La posibilidad del hombre de
ascender en la escala evolutiva es una de las características diferenciadoras
de la religiosidad IE. El hombre no nace para vivir conforme a la moral
impuesta por un dios absoluto. Todo hombre es un héroe en ciernes, debe
desarrollar sus capacidades para llegar a cumplir con su destino divino.
Los
grandes héroes, por sus hazañas llegan a igualar a los Dioses, pues los mismos
dioses antes fueron héroes y con anterioridad simples mortales. Los hombres y
los Dioses como decía Hesiodo comparten origen, se diferencian por su estado
evolutivo: “Si quieres ahora, con todo detalle te contaré otro relato y tú grábate
en tu mente como hombre y dioses han llegado a ser del mismo origen”[1]
En las religiones monoteístas el
ser humano será siempre un siervo, un pecador redimido. Los grandes héroes como
Dionioso o Heracles no solo llegaron a ser Dioses, sino que alcanzaron puestos
relevantes en la sociedad divina. Los mitos de los amores entre Dioses y
humanos nos dicen que tenemos genes divinos, pero también que los Dioses se
preocupan por nuestra evolución; una evolución que debe ser gradual en el
tiempo para que vaya acompasada con el desarrollo cultural y social. Está claro
que los antiguos no tenían conocimientos de ingeniería genética (por lo menos
el común de los mortales, otra cosa eran los sabios, druidas, etc.), por lo que
utilizan la figura del apareamiento entre Dioses y humanos. Los Dioses si disponían de la tecnología
necesaria para manipularon el genoma humano, de otra forma no se explica la
rápida evolución de los IE.
En la Grecia clásica no había ciudad que
no estuviese orgullosa de fundar su origen en Zeus. Las grandes familias
remontaban sus genealogías a un descendiente de Zeus. Aquiles y Ayax descendían
de la ninfa Egina y Zeus. Los troyanos estaban orgullosos de descender de
Dárdano, hijo de Zeus y la pléyade Electra, los espartanos de Zeus y de la
ninfa Taigete[2],
etc. Los griegos tenían gran fervor por Zeus. El oráculo más famoso estaba en
Dodona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario