la actual Ucrania, donde en la época del rey Ateas, 430 a.e.c. los escitas crearon un poderoso reino. En su época de mayor expansión, los godos ocuparon la región entre los ríos Danubio, Dniester y Dnieper.

Los alanos eran situados por Amiano Marcelino en su libro XXIII entre el río Don y el Bósforo, donde entraron en relación con las colonias griegas del mar Negro. Los alanos eran de etnia irania y eran descritos como rubios, de ojos azules y piel sonrosada.


Los hunos eran clasificados como escitas por autores como Zósimo y Sinesio de Cirene, lo cual hoy en día es refutado. En la actualidad los investigadores consideran a los hunos como parte de los pueblos mongoles, que los chinos nombraron como Hsiung-un, cuyos ataques dieron lugar a la construcción de la Gran Muralla China. En su avance llegaron en el siglo IV al mar Negro, invadiendo los territorios donde se asentaban los vándalos, los godos, sármatas y los alanos.

Fuentes:

Rosa Sanz Serrano, Historia de los Godos. Un epopella histórica de  Escandinavia a Toledo. Editorial Esfera, sección Historia.

Luis A. Moreno, Historia de la España Visigoda, Editorial Cátedra.

domingo, 4 de diciembre de 2016

La Estructura Social de los Pueblos Indoeuropeos

La Estructura Social de los Pueblos Indoeuropeos



La estructura social de los pueblos indoeuropeos viene a ser una imagen de la estructura de la sociedad divina. A esta conclusión llegaron importantes estudiosos en las primeras décadas del siglo XX, entre los que destacan Emile Benveniste, George Dumezil, George Duby, el conde de Gobineau (diplomático francés en Irán, Alemania, Grecia, Brasil y Suecia entre 1848 a 1877), Mircea Eliade, etc. Entre los investigadores españoles destacan los profesores Francisco Villar Liébana y Francisco Rodríguez Adrados. El panteón de las religiones indoeuropeas ha ido cambiando a lo largo de los siglos. Unos dioses aumentaban su prestigio y poder, mientras otros pasaban a ser dioses ociosos (dei otiosi). Por este motivo, cuando hablamos de un dios, debemos fijar la época o el texto al cual nos referimos, así Indra es diferente en la época védica o durante el hinduismo. En el caso de Tyr (Tiwaz en protogermánico, Tyz en godo, Tiw en sajón, Ziw en alto alemán) y Odín (Wotan/Woden para los germanos) estos dioses han ido evolucionando, intercambiando sus atributos. Se cree que Tiwaz deriva de Dieus, el dios celeste supremo de los protoindoeuropeos, del cual también derivan los dioses Júpiter (Diu Piter), Dievas de la mitología báltica, Zeus (Zeu pater) el Diaus Pitar (primera religión védica). Wotan fue ganando autoridad en los pueblos germánicos del norte y del oeste, mientras los godos en el siglo III aún sacrificaban a los prisioneros de guerra ante Tyz, colgando los brazos de las víctimas en los árboles como ofrenda votiva. Posteriormente Odín será el dios de los ahorcados.

Los dioses de la primera función, antiguamente estaban representados por una pareja de dioses. Como ejemplos de esto tenemos en la India védica a Mitra como dios de la justicia, gemelo de Varuna como dios de la magia. Entre los germanos y los nórdicos tenemos a Tyr (justicia, derecho, guerra) y a Odín (soberanía, magia, sabiduría). Entre los romanos y los griegos, los textos ya no conservan la pareja de dioses supremos, asumiendo todas las funciones Júpiter y Zeus.
Los dioses de la segunda función, se relacionan con la guerra, la administración del poder, etc. Ejemplos son Indra en los Vedas, Thor en los Eddas, Ares en la Iliada, Marte en las obras de Ovidio y Varrón.
Los dioses de la tercera función, representan la prosperidad, las cosechas, el ganado, el comercio, el amor, el sexo, etc. Antiguamente están representados por una pareja de gemelos, como los Ashuín (Vedas), Nakula y Sajádeva (Mahábharata), Frey y Freyja (Eddas) y Qurinio (Plutarco, Virgilio, Varrón).

