lunes, 11 de junio de 2018

LA RELIGIOSIDAD NÓRDICA SEGUN HANS GUNTHER

El profesor Hans Günther escribió un ensayo titulado Religiosidad Nórdica que aborda las cuestiones de definir y de recuperar la pureza espiritual de los protoindogermanos.
Para este profesor de las Universidades de Jena, Friburgo y Berlín, el factor genético es un elemento clave en el devenir humano. La influencia de la psicología genética de Ludwig Ferdinand Clauss y de su obra Die nordische Seele (El Alma Nórdica) es patente. Clauss sostiene que cada grupo genético posee una forma innata de estar en el mundo y de aprehenderlo, un modo genéticamente condicionado, tanto de sentir como de expresar ese sentir.
Hans Günther sostiene que los diversos pueblos indoeuropeos son evoluciones en mayor o menor medida del Urvolk, que se disgregó a finales de neolítico reciente. El Urvolk es identificado como el pueblo nórdico de genética más pura. La cuestión del origen geográfico, el Urheimat del Urvolk es determinada en base al estudio de la genética original o Urrasse.
Günther conocía las teorías de George Dumezil y de los miembros de su escuela. Mediante el método comparativo, habían descubierto la conservación de una serie de categorías religiosas y sociales en las mitologías de los pueblos indoeuropeos que se podían remontar al tiempo primigenio del Urvolk en Urheimat.
En la búsqueda de los rastros del espíritu del Urvolk, Günther considera que los griegos y los romanos conservaron muchos elementos esenciales de la religiosidad del Urvolk. Considera que los celtas estuvieron muy influenciados por la antigua Europa preindoeuropea. Ejemplos de elementos exógenos serían las castas brahmánica y druídica. La vía contemplativa no sería propia del Urvolk. Los pueblos indoeuropeos serían genéticamente nórdicos en su origen (germanos, romanos, griegos e indoiranios). La tesis central del ensayo es la existencia de una genética nórdica, que genera unas formas de vivir lo sagrado, tanto en la dimensión anímica como en la dimensión psicológica.
Günther observa en la figura de Odín y en el orfismo elementos exógenos a la espiritualidad del Urvolk. Las prácticas que conducen a la realización de lo incondicionado, la iluminación del yo están fuera del alma nórdica. El hombre nórdico se presenta al “estar ahí”, en este mundo, sin preocuparse por el post mortem.
Cumplir el propio destino es llevar al límite la realidad, la verdad que anida en el interior de cada ser humano. El hombre oriental acepta lo que le depara el destino con la cerviz baja. El hombre nórdico batalla contra el destino, sin caer en la desesperación. Una vez perdida la esperanza, lucha sin ella, amando la lucha. En la lucha sin esperanza materializa su heroísmo y su libertad.
Toda decisión ética de un alma nórdica nace de una “conciencia autónoma”, contraría a los preceptos del druidismo. De igual modo, los dioses Vanes no encajan en la religiosidad germánica, parece que fueron incorporados durante el asentamiento de los germanos en el área danubiano-balcánica. También debió suceder algo similar en la religiosidad griega con el culto a Dioniso, procedente según los estudiosos de los Balcanes y de Asia Menor. El espíritu griego nunca llegó a asimilar plenamente el culto dionisíaco. Homero apenas cita a Dioniso, siendo posible rastrear su progresión en el panteón divino, desde una divinidad extranjera de pelo oscuro a un dios griego de cabellera rubia.
¿Cuántos elementos de la personalidad de Odín/Wodan se nos muestran como no indoeuropeos o al menos no germánicos? Odín en su impenetrable mezcla de engaño y de sublimidad, no encaja en el modelo de dios germánico o indoeuropeo. Su culto presenta un aura religiosa extraña a la germánica e indoeuropea. ¿Cuánto de los Eddas es fruto de la influencia semita en los poetas? ¿Qué elementos de la personalidad de Wotan se asocian a la figura indoeuropea del Padre celeste? En Júpiter y Zeus, esta vinculación con el padre celeste está implícita con la etimología de sus nombres. Andreas Heuler , ha subrayado: “la mitología de los Eddas es esencialmente una creación poética islandesa y noruega de los siglos vikingos”.
Según Erik Therman, muchas sagas de los Eddas no formaron parte de la religiosidad popular germánica, fueron concepciones religiosas de los príncipes y de los nobles vikingos. Wotan era inicialmente un dios de la guerra y la poesía, su etimología procede del término protogermano uat, que significaba “espiritualmente sobrexcitado”. Esta raíz la han encontrado los lingüistas en el sánscrito, el persa y el latín; en este último tenemos el término vates que significa poeta vidente. En la lengua gala tenemos el término uati, que significa, vidente, adivino, profeta, oráculo. En gales el cognado es gwawd y en irlandés faith.
Hans Günther opina que Wotan nunca fue popular entre la clase de los hombres libres; fueron los vikingos, al final del paganismo quienes encumbraron a Wotan. No hay otro dios del ámbito indoeuropeo que asuma tantas y tan variadas funciones: guerreras, mágicas, chamánicas, soberanía, posesión de una sabiduría iniciática, conocedor del futuro, etc. La figura de Wotan, en opinión de Günther no es útil para conocer la religiosidad de los protoindoeuropeos. Las fuentes literarias que se han conservadas están muy influenciadas por la ideología de los poetas y de los nobles a quienes servían.
Sin duda, la opinión del profesor alemán nos cuestiona muchas ideas preconcebidas. No debemos aceptar sin una crítica inicial el contenido de los Eddas, pero tampoco cuestionarlo todo sin justificar porque lo cuestionamos.
Hans Günther, siendo alemán, nos invita a encontrar una parte importante de la espiritualidad del Urvolk en la la obra de Goethe, pero también en las obras clásicas, en especial en las obras de Platón, Cicerón y de los filósofos estóicos. Todo un halago a la cultura clásica de un profesor comprometido con el estudio de la cultura germánica.


