viernes, 29 de marzo de 2019

Mannerbunde y las Órdenes Guerreras Indoeuropeas


Mannerbunde y las Órdenes Guerreras Indoeuropeas

Miguel de Cervantes en su obra los Trabajos de Persiles y Seguismunda nos explica mucho antes que Bram Stoker que es la lincantropía:

“¡Hay una enfermedad, que los médicos llaman manía lupina, que es tal que al que la padece, le parece que se ha convertido en lobo y aúlla como lobo, y se junta con otros afectados por el mismo mal, anda en manadas por los campos y los montes, ladrando como perros y aullando como lobos y despedazan los árboles, matan a quienes se encuentran y comen carne cruda de los muertos”.

Como veremos, esta descripción de Miguel de Cervantes tiene muchos puntos en común con los guerreros juramentados indoeuropeos.
La palabra germánica bund significa atar juntos, en un sentido más profundo que el expresado por la atadura física a través de cuerdas. La palabra alemana bund comparte la misma raíz que las palabras inglesas bind, band y bunle. Todas ellas proceden de una misma raíz protoindoeuropea rescontruida como *bhendth que en el indoiranio dio el término *bhandh.

El Mannerbund era un grupo de guerreros unidos por un juramento. Se denominaban estas bandas o cofradías guerreras como “here” o “heri”, un término que tiene el significado de pillaje, banda de saqueadores. No eran un ejército formal, con una misión defensiva-ofensiva contra las tribus vecinas.
Su mentalidad era más próxima a que manifestarán siglos después los vikingos. Los integrantes de estas bandas de asaltantes eran jóvenes que no poseían tierras ni suficiente riqueza para subsistir, ni para progresar socialmente. Se unían para enriquecerse con el robo y el saqueo de tribus que se encontraban a cientos de kilómetros. Las campañas se realizaban en verano, regresando a sus casas con el botín conseguido (ganado, joyas, armas, etc.). Tácito en su Germania nos dice que la riqueza en los pueblos germánicos se basaba en la posesión del ganado.

No debemos perder de vista que Rómulo y Remo formaron una cofradía de guerreros en su juventud, cuando eran pobres, viviendo del producto del saqueo. Una vez que consolidaron su banda pudieron enfrentarse a su tío, que había destronado al legítimo rey (su abuelo). El animal sagrado para Rómulo y Remo era el lobo. Veremos que los “here” germánicos tenían en el lobo, el oso y el jabalí sus animales totémicos.
En la Saga Völsunga[1] leemos como el rey de los francos Sigmund Volsunggson inicia a Sinfjotle. El ritual incluye vestirse con pieles de lobo. Entre los pueblos nórdicos se practicaban ritos de iniciación muy estrictos, poniendo el énfasis en la valentía y determinación del candidato a guerrero. El término Ulfhednar (singular ulfhedinn) que encontramos en la Saga Völsunga se aplicaba a los guerreros que llevaban pieles de lobo durante el combate.  Se les llamaba los guerreros Wotan:

 “los hombre de Odín se fueron sin sus abrigos, estaban locos como perros o lobos, mordiendo sus escudos… mataron hombres, pero ni el fuego ni el hierro tuvieron efecto sobre ellos. Esto se llamaba estar enloquecido”[2]. Uno de los nombres de Wotan, como dios de los muertos era Ulfhedin. La vinculación entre el Dios tuerto y las cofradías de guerreros se fundamenta en:

·         En los mitos indoeuropeos el reino de los muertos está custodiado por un perro (animal psicopompo).
·         Wotan es el jefe de la banda formada por los Einheriar que se entrenan para combatir en la batalla del Ragnarök. Freyja se queda con la mitad de los caidos; es la líder femenina de la caza salvaje (Frau Holle).
·         Wotan lidera el ejército de los muertos vivientes que protagonizan la caza salvaje[3].
·         Wotan reclama a los guerreros iniciados.

Tácito en su Germania nos habla de una institución germánica que denomina comitatus. A fines del primer siglo Tácito nos dice que el comitatus ligaba a un grupo de guerreros con su líder, formando una cofradía o banda. La fidelidad era tal que los guerreros unían su destino a su jefe, si este caía en la batalla ellos deberían combatir hasta morir. No se podían retirar del campo de batalla si antes no lo hacía u ordenaba su jefe.