Las sociedades indoeuropeas estaban en sus orígenes organizadas en torno a tres actividades, cada una reflejo de una función divina: la sacerdotal, la guerrera y la productora de bienes. En la India de los Vedas estas clases se denominan con la palabra varna, que significa colores. En Irán se empleaba la palabra píštra (oficio), que etimológicamente significaba color. Esta acepción del término píštra se refuerza con la asimilación establecida entre las clases sociales y los colores. El blanco se relacionaba con la clase sacerdotal, el rojo con la guerrera y el azul con los productores (agricultores, pastores y artesanos). Las palabras para designar los estamentos o clases sociales en la India védica y el antiguo Irán son:

Clase Social
India Védica
Antiguo Irán
Significado
Sacerdotal
Brahmán
Āθravan
Persona que administra la religión
Guerrera
Kṣattriya
Raθaēšta
Poseedor el don guerrero (raj)
Productora
Vaisya
Vāstryō fšuyant
Hombre de la tribu
Otros
Śūdrá
Hūiti (artesano)
No ario/ artesano iranio

Esta estructura perduró más tiempo en Irán que en la India. Las castas hindúes se remontan a la época indoirania e incluso a la primitiva sociedad indoeuropea. La cuestión es dilucidar los términos que determinan en Irán y en la India la división de la sociedad en castas. Posteriormente examinaremos la posibilidad de distinguir un sistema social similar en otros pueblos indoeuropeos.
El término iranio empleado para denominar la función sacerdotal en avéstico es āθravan que se corresponde con el término del védico bajo atharvan. Una de las hipótesis etimológicas para relacionar ambos términos procede del vocablo iránio ātar (fuego). Esta explicación no es plausible porque en el Irán mazdeo, el āθravan está encargado de de la ceremonia religiosa, mientras en la India, el atharvan posee poderes mágicos, como se desprende de la lectura del Atharva-Veda, siendo la magia y el ritual religioso dos campos diferenciados en los pueblos indoeuropeos. El término atar no figura en las literaturas védicas e hindús, donde el fuego es denominado agni, cognado del latino iginis y el del eslavo antiguo ognji. Por estas razones los indoeuropeistas consideran el término védico atharvan un préstamo reciente de del avéstico. Esto podría explicar la relación existente en el Rig Veda entre el término atharvan (magia y encantamiento) y el término bráhman (sacerdote), en oposición al término original conservado en Irán para la clase sacerdotal. Las funciones identificadas con el sacerdocio en la India han sido asociadas al término brahmán. La etimología y el origen de este vocablo han  suscitado numerosos debates entre los filólogos. Bráhman (neutro) es un ente difícil de definir con precisión, varía en los textos de forma fluida entre alma, poder místico, práctica religiosa y encantamiento. Mientras brahmán (masculino) es la persona que está investida de bráhman. En antiguo persa se conservan inscripciones con el término brazman, que se corresponde al védico bráhman. Brazman viene a significar “la forma apropiada”, “el rito adecuado para el culto divino”, así se puede postular que el primitivo significado de bráhman era “forma ceremonial”, posteriormente esta palabra se llenó de significados místicos y metafísicos, en las diferentes corrientes del Yoga y el Vedanta.