domingo, 10 de junio de 2018

LA PERVIVENCIA DE LAS DIVINIDADES CELTAS Y GERMÁNICAS EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO


LA PERVIVENCIA DE LAS DIVINIDADES CELTAS Y GERMÁNICAS EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO

Las religiones nunca desaparecen por completo, siempre sobrevive una parte de la religión antigua en la nueva, incorporándola para facilitar la transición entre las creencias. Los celtas y germanos asimilaron muchos elementos de la religión megalítica, que tuvo una gran expansión por el oeste europeo. Con la cristianización de las naciones celtas y germánicas, sus creencias, sus costumbres y sus dioses no pudieron ser lavados simplemente por el bautismo, persistiendo en el corazón de los europeos muchos siglos después.

Un número importante de festividades, mitos y héroes paganos permanecen aun hoy en día insertados en el cristianismo europeo. Los procesos de adaptación y mimetismo duran siglos, unas veces se conserva el nombre pagano inicial, en otras ocasiones se adopta un nombre cristiano, pero si se escarba, debajo subsiste la vinculación con un mito o una leyenda pagana. Muchos de los santos de los primeros siglos del cristianismo son de difícil filiación, sus vidas y milagros contienen tantos elementos paganos que con el paso de los siglos fueron depurados para no levantar sospechas. A medida que el proceso de catequización era más intenso, era evidente que muchos milagros de los santos eran más propios de los demonios paganos que de Cristo. La hagiografía como disciplina de la teología católica que estudia la vida de los santos, ha cambiado sus paradigmas según cambiaban los tiempos, con la finalidad de difundir su mensaje (verdadero o falso) de una manera más eficaz entre la población europea. Animo al lector a leer la Leyenda Dorada, del dominico Jacobo de la Vorágine, obra que los teólogos cristianos consideran fantasiosa, pero que durante la edad media fue ampliamente copiada y contada al pueblo como una verdad indubitable.

El héroe solar san Miguel, vencedor del combate con el dragón Infernal, san Cristóbal, un nuevo Atlas, la gran diosa madre virgen, con su hijo divino, etc., son ejemplos por todos conocidos, independientemente si hemos sido o no cristianizados.


El dios Aed y San Aed

Aed, en irlandés significa fuego. En las sagas irlandesas designa al dios solar que posee capacidad de lanzar rayos y truenos. El rayo fue siempre considerado un atributo de los dioses de las primeras funciones. Entre los latinos y los griegos, el padre de los dioses, Zeus y Júpiter lanzaban su terrible rayo sobre aquellos que el castigo divino debía recaer. Thor era el dios del rayo y del trueno, el campeón de los dioses contra los gigantes, al igual que su primo, también pelirrojo, el hindú Indra.