En el poema Haraldskvae∂i[4]:

“Hablaré de los bersekers, los catadores de sangre,
Aquellos héroes intrépidos
¿Cómo trataban a los que flaquean en la batalla?
Piel de lobo les llaman.
Portan escudos sangrientos.
De puntas rojas son sus lanzas cuando marchan.
Forman un grupo apretado, cerrando filas.
El príncipe en su sabiduría, confía en ellos.
En los que cortan los escudos de los enemigos.”

Harald I de Noruega los empleaba como su fuerza de élite, en de vanguardia durante el ataque o en la retaguardia cubriendo la retirada: “iban sin cota de malla y actuaban como perros rabiosos y lobos”. Eran temidos por sus paisanos, debido a sus poderes mágicos, entre los que se encontraba su transformación en lobos. Los Bersekers también tenían como animales totémicos a los osos (en noruego es la raíz de oso), el jabalí (animal sagrado de Freyr y Freyja) y el lobo.  Una famosa formación de combate era denominada la cabeza de jabalí (svinfylking). En esta formación los guerreros formaban una cuña, en la punta se situaban dos campeones que formaban en hocico (rani). Eran maestros del disfraz, del ataque relámpago y de las emboscadas. El enemigo no sabía si atacaban o se replegaban.
Los Berserkers antes de entrar en combate aullaban como osos, vertían espuma por la boca, mordían los bordes de los escudos. Este comportamiento era debido a una fiebre o ardor guerrero que les otorgaba una fuerza sobrehumana, haciéndoles inmunes al acero y al fuego. Muchos investigadores han buscado drogas procedentes de plantas u hongos para justificar esta fuerza sobrehumana. En nuestra opinión, la respuesta no está en el consumo de drogas, sino en una fuerza psíquica procedente de conexión espiritual entre Wotan y el guerrero; a través del culto a los arquetipos simbolizados por los animales totémicos.

Al finalizar el combate, los Bersekers han consumido la energía psíquica que les mantenía en conexión con Wotan, cayendo en un estado de relajación y paz. Los Bersekers eran tratados por sus compatriotas como verdaderos héroes, hombres iniciados en los misterios del wotanismo. Se les temía, por su trato íntimo con Wotan. Al final de sus sangrientos días, se les rendía el justo tributo a sus proezas. El pueblo en procesión acompañaba al cadáver del Berseker, que era portado por sus camaradas, siendo enterrado o incinerado con sus pieles de oso y sus armas. Esta manifestación de afecto y devoción por los héroes ha cimentado los ideales de la sociedad europea.








[1] La Saga Völsunga o Saga de los Völsungos es un texto en prosa compuesto en el siglo XIII en Islandia. Se narra el origen y fin del clan Völsung de los burgundios (Sigi, Sigmund, Signy y Sigurd)
[2] Simek Rudolf, Lexicon der Germanischen Mythologie, Stuttgard, Alfred Kröner, 1995, pág. 435.
[3] La Caza Salvaje es una leyenda muy extendida por Europa Occidental y Central. Un grupo de muertos vivientes (almas en pena en una visión cristiana) acompañados en algunos casos por perros y caballos surgen en las noches de tormenta. Este violento y monstruoso ejército está dirigido por personajes legendarios como Teodorico, Carlomagno o Arturo o por una divinidad como Wotan, Wuodan o Arawn. La hueste presagia un suceso violento como una guerra, dañino como una plaga o la muerte de la persona que los ve.
[4] Ian Heath, Angus McBride, The Vikings, 1985, pág. 47.

miércoles, 27 de marzo de 2019


El Ejército de Wodans

El término para referirse a ejército en las lenguas germánicas lo encontramos en el gótico harjis, el antiguo islandés herr y antiguo alto alemán hari. En varias runas se puede leer hari, lo que confirma la antigüedad de este término[1]. En irlandés medio el término para ejército es cuire <*koryo, en lituano es kairas y en antiguo prusiano karjis. Todas estas palabras son cognados. En persa tenemos kāra (pueblo en armas, ejército). En persa medio lo vemos con el significado de combate kārcār y en persa moderno kārzār. La constancia de cognados en las lenguas indoeuropeas occidentales y en una oriental, permite suponer que este término procede del protoindoeuropeo.

El significado para harjis se puede precisar a través de la mitología y del antiguo islandés. Herjan es uno de los sobrenombres de Wotan. Su etimología es jefe de ejército. Wotan procede de *Wōda-naz, que significa jefe (naz) de la Wōda (furor) o jefe del ejército furioso. Las palabras derivadas en “no” designan jefe. Esto se deduce de palabras germánicas como *druxtinaz, que procede de *duktinos; thiudans (*teutanos) que significa jefe de comunidad. En antiguo inglés dryhten (señor) < *duktinos (jefe de drukti).
El gran dios Wotan es nombrado como jefe de un grupo. Podemos avanzar un poco más en esclarecer el significado de Odín/Wotan. El término Herjan lo hallamos en Einherjar, los guerreros que una vez muertos en combate son llevados por las Valkirias al Valhalla. Wotan es un rey de muertos vivientes que forman un ejército (Heer). Las tácticas de combate de los Einherjar son las mismas que las de los guerreros vivos, con una idéntica estructura de mando.

Tácito en el capítulo XLIII de Germania describe a los guerreros germanos como un grupo de hombres feroces que ennegrecen su piel y escudos, combatiendo en las noches más oscuras, generando pavor a sus enemigos (feralis exercitus). Estos guerreros imitan al ejército de los muertos de Wotan, el Einjerjar.

El término gótico harjis (ejército) se define por su entorno léxico como una tropa devastadora. El término en antiguo alto alemán, herían significa campaña de tierra quemada, heeren, verheeren significan desbastar. La concepción de un ejército para los pueblos germánicos es más próxima a una banda de guerreros, no muy numeroso, que viven en camaradería, unidos por un pacto de fidelidad a un jefe, que a la idea romana de un ejército regular, al servicio de un estado.

Conclusión: El término harjis, empleado en las lenguas germánicas con el significado de ejército procede del protoindoeuropeo. Hace referencia a una banda de guerreros, una fraternidad que está unida por un pacto de fidelidad a su jefe. El arquetipo de esta fraternidad de guerreros procede de Wotan, jefe de la banda furiosa de los Einherjar que destruyen todo cuanto encuentran a su paso.






[1] Emile Benveniste, opus cit., pág 72.

lunes, 18 de marzo de 2019

Los Héroes en la Cultura Europea


Los europeos siempre hemos honrado a los héroes, a pesar de la condena de las iglesias cristianas. El héroe y la vida heroica siguen siendo para muchos europeos el modelo al que aspiran en sus sueños. ¿Qué nos impide vivir como héroes?

El cristianismo en su misión de inculturación creó la figura del santo, tomando prestadas del héroe europeo ciertas virtudes que no se concilian con las crísticas. El objetivo era borrar de la cultura europea al héroe, pues todo héroe es hijo de un Dios y de un humano. La larga edad de oscuridad que se cernió sobre Europa durante los siglos VII al XV no fue capaz de destruir los fundamentos culturales que los pueblos europeos recibimos del Urvolk. A pesar que los apologistas del cristianismo desprestigiasen al héroe pagano, este resistió y hoy en día está presente en nuestra cultura, aunque contaminado por los valores del marketing. Si hacemos un breve repaso por la literatura épica europea, desde los gloriosos días de la Ilíada, la Odisea, la Eneida, donde los poetas narraban con libertad las gestas de los hijos predilectos de los Dioses; llegamos al momento en el cual la autodenominada “religión verdadera” comenzó su lento trabajo de censura e inculturación.

En la Irlanda de los primeros siglos de la edad oscura, el Sol aun brillaba tenuemente en lo alto. Los grandes héroes, se manifestaban sin ambages, mostrando su naturaleza humana en simbiosis con su divinidad. Así lo dejaron escrito los monjes amanuenses al relatar los ciclos del Ulster (Conchobar y Fergus) en el ciclo de Cuchulain, de Finn, etc. Estos seres al ser simbiontes, a través de sus gestas heroicas llevaban a término la regeneración de la naturaleza imperfecta del Cosmos, la cual renacía por su muerte heroica (trágica). La condición humana era sublimada y transmutada en la divina, lo cual permitía que las estaciones fluyeran regularmente y las constelaciones siguieran su rumbo en el firmamento.

Los héroes del ciclo Artúrico y del Grial son formalmente cristianos, pero debajo de la mojigatería de estos héroes, cuando entran en acción, resurge el espíritu europeo. Perceval, Galván, Lanzarote, Yvain, etc, resuelven sus aventuras en un mundo mágico, gobernado por fuerzas inexplicables para los monjes que ponían por escrito las leyendas populares. Es la magia, en muchos casos con un fuerte componente erótico, la que guía a los héroes artúricos en su peregrinar en búsqueda del grial. La psicología analítica ha encontrado en las obras de Chretien de Troyes una mina de similar riqueza a la hallada por el psicoanálisis en la mitología griega. En una época de oscurantismo, el europeo necesitaba religarse consigo mismo, necesitaba peregrinar en su inconsciente colectivo, buscando quién era, de dónde venía y cómo podía volver a establecer la conexión espiritual y psíquica con los Dioses. Esa era la meta del Grial, en la cual los héroes artúricos, los caballeros de la mesa redonda, debían responder a unas enigmáticas preguntas ante la presencia de un misterioso cortejo presidido por una lanza, una copa y un plato. Perceval, en su primera visita al castillo del rey Pescador, quedó deslumbrado ante el brillo de los objetos y la riqueza del entorno. No se atrevió a romper la magia de la procesión que le transportaba a regiones inexploradas del inconsciente colectivo de su pueblo. Los cantares de gestas y los libros de caballerías seguirán mostrando los valores del heroísmo europeo, dando fuerzas y esperanzas a nuestros antepasados ante una inquisición que no les permitía realizarse.

Los héroes en el mundo pagano representan la máxima idealización de la virtud, la cual suele llevar siempre a la tragedia. Los héroes son los líderes de un pueblo con una clara conciencia de estirpe (sippe). Las relaciones genealógicas (stammbaum) centran las alianzas que desencadenarán los conflictos. La fidelidad a la estirpe, la venganza frente a la ofensa y la traición, llevan al conflicto armado cuyo resultado solo puede ser la victoria o la muerte. El pacto o la rendición no son admisibles, aunque de ellos se obtenga preservar la vida o las propiedades. Si la suerte de las armas es desfavorable al héroe, este sabe que su muerte mantendrá unida la estirpe y será modelo de valentía y determinación. Encarando la muerte sin esperanzas ni reservas mentales, sublimando el miedo y el instinto de autoconservación, el héroe transformará la derrota en victoria. Pasados los siglos, su estirpe o clan tendrán un modelo a seguir, un Dios que los guiará hacia la Gloria. Conocerán de primera mano lo que representa la disciplina, el valor, la fidelidad y el honor que solo se consiguen luchando sin restricciones por su estirpe. Lo que era una pequeña estirpe habrá crecido constituyendo una nación de fanáticos guerreros (berserkers, Úlfhedínn) que lucha sin miedo por la Gloria de su sangre.

Las tragedias de los héroes germánicos recuerdan a las de los héroes griegos, lo cual no debe extrañarnos, pues ambos pueblos son hijos del Urvolk. Sigmund, Sigfrido, Alarico, Roldán, Fernán González (de nombre visigodo Fredinandus Guldisalviz), Hildebrand (de la tribu de los ostrogodos) son héroes que les guía una fuerza que está por encima de los Dioses, el Destino. Esta misteriosa fuerza, por un lado quita la vida humana al héroe, pero le otorga la Gloria Imperecedera reservada a los Dioses.
La lealtad, tan valorada por las sociedades europeas, nace de la libertad que todo guerrero tiene de escoger a su señor. El vasallo debe una lealtad a su señor inquebrantable, por encima de la estirpe y la familia. El conflicto se desata cuando el infortunio lleva a dos hermanos, o a un padre y un hijo a luchar a muerte entre sí. Así le sucedió al godo Hildebrand, que reconoció a su hijo antes del riepto (duelo judicial), pero el Destino había sellado que solo uno podría salir vivo y el honor exigió una lealtad mas allá de la sangre.

Los héroes por su naturaleza dual, poseen puntos débiles (analogía de la unión imperfecta de los espíritus humano y Divino), lo cual genera paradojas que acentúan su grandeza. Sigfrido viene a ser un avatar de Aquiles. Ambos son valientes, decididos, leales y expertos sin par en el uso de las armas. Mas su exacerbada virtud los llevará a caer bajo las armas de guerreros indignos (Hagen y Paris).

La venganza en los pueblos germánicos (blutrache) y en general en los europeos, es una de las virtudes más excelsas. La lealtad a la sippe, al clan guerrero, se transforma en venganza como reparación ante una traición o una afrenta; aunque esta venganza implique en la mayoría de los casos la muerte del héroe y de sus allegados. Así, la venganza constituye el acto más sublime de lealtad y honor que el héroe entrega a su sippe o clan guerrero. La venganza es la antesala de la muerte heroica que dará lugar a Cantares y Sagas que serán recitadas por trovadores y escaldos ad aeternum.




jueves, 14 de marzo de 2019

Los Dioses Germánicos según el Estructuralismo



De las mitologías de los pueblos germánicos, es la nórdica la que se ha conservado formando un corpus coherente. Las divinidades escandinavas o nórdicas se dividen en tres categorías: Ases (Æsir, Áss), Vanes (Vanir, Vanr) y en menor medida los Elfos. Entre los ases destacan Wotan, Thor y Týr. De los Vanes los más importantes son Njördr, Freyr y Freyja, representantes de la prosperidad, la riqueza, la paz, el placer, las cosechas, la navegación, el comercio, etc. Wotan es el mago supremo; el descubridor de las runas, el rey de los ases, el patrón de los héroes. Son tan amplios sus poderes, que no hay ciencia o arte que le sea desconocida. Thor es el Dios del martillo, el campeón de los dioses. Los nórdicos tenían una fórmula trinitaria de los Dioses con la resumían su religiosidad: Wotan, Thor y Freyr (este último podía sustituirse por la pareja Njördr-Freyr o por Freyja). El viajero alemán Adam de Bremen en su visita al templo sueco de Upsala identifico tres estatuas de los dioses Wodan, Thor y Fricco.
Se han conservado muy pocos datos sobre los cultos y liturgias de los pueblos nórdicos. El profesor George Dumezil ha puesto de relieve la semejanza existente, tanto a nivel funcional como religioso, entre la trinidad germánica y la latina (Júpiter, Marte y Jano o Quirino).

Bernhard Salin (1861-1931)[1] propuso que la invasión de los Ases descrita en la Ynglingasaga constituye el recuerdo de grandes hechos históricos. En estos relatos podemos observar como los protogermanos procedentes de la costa norte del mar Negro, en su migración se enfrentaron a otros pueblos; siendo los Vanes su rival más poderoso, al cual no lograron vencer, por lo que tuvieron que establecer un tratado de paz. Autores como H. Schück y E. Mogk propusieron que en el fondo de la trama residía un enfrentamiento de religiones. Otros autores como H. Güntert y E.A. Philippson opinan que fue una guerra étnica. En cuanto a la cronología algunos autores sitúan los hechos narrados en la Ynglingasaga en el siglo IV a.e.c. siguiendo a Bernhard Salin, mientras otros autores la hacen coincidir con la llegada de los primeros protogermanos a Germania[2].
E.A. Philippson[3] nos dice que la religión de los Vanes era más antigua y autóctona, producto de la civilización agrícola. La religión de los Ases, era más reciente, manifestación de una cultura guerrera y viril, más espiritual. Los romanos no fueron capaces de intuir que eran dos religiones distintas que convivían hacia su fusión. Por el contrario, el paganismo germánico si tenía consciencia de estas dos religiones y lo manifestaba a través de la guerra entre los Vanes y los Ases.

Otros mitólogos[4], entre los que destacan Dumezil, O. Höfler y J. de Vries, opinan que las diferencias entre la religión de los Ases y la religión de los Vanes, no hay que interpretarla en términos de un enfrentamiento armado entre dos pueblos. Se trata de dos términos complementarios de una misma estructura religiosa e ideológica unitaria.

Esta religión la trajeron a Germania los protogermanos; el enfrentamiento entre los Vanes y los Ases escenifica de manera espectacular, como requiere el mito, la distinción entre ambas espiritualidades, su papel complementario y solidario para mayor bien de una sociedad humana que necesita la protección tanto de los Ases como de los Vanes.