La casta o estamento de los guerreros en sánscrito se denomina Kṣattriya rājanya. El primer término procede de kṣatra que significa poder y el segundo de rajanya que significa de cepa real (raj rey en sanscrito cognado de rex latino y rix galo). La condición guerrera no era un cargo, era una condición que se transmitía por linaje, de modo similar a la hidalguía española. En Irán el término para la clase guerrera es raθaēšta, que se significa aquel que combate en un carro, que se relaciona con el epíteto del dios Indra en el Rig Veda, rey de los dioses (devas) y Señor del Cielo. El guerrero indoeuropeo combatía en carro y deberán pasar muchos siglos hasta que el caballo sea montado por un jinete.
La tercera clase social se representa por el término vaisía, que significa hombre del vis, “hombre del pueblo”. En Irán el término equivalente es vāstryō  fšuyant, formado por dos palabras, la primera deriva de vāstra, significa “pasto” y vastra “pastor”, ambos términos muy empleados en el Avesta (colección de textos sagrados del Zoroastrismo). La segunda palabra es el participio presente de fšu, criar ganado. Por tanto la tercera clase se refiere en Irán a los pastores y ganaderos.


La cuarta categoría en la India es representada por el término sūdrā, de etimología desconocida que se refiere a las personas étnicamente mezcladas, gentes sin profesión definida ni ocupación. Hay que matizar que el término sūdrā, no es indoeuropeo, surge en la India a consecuencia de la conquista de los indoeuropeos (indoiranios) y el sometimiento de la población drávida, que pasa a constituir la casta más baja. En Persia el término hūiti designaba a los artesanos, es una clase que surge posteriormente en el tiempo y es propia de la época aria, en la cual los iranios se asentaron y formaron ciudades y reinos.

¿Se puede pensar que está división en tres clases/estamentos sociales es propia del primitivo pueblo indoeuropeo? La lingüística comparada para establecer que una característica es propia del  pueblo indoeuropeo (protoindoeuropeo) establece que se deben encontrar ejemplos de ese término en los grupos occidentales (celtas, germanos, latinos, griegos) y en los orientales (armenios, iranios e hindúes). En la rama oriental hemos visto que la división en tres clases sociales está plenamente esclarecida. En occidente tenemos numerosos ejemplos entre los griegos. Estrabón expone en la leyenda de formación de la sociedad jonia, que los hijos de Ión se dividieron en una sociedad formada por: cultivadores, artesanos, sacerdotes y guardianes. Platón en el Critias divide la antigua sociedad en: Sacerdotes, artesanos, cultivadores y guerreros. Autores como Herodoto, Eurípides y Plutarco recogen una división social en cuatro clases equivalente a la estructura irania.
En el ámbito itálico las Tablas de Iguvium, recogen un ritual en lengua umbra para el uso de los sacerdotes con seis términos, de de los cuales se refieren a las clases sociales y los otros tres a productos del campo y de la ganadería. Los nerf (acusativo plural de ner) se corresponde con el sánscrito nar y el griego aner, son los hombres de la guerra. Arsmo designa los ritos sagrados. Ueiro, los hombre que es equivalente al latino uiros.


En el ámbito escandinavo tenemos la canción de Rig, el Rigsthula, conservado únicamente en la última hoja del el códice Wormianus, del siglo XIV, al final de la Edda en prosa de Snorri Sturluson. Algunas líneas del texto no son legibles y finaliza repentinamente, por lo que se cree que falta el final del texto aunque otras fuentes como la saga de los Ynglingos, en la pérdida saga Skojöldunga, nos dan una información complementaria. Rigr o Rig es el dios Heimdallr, como se explica en una breve introducción en prosa. El término rig es un cognado del irlandés ri, rig, el latino rex, el sánscrito rajan, todos con el significado de rey. En el Völuspá se dice que Heimdallr es el padre de las razas humanas:

“Pido de un oyente de todas las santas razas mayores y menores, parientes de Heimdallr”.

El Rigsthula nos cuenta como Rig inició un viaje por la costa y caminando llegó hasta una alquería, donde se presentó a los moradores como Rig. La pareja de ancianos los acogió en su humilde casa. Se llamaban Ai (bisabuelo) y Edda (bisabuela). Rig se sentó con ellos y les dio buenos consejos. Después de cenar fueron a dormir, Rig durmió el mismo lecho, entre Ai y Edda. Permaneció con Ai y Edda tres noches completas. Al cabo de nueve meses, Edda dio a luz un niño. Era de piel negra y le llamaron Thrael. Al crecer su aspecto fue rudo y encorvado. Thrael se casó con una muchacha de brazos tostados y nariz ganchuda llamada Thir, de la cual nació la estirpe de los siervos.

