domingo, 1 de septiembre de 2019

Hermó∂r un Dios en Alza



La mitología es una fuente inagotable de sabiduría, en cada época los humanos destacamos a unos Dioses sobre los demás. En función de nuestras necesidades espirituales y materiales, destacamos y elevamos a unas divinidades sobre otras, modificamos los panteones y algunos Dioses los llevamos al retiro (Deus otiosus). Hubo una época en la que el Dios supremo era el Cielo; Tyr tuvo su momento y en la época vikinga, Odín/Wotan alcanzó su zenit. El Ragnarök nos dice que una nueva generación de Dioses tomará la rienda después de vencer a las fuerzas del caos dirigidas por Surt, Loki, Fenri y Hel.


Desde finales del siglo XIX, la física nos muestra cada vez, con más insistencia que es posible comunicarse con nuevas dimensiones, nuevos mundos. La teoría de cuerdas, en su diversidad de variantes, abre la posibilidad a la existencia de Multiversos. En la mitología indoeuropea encontramos que los que mueren en este universo o realidad, pasan a otra dimensión (otro universo gobernando por diferente leyes) que recibe diferentes nombres según la tradición que consultemos: Tártaro, Campos Elíseos, Isla de los Afortunados, Hel, Valhalla, Fensalir (bajo la protección de Frigg), Bilskirnir (Thor), etc. La comunicación entre estos universos, posiblemente pertenecientes a multiversos alejados (de grado III o más), nunca fue sencilla, los mismo Dioses tuvieron problemas para viajar. Entre los griegos tenemos que Hermes, Dioniso, Hércules, Teseo y Orfeo lograron completar este viaje, con distintos resultados. En el mundo germánico, Hermodr consiguió llegar a Hel y regresar a Asgard. Wotan empleó sus conocimientos chamánicos para viajar entre alejados universos. Otros llegaron al mundo de los muertos, pero no lograron regresar como Pirítoo (compañero de Teseo), Eurídice (esposa de Orfeo) o Balder y Nanna.


En la actualidad, científicos del Laboratorio Nacional Oak Ridge (Tenesse) intentan probar que es posible abrir un portal con un universo paralelo. La esquiva materia oscura, únicamente conocida (o mejor especulada) por su débil interacción gravitacional es el centro del experimento que pretenden realizar estos físicos. Un haz de neutrones se acelera hasta alcanzar una alta energía, atravesando un potente imán (así se descarta que electrones y protones contaminen el experimento) antes de chocar con una pared infranqueable, detrás de la cual hay un detector de neutrones. La física cuántica predice que los neutrones fuera de los átomos son inestables, con una vida media de 879,4 segundos, transformándose en un protón, un neutrón y un antineutrino electrónico. Según se realice el experimento, se obtienen diferentes resultados, oscilando en más o menos 1,5 segundos. Fornal y Grinstein, investigadores de la Universidad de California, creen un 1% de los neutrones se descomponen en materia oscura. Si los investigadores del National Oak detectan neutrones, entonces debe existir un universo espejo del cual proceden los neutrones detectados. Los cálculos de estos científicos predicen que un 1% de los neutrones del experimento podrán salir de nuestro universo, llegar al universo espejo y regresar de nuevo a nuestra realidad. ¡Emocionante!


Hermodr, nos guía en esta nueva Era que se abre a la posibilidad de viajar entre universos paralelos, algo prohibido por las religiones monoteístas. Por este motivo, Hermodr (como Heracles o Dioniso) es un Dios en alza. Por un lado nos revela como la mitología es una fuente eterna de sabiduría y por otro lado, que estamos en una constante evolución, de la cual los héroes, los semidioses y los Dioses son los arquetipos a realizar.


Hail Wotan!, Hail Hermodr!



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