En opinión del profesor Dumezil, la tesis histórica presenta fuertes contradicciones internas que la hacen muy frágil. Las lenguas germánicas se caracterizan frente al protoindoeuropeo por una deformación de la fonética protoindoeuropea. En comparación con otras lenguas indoeuropeas, las germánicas han tomado un reducido número de préstamos de las lenguas no indoeuropeas. En la esencia indoeuropea de la espiritualidad y de los mitos nórdicos se encuentran las claves para su interpretación. Antes de ignorar una frase, un teologuema o un mito nórdico, debemos buscar en los textos mitológicos griegos, latinos o hindúes si se pueden encontrar relatos homólogos que no están influenciados por el cristianismo como sucede con Snorri[5].

En las religiones indoarias, prevédicas y védicas, un reducido número de divinidades eran invocadas siguiendo una lista jerarquizada, a modo de resumen de las sociedades divina y humana. Las divinidades se distribuían en tres niveles funcionales. En la India clásica, los tres niveles funcionales divinos se correspondían a las tres clases sociales generales: brāhmaṇa, kṣatriya y los vaisya (ganaderos-agricultores). En la antigua Irlanda, la sociedad humana se repartía también en tres grupos jerarquizados: los druidas, los nobles (flaith) y los hombres libres poseedores de bueyes (bo airig). En un texto Mitani se enumera primero a los dioses soberanos, Mitra y Varuṇa, a continuación al dios de la guerra Indra y después a los dioses gemelos donadores de prosperidad, fortaleza y juventud, los Nāsataya Aśvin. En la antigua Roma también se invocó a la triada precapitolina: Júpiter, Marte y Quirino, representando la soberanía, la guerra y la prosperidad en la paz vigilante[6].

Esta coincidencia en los niveles funcionales de las sociedades humanas y divinas entre los indoarios, latinos, celtas y germanos no puede deberse al simple azar. Procede del substrato ideológico heredado por los pueblos indoeuropeos del Urvolk. Las coincidencias mitológicas alcanzan detalles mínimos como que los dioses de la guerra Thor e Indra son pelirrojos, poseen un martillo y la vajra, ambos realizados por artesanos. Ambos dioses tienen el poder de lanzar rayos. En los indoiranios, los dioses de las dos primeras funciones están más próximos, lo cual concuerda con el relato de Snorri. Esta proximidad entre las dos primeras funciones divinas concuerda con la relación más intima en la cultura védica entre los brāhmaṇa y los kṣatriya frente a los vaisya. En las sociedades europeas cristianizadas, a lo largo de los siglos siempre ha existido una mayor vinculación entre el clero y la nobleza, como estamentos privilegiados, frente al estado llano (plebeyos o pecheros, ambas palabras con connotaciones peyorativas).

Carlomagno impuso a los sajones un juramento que se conserva en el Vaticano[7]: “Renuncio a todas las obras y palabras del diablo, a Thunar y a Uuôten y a Saxnôt y a todos los demonios que son sus compañeros (hira genôtas)”.  Las dos primeras divinidades se identifican sin dificultad con Thor y Wotan. El tercero debe ser una divinidad propia de los sajones. A tal conclusión se llega al encontrar entre los anglosajones la forma Seaxneat que significa “compañero de los sajones”. En concordancia con Saxnôt/Seaxneat encontramos Quirino (*co-uirī-no) el dios de la colectividad quirinaria.

Frey dentro de los dioses es denominado el fokvaldi, el amo del pueblo, de la masa (skirninál3: folkadi goda). Freyr también es designado como el veraldar god, el dios del conjunto de los hombres por las generaciones que se designa: welt, world y wärld (alemán, inglés y sueco) y que etimológicamente está formado por dos términos: hombres (wer) y generaciones (öld).

En los vedas queda rastro de la antigua enemistad entre los dioses liderados por Indra y los dioses de la tercera función, los Näsatya. En el quinto veda, cuyas fuentes son indoiranias, Indra y el resto de dioses negaban a los Näsatya la consideración de dioses plenos, calificándolos de curanderos y artesanos, más próximos a la condición humana que a la de los dioses. Cuando los Näsatya presentaron su petición de entrar en la sociedad divina y participar de las oblaciones humanas, se inició un conflicto que concluyó con la inclusión de los Näsatya en la sociedad divina, formando la tercera función.