Rig continuó su camino hasta llegar a una casa con la puerta entornada, donde vivían Afi (abuelo) y Amma (abuela). Después de darles Rig buenos consejos, cenaron y se acostaron, compartiendo el lecho, Rig entre Afi y Amma. Rig permaneció tres noches enteras, continuando después su viaje. Amma dió a luz un niño al que pusieron el nombre de  Karl, era pelirrojo, de piel sonrosada y con ojos vivos. Karl se caso con Snör (blanca) y de ella surgió la estirpe de los hombres libres.

En su caminar Rig llegó hasta la hacienda de Fadir (padre) y Mödir (madre). Fadir estaba haciendo cuerdas y flechas para su arco. Rig se sentó entre ellos, en el centro del banco y les dio buenos consejos. Mödir sirvió una lujosa cena, en la mesa paños bordados y bandejas de plata. Rig se quedó tres noches con ellos. Mödir parió a un muchacho al que llamaron Jarl (conde), era rubio, de mejillas brillantes y sus ojos agudos como los de una serpiente. Rig al cabo de años regreso y le enseño a Jarl el arte de las runas (conocimiento propio de un sacerdote) y le dio su nombre Rig. Jarl se casó con Erna. Tuvieron muchos hijos, que fueron hombres de importancia, de los cuales nació la estirpe de los guerreros. El menor fue Kon, que conocía las runas eternas, las runas de la vida. Kon tenía la fuerza de ocho hombres, conocía el lenguaje de los pájaros (como Sigfrido después de beber la sangre del dragón Fafner), calmaba los mares y protegía a los hombres.

 En el Rig Veda, escrito mil años antes de la era común, Indra es descrito como un poderoso dios de cabellera y barba rubia. Algunos estudiosos, se fijan en los nombres dados a las parejas humanas, bisabuelos, abuelos y padres, interpretándolo como una evolución, como si el dios Rigr fuese mejorando la raza humana y cada estirpe  constituyese un paso en esa evolución. Rigr da su nombre y por tanto reconoce su paternidad plenamente a Jarl. Su hijo Kon hereda los dones propios de un semidios o cuando menos de un héroe, por sus gestas y conquistas. La palabra noruega para rey es  Konungr, derivando de Kon. En las mitologías indoeuropeas tenemos una estirpe que está por encima de los reyes, son los héroes, los cuales eran hijos de un dios y de un humano. Algunos ejemplos:


Pueblo
Celtas
Germanos
Griegos
Indoarios
Héroe
Cuchulain
Siggi
Heracles/Hércules
Arjuna
Origenes
Rey del Ulster, hijo del dios Lug y Dectera, hermana del rey del Ulster
Rey de Frankland, hijo de Odín.
Hijo de Zeus y de la reina Alcmena
Hijo de la reina Kunti y del dios Indra


En el Mahabharata, la familia de Arjuna al recibir a su esposa Subhadra (hermana de Krihsna, avatar de Visnú), le desean que sea madre de un Héroe, es decir, que un dios la fecunde para dar a luz un vástago semidivino que de mayor gloria a la casa de los Pandavas. Esta tradición indoeuropea es una de las bases en las que se apoyan los rabinos para decir que la historia narrada en los evangelios sobre el nacimiento virginal  del Nazareno es un mito indoeuropeo, sin correlación en el Antiguo Testamento ni en las obras sapienciales judías. Por tanto una fábula de escritores griegos o de cultura griega.


En la Francia de la alta edad media, el obispo de Laón, Aldaberón, hijo del noble Reginar de Bastogne, fue autor de una de los textos en los que se apoyó la sociedad feudal:
“El orden eclesiástico no compone si no un solo cuerpo. En cambio la sociedad está dividida en tres órdenes. Aparte del ya citado, la ley reconoce otras dos condiciones: el noble y el siervo, que no se rigen por la misma ley. Los nobles son los guerreros, los protectores de las iglesias. Defienden a todo el pueblo, a los grandes lo mismo que a los pequeños y al mismo tiempo se protegen a ellos mismos. La otra clase es la de los siervos. Esta raza de desgraciados no posee nada sin sufrimiento. Provisiones y vestidos son suministrados a todos por ellos, pues los hombres libres no pueden valerse sin ellos. Así pues, la ciudad de dios, es tenida como una, en realidad es triple. Unos rezan, otros luchan y otros trabajan. Los tres órdenes viven juntos y no sufrirán una separación. Los servicios de cada uno de estos órdenes, permiten los trabajos de los otros dos. Y cada uno presta apoyo a los demás. Mientras esta ley ha estado en vigor el mundo ha estado en paz.” Carmen ad Robertum regen Francorum, 998.

Interesante constatar, como la autodenominada Santa Madre Iglesia, se refiere a los pobres, en los cuales invierte tanta publicidad durante sus jornadas de petición de donativos, como “esta raza de desgraciados no posee nada sin sufrimiento”, situación que no hay que revertir sino al contrario desea perpetuar y mantener para que el cristianismo siga haciendo más y más ricos, poderosos y déspotas a los clérigos y sus allegados. En la Francia de Aldaberón, el estamento de los hombres libres estaba siendo reducido a la servidumbre por el feudalismo. No se los cita como tales, aunque aún existían pues en la cita leemos “pues los hombres libres no pueden valerse sin ellos”.

 En los reinos hispánicos la feudalización nunca destruyo el estamento de los hombre libres, un ejemplo lo tenemos en los caballeros villanos. Los Fueros concedidos por los reyes de León y Castilla favorecieron a los concejos y estos en consonancia debieron implicarse en la defensa de los reinos hispánicos formando milicias concejiles; las cuales estaban formadas por infantería (peones) y por caballería con lanza (caballeros villanos). Los caballeros villanos obtenían en recompensa a sus servicios al reino, exenciones de tributos y algunos privilegios, para ello debía estar prestos para salir a luchar contra los musulmanes, con un caballo, silla de montar,  lanza, peones, etc. El concejo verificaba el equipamiento de los caballeros villanos en los alardes, en los cuales, los alcaldes pasaban revista. La participación de los caballeros villanos y de la hidalguía (nobleza de sangre formada por los descendientes de los visigodos y de los suevos), marcó la diferencia en la lucha por liberar el solar patrio de los mujahidines (los musulmanes llegaron a España para convertirla a Alá bajo la bandera de la Yihad), pues estos luchaban por defender sus tradiciones, su herencia cultural y su libertad, frente al fanatismo de los invasores mahometanos.


Aquí hemos expuesto algunos argumentos lingüísticos, en los estudios de mitología comparada se encontrarán más y han sido estudiados por célebres investigadores como George Dumezil, Jean Markale y Mircea Eliade.


Bibliografía


1.      Emile Benveniste, Vocabulario de las Instituciones Indoeuropeas. Editorial Taurus, Madrid, 1983.

2.      Francisco Villar, Los Indoeuropeos y los Orígenes de Europa.  Editorial Gredos, Madrid, 1991.

3.      Georges Dumezil, Los Dioses Soberanos de los Indoeuropeos. Editorial Herder, Barcelona, 1999.

4.      Georges Duby, Los Tres Órdenes de lo Imaginario del Feudalismo. Editorial Taurus, Madrid, 1992.


5.      Traducción del Rigsthula en la web de la Comunidad Odinista de España, http://asatru.es/rigsthula/