Fue cristianizado como San Aed. Se cuenta que el obispo y San Aed en una visita a un monasterio femenino le estaba sirviendo una joven que Aed percibió que estaba en cinta, hecho que no era conocido en la comunidad. Para evitar contaminarse Aed salió del monasterio. La joven más tarde confesó el pecado y San Aed bendijo el vientre que desapareció. San Aed era famoso por curar con una piedra los dolores de cabeza, en una ocasión curo a Santa Brígida (Brigit). Falleció en el año 589.

La diosa Ann o Dana y su cristianización como Santa Ana

La diosa solar protohistórica Dann, Dana o Ann, epónima de los Tuatha Dé Danann (tribu de la diosa Danann) fue venerada como diosa triple, según el esquema tradicional: en la forma de niña, mujer y anciana. Esto se debía a que la diosa regía todas las etapas de la vida humana: desde el  nacimiento a la muerte. Actividades agrícolas, artesanales, el comercio, la guerra, etc., estaban bajo su poder. Cada una de su hipostasias recibía un nombre: Macha, Mórrigan, Badbh, etc. Su profunda presencia en el inconsciente del pueblo europeo facilitó su asimilación con Santa Ana, la supuesta abuela de Jesús. La Biblia no menciona a Santa Ana. Toda la información que se tiene de Santa Ana procede de los evangelios apócrifos, condenados por la Iglesia católica como fuente de doctrinas falsas y heréticas. El culto de Santa Ana, no se fundamente en las escrituras; surgió en la Galia y de ahí se expandió por los países de substrato celta.




Brigit y Santa Brígida

La diosa irlandesa Brigit, era similar en funciones a la diosa Dana. Era la madre divina, la diosa soberana, madre de las estrellas, protectoras de los poetas, curanderos, herreros, alquimistas, etc. Estas creencias fueron asimiladas al culto de Santa Brigit, madre abadesa del monasterio de Kildare, en el mismo lugar donde estaba el centro de culto de la diosa Brigit. En el cenobio se daba culto al fuego, cuidado por 19 monjas (vírgenes) que se turnaban cada día. El vigésimo día, se encargada del fuego Santa Brigit. Las analogías con el Templo de Vesta y las vestales no pasaron desapercibidas.
Un bardo cantó a la diosa Brigit; “La llama pura, inextingible y sin ceniza de los Gaels”. Las diosas y los dioses irlandeses eran dioses generalistas, con muchas funciones y poco especializados. En Brigit estaban presentes las funciones de protección del ganado, la cosecha, los partos, los niños, etc.

Su símbolo es la esvástica solar, cristianizada como cruz de Santa Brígida, protectora frente al fuego. Su festividad cristiana se celebraba el 1º o 2º de febrero. El fuego de Santa Brigit se mantuvo encendido en el cenobio, sin interrupción desde la fundación en el siglo VI, hasta que las autoridades religiosas en cumplimiento de la normativa emanada de la contrarreforma obligaron a apagarlo. Era demasiado pagano y poco bíblico.

Según la medievalista Paula Berger, en el personaje de Santa Brigit se encuentra la translación de elementos de la antigua diosa Brigit a la santa. Las biografías sobre santa Brigit presentan notables incongruencias, esto ha llevado a finales del siglo XX a un intenso debate sobre su historicidad. La cuestión no es banal, pues Santa Brigit es patrona de Irlanda.

El nombre de Brigit, procede del protoindoeuropeo, significando altura, alto, elevado, eminente, sublime. Las ciudades con términos que contienen la raíz burg/berg, suelen encontrarse con frecuencia en los países germánicos y celtas.

  
San Brando, San Borondón

El dios celta Bran (irl. cuervo) tenía las funciones de la magia, el acompañar a las almas de los fallecidos al Otro mundo (psicopompo), entre otras. El relato del viaje de Brandan, Navigatio Brandanis, cristianizado como San Brandán, Borondón, Barondón, etc. En su viaje San Brandan recala en una maravillosa isla situada en medio del océano. Es la isla Afortunada, donde viven los muertos, un paraíso natural. Cuando regresa a su patria percibe que todo ha cambiado, da la impresión que han transcurrido siglos. El primero de los navegantes que salta a tierra, se convierte en polvo y entonces Brandán ordena hacerse de nuevo a la mar.

El viaje se San Brandán, escrito por un poeta de la corte anglonormanda de de Enrique I es un relato que se enmarca dentro de la literatura fabulosa de inspiración céltica, como las obras del ciclo Artúrico y del Graal. Este libro tuvo gran influencia en Castilla en la exploración de las islas Canarias, también llamadas afortunadas. Hay una leyenda de una isla en el archipiélago canario que aparece y desaparece, situada entre las islas de Palma, la Gomera y Hierro. Durante los siglos XVI al XVIII se organizaron expediciones para encontrarla. El ingeniero al servicio de Felipe II, Leonardo Torriani llegó hasta describir sus dimensiones.

 El dios celta Gobbán y Santa Gobnait

Gobban o Goibnui es el dios celta herrero, análogo al dios Vulcano latino o al Hefesto griego. Las analogías entre los panteones nunca son exactas. En el caso irlandés, sus dioses no están tan especializados como los germánicos o los griegos. Nuestro Gobbán además de ser dios de la metalurgia, es el dios del Mundo subterráneo, preside los festejos de los muertos. Por lo tanto es una especie de Vulcano y Plutón, salvando las diferencias. La vida en el infierno celta es apacible. Se consumen bebidas y alimentos mágicos que otorgan a los muertos la inmortalidad. La cerveza y los cerdos siempre se regeneran, como sucedía con jabalí que comen los guerreros del Valhalla, Saehrimnir que se cocinaba todos los días y volvía a estar entera cada noche.

Santa Gobnait (irl. Pequeña herrera) es venerada en Ball Vourney, condado de Cork, probablemente un antiguo santuario celta, donde hay restos de minería y metalurgia. Era hermana de Santa Abban, en su familia había un profunda disputa y huyó a la isla de Aran. Allí un ángel le dijo “no es el lugar de tu resurrección”. El ángel le dijo a Santa Gobnait que debía buscar un lugar donde pastasen nueve ciervos blancos. Tenía gran admiración la santa por las abejas, predicando que las almas abandonaban los cuerpos en forma de abeja. Esta doctrina es contraria a la resurrección de los cuerpos del cristianismo. Esta teoría estaría más próxima de una metempsicosis o transmigración de las almas de un cuerpo a otro.
A un bandolero que robaba ganados le obligó a devolverlos a sus propietarios al ordenar a un enjambre de abejas atacar al bandolero. La santa vivió en Irlanda, entre los siglos V y VI.

San Patricio


En irlandés antiguo se escribe Cothraige y en irlandés moderno Pádraig. Se enfrentó según la leyenda a los druidas, venciéndolos en combates mágicos. Poseía la ciencia de la adivinación, podía generar tormentas a voluntad, hacer que un discípulo caminase entre las llamas de un fuego sin sufrir daño, mientras que hacía que el druida se quemase. Estos poderes son los propios del dios Lug.

Santa Eulalia de Mérida

Santa Eulalia en su juventud fue una mujer pagana que había adquirido el conocimiento de una poderosa magia. Se ha relacionado a Santa Eulalia con la diosa celtíbera Ataecina, una diosa de la fertilidad, la muerte y la naturaleza. En la romanización Atecina fue asimilada a Proserpina, como se ha podido leer en la inscripción: “Dea Ataecian Turibrigensis Proserpina”. En Galicia fue venerada como lo confirma la lápida encontrada en Padrón: “Ataecín e Inferica” su culto fue muy popular en los primeros siglos del catolicismo en Extremadura, Salamanca, Galicia y Cataluña.

San Froilán

Según la leyenda nació en la ciudad de Lugo, fuera de los muros de la muralla, más debajo de la “Porta Miña”, un lugar que aun no está edificado y en el cual una lápida recuerda su nacimiento.

San Froilán procedía de una noble familia visigoda, con buenas relaciones con la corte. Durante el siglo IX san Froilán se dedico a evangelizar a una Galicia y el Bierzo que eran profundamente paganas en su espíritu. Disponía san Froilán de un burro y de bastantes libros, lo cual nos indica que era de familia con posibles. Un día mientras dormía un hambriento lobo mató y devoró a su burro. Al día siguiente al observar los restos de su fiel burro, San Froilán llamó al lobo, el cual se presentó y le dio la misión de portar sus hatillos con los libros, la ropa y otros útiles para la vida nómada. El lobo le sirvió durante toda su vida como misionero con gran lealtad, siendo inseparables. La domesticación de las fieras salvajes es un tópico en las leyendas celtas y las sagas germánicas. Lug, Wotan, los druidas y los magos como Merlín, tenían una especial vinculación con el lobo.

San Froilán no era buen orador, se dice que era tartamudo. Según su biografía legendaria, dios le reveló que debía introducir brasas ardientes en su boca para corregir la tartamudez. No solo no se quemó, sino que adquirió el don de la profecía. En el mundo indoeuropeo muchas veces el dios de una función carece del órgano relacionado con esta. Odín es tuerto y es un gran vidente. Tyr es manco y es un gran combatiente, al cual saludan los guerreros antes de la batalla. El dios veda Bhaga es ciego y es el encargado de repartir las partes de forma justa. El también dios veda, Savitr, es el dios que impulsa los sucesos, perdió las dos maños, Nuada, el rey de los Tuatha De Danann pierde una mano en una batalla lo cual le obliga a abdicar, pero la actuación e Miach le hace una mano de carne y puede volver a llevar a los dioses a la batalla.

La etimología de Froilán la podemos reconstruir. Está documentado en el año 1119 el nombre Froila, forma sincopada de Fronila y Frunila. Froilán procede del visigodo, al ser latinizado se paso a escribir como Fronilanus y el genitivo Fronilani.
Frunila es equivalente al Brunila o Brunilda que proviene de Brun-hild o Frun-hild. Hild o Hilde era el nombre de una diosa madre germánica con atributos similares a los de la diosa nordica Freyja. Una condesa lucense figura en un pergamino en el año 1178, con el nombre Fronilde.
En gótico “Fraujis” significa señor y “Hild” significa batalla guerra. Si suponemos que Froilán proviene de la latinización del Fraujishilde significaría señor de la guerra. Otra posibilidad sería Fraujisila, donde “ila” significa un diminutivo en la lengua goda, con lo cual Froilán significaría pequeño señor.






sábado, 19 de mayo de 2018


El Reinado de Hermenerico I


Las fuentes literarias para estudiar este periodo son muy limitadas y al mismo tiempo segadas ideológicamente, al ser escritas por clérigos cristianos con resentimiento hacia los paganos que les habían quitado su poder político y económico.

Hidacio de Lemica, compuso una Historia que comprende los sucesos acontecidos en Gallaecia entre el 379 y el 469. Su mesianismo y odio hacia los Suevos han sido puestos de manifiesto por los historiadores Wilhelm Reinhart y Casimiro Torres. Su crónica adolece de un marcado maniqueísmo combinado con una visión apocalíptica previa a la segunda llegada del Nazareno. Los germanos son presentados como paganos que disfrutan asesinando, quemando, robando, etc.:
“Las desolaciones de alanosvándalos y suevos por España (409-410) desencadenaron cuatro mortales plagas: el hierro de los soldados y de los tiránicos exactores de tributos, que consumen todos los recursos del país; el hambre, que llega a extremos de antropofagia; la peste, que siembra cadáveres por todas partes; las bestias feroces, que, avezadas a la carne insepulta, infestan la tierra.

Paulo Orosio, natural de Braga, tiene una visión más optimista de la incursión de los pueblos bárbaros en el Imperio Romano. Su célebre obra “Contra los Paganos”, está presidida por una visión profundamente semita. La historia es concebida linealmente, universalmente y providencialmente por el dios de Abraham. Los males que sufre el Imperio a manos de los bárbaros son permitidos por dios como medio para preparar a la humanidad para la parusía, la segunda venida del Nazareno. Las acusaciones de los romanos paganos contra los cristianos por haber debilitado al Imperio con su religión alejada de los valores marciales romanos es refutada por Orosio con el argumento de que antes del Imperio Romano existieron otros Imperios que sucumbieron, todo ello dentro de una caminar de la historia hacia la encarnación del verbo, la evangelización y la parusía final.

Desde la llegada de los Suevos, Vándalos y Alanos a Hispania transcurrieron dos años hasta que decidieron asentarse. Según el obispo y terrateniente Hidacio, los invasores se repartieron a suertes las provincias de Hispania. Esta costumbre estaba muy arraigada entre los pueblos indoeuropeos. A los Suevos y a los Vándalos Asdingos les toco en suerte Gallaecia. Los Suevos se establecieron en el sur de Gallaecia y los Vándalos Asdingos en el norte. Los Alanos se asentaron en la provincia Cartaginense, la más extensa y los Vándalos Silingos en la provincia Bética, la más rica y romanizada de las repartidas. La provincia Tarraconense, permaneció bajo el control del emperador Máximo, hecho que es interpretado por muchos historiadores como prueba de un pacto entre los invasores y los hispanorromanos.