La analogía entre el conflicto narrado en el Mahabhārata (secciones 123-125) entre los dioses presididos por Indra y el texto nórdico Skáldkaparmal, la encontramos a través de dos seres de gran poder designados ambos por el término embriaguez, Mada (sanscrito) y Kvasir (kvas en eslavo, kvas en danés y noruego dialectal).
Kvasir fue creado para formalizar un pacto entre los Vanes y los Ases. Los dioses reunidos decidieron sellar su pacto escupiendo en un recipiente y con la saliva reunida crearon un hombre de gran inteligencia, el más sabio del mundo. En su vagar por el mundo, Kvasir tropieza con dos enanos que mediante el engaño consiguen matarlo. Los enanos mezclan la sangre de Kvasir con miel en tres recipientes, con lo que obtienen el hidromiel de los poetas y de los sabios.

Los Nāsatya saben que no se pueden enfrentar al poderos rayo de Indra sin salir derrotados. Recurren a un asceta que antaño había conseguido volver a la juventud gracias a los poderes de los Nāsatya. Este asceta crea mediante la ascesis un poderos gigante llamado Mada, un hombre gigantesco que es capaz de engullir a los dioses y al mundo. Ante el poder de Mada (Embriaguez), Indra decide pactar con los Nāsatya, aceptándolos en la sociedad divina. Al concluirse la paz, Mada representa un peligro. Los dioses deciden cortarlo en cuatro trozos y su esencia es repartida en cuatro cosas que producen embriaguez: la bebida, las mujeres, el juego y la caza.
Hemos apuntado las semejanzas entra ambos textos, para exponer el origen común del enfrentamiento entre los dioses de las dos primeras funciones y los dioses de la tercera función. Las diferencias son importantes, pero no le restan importancia a la hipótesis del origen común de Kvasir y Mada. La lejanía en el tiempo del Urvolk, hace que materiales comunes sean empleados en explicaciones mitológicas en diferentes momentos, deformándose para adaptarse al nuevo enfoque mitológico.
Los germanistas han resaltado las características de Kvasir: es producido después del tratado de paz, se forma a partir de la saliva de los dioses, tiene forma humana, una sabiduría inmensa, gran bondad, un ansia de aprender nuevas cosas que le llevará a ser engañado y asesinado por los enanos. Estos buscaban apropiarse de la sabiduría de Kvasir. Para ello mezclarán la sangre de Kvasir con miel para producir el hidromiel de la poesía y de la sabiduría.









[1] George Dumezil, Los Dioses de los Germanos, Editorial Siglo XXI, segunda edición en castellano, 1990. México. Página 17.
[2] George Dumezil, op. cit., pág. 17 y 18.
[3] George Dumezil, op. cit., pág. 18. E.A. Philippson, Die Genealogie der Götter, 1953, pág. 19.
[4] George Dumezil, op. cit., pág. 19-20
[5] George Dumezil, op. cit., pág. 24.
[6] George Dumezil, opus cit., página 26.
[7] George Dumezil, opus cit., página 30.

viernes, 1 de marzo de 2019

Religiosidad Germánica


  La Religiosidad Germánica

Los pueblos escandinavos y bálticos fueron los últimos defensores del paganismo europeo. Sus mitologías fueron escritas en gran parte por autores cristianos recién convertidos del paganismo que deseaban transmitir a las siguientes generaciones la riqueza espiritual de los ancestros. El paganismo germánico comenzó a debilitarse con las migraciones de los pueblos germánicos orientales y occidentales. Al establecerse en regiones pertenecientes al Imperio romano, fuertemente controladas por la iglesia cristiana, poco a poco los misioneros fueron convenciendo a los reyes de las ventajas de su conversión al cristianismo. Los reyes veían que el cristianismo fortalecía el poder real; les facilitaba una estructura jerárquica que la iglesia católica había copiado de la imperial y un control de sus súbditos a través de la red de parroquias. Los pueblos germánicos orientales (godos, vándalos y burgundios) se convirtieron al arrianismo porque en aquel momento los emperadores romanos seguían las doctrinas arrianas. La biblia de Wulfila (o Ulfila) fue la primera edición en lengua vernácula y se ha convertido en el documento más importante para conocer la lengua goda. Los vándalos y burgundios también se hicieron arrianos[1], mientras francos, alamanes, suevos fueron cristianizados en la versión católica. De la mitología de los germanos orientales y occidentales se han conservado pocos documentos. Las principales fuente sobre los pueblos germánicos son:

·         Latinas: Julio Cesar, La Guerra de las Galias. Tácito, Germania. Sobre el Reino Suevo tenemos los escritos de Orosio e Hidacio.
·         Latinas escritas por germanos: Jordanes, De Grigine Actibus Geratum[2]. Paolus Diacomus, Historia Longobardorum. Gregorio de Tour, Historia Francorum. Beda, Historia Eclesiastica Gentis Anglorum. Adam de Bremen: Gesta Hammburgensis Eclesiae Pontificum. Isidoro de Sevilla, Historia Regibus Gothorum, Vandalorum, Suevorum.
·         Relatos épicos: Beowulf, Kudrun, Waltarius y el Cantar de los Nibelung
Para el estudio de los pueblos escandinavos y su mitología las fuentes son mucho más abundantes.