Se especula sobre la forma jurídica empleada para el reparto de tierras entre los recién llegados y los hispanos romanos. La ley ad inhabitandum[i] permitía al estado ceder lotes de tierra a los bárbaros, conservando de estos lotes los hispanorromanos dos tercios y el otro tercio se entrego en propiedad a los Suevos. Cuando se asentaron los visigodos el reparto fue dos tercios para estos y el tercio restante para los hispanorromanos. En esa época la autoridad Imperial había decaída y eran las comunidades locales las que negociaron con los Visigodos.

L. Schmidt opina que el rey suevo Hermenrico firmó un pacto de foedus con el emperador Honorio en el año 411. La principal prueba que aporta este historiador reside en las monedas de plata acuñadas con el anverso de Honorio y el reverso del rey suevo Reciario. W. Reinhart considera que dicho pacto no existió, pues los suevos no actuaron como federados del Imperio, manteniendo su absoluta independencia política frente al Imperio.

Honorio ante la grave situación económica, política y militar no pudo actuar de forma contundente contra los pueblos germánicos invasores de Hispania. Tuvo que esperar a reunir fuerzas suficientes una vez que consiguió que en otros frentes más próximos a Roma fuera restablecido el orden imperial. Honorio tuvo que encarar  la campaña de los visigodos de Alarico en Italia, que culminó con la toma y saqueo de Roma por los visigodos.  A la muerte del gran rey Alarico (gótico: Allreiks, rey de todos), los visigodos eligieron a Ataulfo, el cual después de enterrar al heroico rey debajo del curso del río Busento en la ribera del Cosenza[ii], se dirigió hacia Hispania con la intención de embarcarse hacia el norte de África.

Las provincias del norte de África eran las más ricas del Imperio, producían gran cantidad de trigo, aceite y vino. El Imperio de Occidente dependía de esta fuente de trigo para alimentar a la población de la urbe y a las legiones, una vez que el trigo de Egipto estaba bajo el control del Imperio Oriental. Ataulfo (gótico: Aþawulfs, ‘lobo noble) estableció su corte en Barcino y se caso con Gala Placidia, hecho que enfureció a Honorio (era su hermana por parte de  su padre, Teodosio I). Ataulfo quería firmar un pacto de foedus con Honorio que legalizase su nuevo reino en norte de África y conseguir que la flota romana transportase a los godos. El asesinato de Ataulfo por parte de Eberwulf supuso el nombramiento de Walia como rey que continuó las negociaciones con los romanos.  Concluyeron en un pacto de foedus, por el cual los visigodos recibirían seiscientos mil modios de trigo y territorios para asentar a su pueblo.

Los Visigodos a cambio deberían destruir a los pueblos que se habían asentado en Hispania. En año 417, un ejército de Visigodos dirigidos por su rey se enfrentó a los vándalos silingos liderados por Fredebaldo, que fueron derrotados, su rey capturado y enviado a Roma como trofeo. A continuación el poderoso ejército visigodo se dirige contra los Alanos, famosos por su eficaz caballería pesada. El rey alano Ataces fallece en la batalla y los alanos fuertemente diezmados prefieren no elegir un nuevo rey e integrarse en la nación de los Vándalos Asdingos, cuyo rey Gunterico se tituló rex Wandalorum et Alanorum. El siguiente rival para los Visigodos de Walia serían los Suevos de Hermenerico y los Vándalos de Gunterico, que se encontraban acantonados en Gallaecia. La táctica romana de emplear a los pueblos germánicos en luchas fratricidas había dado resultado una vez más. Esta táctica se completaba con incumplir casi siempre sus promesas. Si las revisamos, vemos como los emperadores emplearon a los visigodos en numerosas campañas de las que sacaron poco más que el botín, a cambio sufrieron numerosas bajas.

La salida anticipada de los Visigodos de Hispania antes de someter a los Suevos y los Vándalos Asdingos no está clara. Parece ser que el general Constancio ante el éxito de las armas visigodas tuvo  el temor de que toda Hispania quedase bajo su control  y por ello llamó a los Visigodos. W. Reinhart[iii] por su parte apunta la hipótesis de que debido a las bajas sufridas frente a los ejércitos Vándalo y Alano, los visigodos necesitasen reorganizarse, haciendo el enfrentamiento contra Hermenerico y Gunterico una campaña demasiado arriesgada. Walia se dirigió al sur de la Galia, para tomar posesión de las provincias y comarcas cedidas a los visigodos por Honorio. Estas fueron la Aquitania Segunda y comarcas alrededor de Toulouse, plaza en la que establecieron su capital. Posteriormente veremos cómo Honorio hizo una entrega de territorios envenenada, pues instaló en sus proximidades a los Francos y a los Burgundios fomentando la discordia entre estas naciones.

Al salir el ejército visigodo de Hispania, se produjo según Hidacio una guerra entre los Vándalos y los Suevos. El grueso del ejército Suevo con su rey a la cabeza sale de Galicia y se dirigen a los montes Nervasios, situados entre el Bierzo y Asturias. Las fuerzas más numerosas de Vándalos Asdingos y Alanos buscan un enfrentamiento directo, pero el rey Suevo prefiere situar sus tropas en lo alto de los montes Nervasios utilizando la posición alta como factor que nivele la diferencia en número. Los Vándalos y Alanos ante las bien construidas posiciones defensivas de los suevos se preparan para un largo asedio[iv]. La falta de maquinas de asalto y la poca paciencia de los germanos para llevar buen término el asedio de una montaña bien atrincherada, lleva a Gunterico a buscar la oportunidad de lanzar una campaña de pillaje. Asaltan Braga, donde matan a algunos suevos, a continuación se dirigen hacia la Lusitania, incendiando y asaltando las poblaciones mal defendidas. En la Bética causaron tales destrozos que el nombre Vándalo paso a ser sinónimo de “persona salvaje y destructiva”. Hermenerico, en año 419 a la cabeza de la nación Sueva se lanza entonces a ocupar toda Galicia. Recupera Braga, toma Tui y Orense. Se dirige hacia Lucus Augusti, pero no consigue tomarla, en parte por sus fuertes murallas y la presencia de topas legionarias reforzadas por caballería visigoda. Lucenses y Suevos llegan a un acuerdo de paz, se intercambian prisioneros. En palabras del historiador Benito Vicetto, desde entonces Lucenses y Suevos quedaron como dos naciones amigas. El comes  Hispaniarum Asterio con un ejército romano se enfrentó a los Vándalos y los Alanos, causándoles muchas bajas.

En torno al año 422 el Imperio envía a Hispania un ejército al mando del general Castino, acompañado por una fuerza goda. El objetivo del Imperio era expulsar a los Vándalos de la Bética, pero son derrotados, quedando la Bética y parte de la Cartaginense en poder de los Vándalos. Esta vez los visigodos deciden no apoyar a los romanos, observando cómo son aniquilados por su primos.





[i] Wilhelm Reinhart, Historia General del Reino Suevo, Madrid 1952, página 35.
[ii] Para ello los visigodos realizaron una gran obra de ingeniería, desviaron el río Busento a su paso por Cosenza y practicaron en el lecho del río una fosa en la que enterraron al gran rey con su tesoro y los esclavos que trabajaron en la obra, para que nadie supiese donde estaba enterrado. Esta práctica pagana nos muestra que el cristianismo de los godos era únicamente una condición necesaria para poder establecer pactos con el Imperio y con los romanos.
[iii] Wilhelm Reinhart, opus cit. página 37.
[iv] Benito Vicetto, Historia de Galicia, Tomo II, Ferrol 1866, páginas 198 y 199.



sábado, 12 de mayo de 2018


La onomástica Suevo-visigótica

En palabras del historiador alemán Wilhelm Reinhart[i], “No hay región de la Península donde abunden entre la población, aún hoy, tanto los nombres germánicos con en Galicia y el Norte de Portugal, aunque los que subsisten representan sólo un pequeño remanente de los centenares de tales nombres que había en tiempos medievales”. Los gallegos empezaron  a usar nombres suevos a principios del siglo V y su empleo se incrementó con la anexión al reino Visigodo.

La presencia de topónimos visigóticos en el Noroeste de la Península, permite suponer que un número significativo de la gens visigothorum se desplazó (topónimos como valdegoda, gondaisque, godinha, guntín, godos, etc.). El predominio de la onomástica  germánica continuo en los siglos VIII a X, como lo demuestran la documentación que nos ha llegado. En el siglo XII eran comunes nombres como: Aldefonsus, Argilo, Astraulfus, Bertosendus, Brandericus, Erbegunda, Hildemirus, Manosinda, Recedrudia, Sigeredus, Sisulfus, Trastemirus, Ferdinandus, Turdilda, etc.