Los Eddas

La palabra edda en las lenguas escandinavas significa manual de arte poético. Esta palabra es un cognado de palabra latina oda, que procede a su vez del griego. El primer texto que se llamo edda fue el escrito por el poeta islandes Snorri Sturluson a comienzos del siglo XIII. Con posterioridad se descubrió otro texto de temática semejante que también se denominó edda. Con la finalidad de diferenciarlos, el escrito por Snorri se llamo Edda Menor o Edda en Prosa. Snorri es uno de los mayores genios literarios europeos. Brilló en una época oscura, donde la inquisición amenazaba a todo hombre que fuese creativo. La primera parte es el Gyfaginnig (La Alucinación de Gyfi, rey Sueco). De una forma sencilla y amena nos introduce en la mitología nórdica, con una narrativa brillante, sacada fuera del triste Medievo. Continúa con unos relatos contados por el dios de la poesía Bragi, en los que se narran las peripecias ocurridas a Wotan y Thor. La tercera parte, Skāldskaparmāl (el Arte Poética), es un tratado para skaldos. La poesía islandesa tradicional exigía un conocimiento de los mitos, por este motivo compuso la Alucinación de Gylfi.

En el siglo XVI, el obispo islandés Brynjólter envió un importante códice llamado Codex Regius al rey de Dinamarca, Federico III. Este códice se guardó en la biblioteca Real de Copenhague. En el año 1971 fue devuelto al gobierno de Islandia. Para diferenciarlo de la obra de Snorri, se denominó Edda Mayor o Edda en Verso. Esta obra trata la vida de los Dioses y Héroes germánicos. Es una obra que se sumerge en la mentalidad pagana nórdica, tratando temas similares a los narrados por otros pueblos paganos europeos. La venganza, la fidelidad, la honra, la muere heroica, el linaje, la familia, sin los tapujos de la moralina cristiana.
El Völuspa (Los agüeros de la Profetisa) es como dice su título, los agüeros de la Völva (profetisa nórdica). Esta Völva no es una profetisa cualquiera, existía antes de la creación del Universo. La Völva se dirige a los hombres y a los dioses, en especial a Wotan, contando cómo se creó el Universo, la vida de los dioses, la creación del hombre, la decadencia del Asgard y el Ragnarök. Emplea un lenguaje profético, oscuro y épico.

El Hāvamāl (Discurso del Altísimo) es un discurso de Wotan, en forma de máximas y aforismos, en las que condensa una sabiduría profunda que exige una reflexión detenida por el ásatrú para hallar el mensaje que Wotan le da para su vida.

Continúa con otros poemas dedicados a los principales dioses nórdicos. La segunda parte del Codex Regius recoge cantos heroicos. Están ordenados en tres ciclos que se corresponden con la triada nórdica: Wotan, Freyr y Thor. El ciclo se Sigurd se introduce en la Grípisspā (Profecía de Griper). El Codex Regios contiene también poemas que se encuentran en otros manuscritos. Los más importantes son: El Sueño del Dios Balder, El Sufrimiento del Dios Rig, Hyndluljöd (cantos a la perrita), Grottasöngr (El Canto de la Cueva) y el Hlödskvida (La batalla de los Hunos, perteneciente a la historia de los godos, un ejemplo claro como cuatro siglos después aún se continuaban cantando las gestas de los godos).







[1] En la conversión al arrianismo de estos pueblos pudo jugar un papel importante la biblia arriana de Wulfila, escrita en godo, lengua muy próxima a la que hablaban los burgundios y los vándalos.
[2] En este relato Odín es presentado como un rey de los godos. El autor sigue la hermenéutica de Evémero de Mesere (IV a.e.c.) denominada evemerismo.