Los nombres suevo-góticos se componen normalmente de dos elementos con un  significado “psíquico” que sintetizaban los anhelos de los padres para sus hijos. Según el estudioso alemán Joseph Maria Piel, “se refleja, por lo tanto, la psicología de un pueblo primitivo en el mejor sentido de la palabra y con innegable poética”[ii]

Se escogían lexemas que significasen los valores más altos para los suevo-góticos, valores de una sociedad libre y guerrera: gloria, autoridad, poder, riqueza, bravura guerrera, veracidad, juicio, sabiduría, austeridad, etc.

Vamos a citar unos ejemplos que nos ayudaran a interpretar los nombres germánicos.
·         Remismundo (rey suevo del 459 al 469): Remis significa quietud, meditación y munds protección.
·         Teudemiro (rey suevo posterior a Remismundo): Theus significa  pueblo y meries, famoso.
·         Rodrigo: Hroths significa glória y riks, rico.
·         Leobegodo: De liuba, amable y goths, bueno.
·         Guntisalvo (de donde deriva Gonzalo): Gunth significa lucha y salwa, firme

Los animales inspiraron a nuestros antepasados valores que transmitir a sus hijos. Eran apreciados el jabalí (ebor), el oso (baira), el lobo (wulf), el águila (ar), el cisne (swan). Como ejemplos tenemos Eborico y Eurico, Bermudo, Viliulfo y Aragildo. A la hora de componer un nombre, ciertos elementos solían ponerse como primer lexema, un ejemplo es Arg (fuerte, intenso, potente): Argibaldo, Argilego, Argimiro, Argileuba, Argifonso, Argesindo, Argimundo. Rod (gloria), Hilde (lucha), Ermen (fuerte), Guil, Wil (voluntad), Astra (espléndido).

Otros elementos eran más propios de ir en segundo lugar como: gilt (<gildo,  significando valioso, apto), reth (<rico, redo, significando rico, poderoso), sinth (<sendo, sindo, significando campaña), etc.

Los nombres también podían estar formados de un solo elemento. Brando (<brand, espada), Sande (<Santh, verdad), Miro, Fredo (<frithu, paz), Frumario (<frumar, el primogénito), Theudis (pueblo, etnicidad). Los diminutivos se componían con ilo, ila e iza dando lugar a nombres como Atila, Brandila, Merila, Sandila y Teudila, Witiza y Egica. Suabila[iii], Gotila y Ulfila vendrían a significar pequeño suevo, pequeño godo y lobezno.

Posiblemente los nombres germánicos se componían de dos lexemas para combinar los nombres del padre y de la madre. Si el padre era Rothriks y la madre Ermentrude, los hijos podrían llamarse: Ermenerico, Trudilda, Rosende, Ermenegildo, etc.

Los apellidos castellanos más comunes tienen su origen en el genitivo gótico “is” empleado como sufijo de pertenencia (hijo de ): Rodríguez, Fernández, Álvarez, etc.

Un documento muy interesante para conocer la onomástica germánica de la alta edad media se conserva en el Archivo General de Galicia. Es un documento escrito en un penoso latín (¿quiénes lo escribieron hablan aun godo o suevo?, pues no se entiende que empleasen un latín tan malo, cuando las lenguas romances aun no habían nacido) en el año 954. En este documento, publicado en la revista Galicia Histórica en 1901 se leen 140 nombres de los cuales son 105 suevo-visigóticos, el resto son latinos. En palabras del lingüista alemán Joseph María Piel, no se conoce un documento fuera de una nación de lengua germánica en el cual el 75% de las personas tengan nombres germánicos. Esta es una prueba del poderoso legado suevo-visigótico en el territorio del antiguo Reino Suevo. En la alta edad media, llevar un nombre germánico suponía que esas personas habían interiorizado la ideología propia de los suevos y visigodos, con su valores morales, sociales, políticos, legales, etc. No era una cuestión de moda o influencia política, pues en ese caso serían más atractivos emplear nombres árabes. En nuestra opinión la profusión de nombres suevo-visigóticos significaba que estas dos naciones aun eran las líderes de la población galaica.

Es lamentable que las autoridades académicas no se interesen por los numerosísimos documentos guardados en las catedrales de Santiago, Lugo, Orense y en los tumbos de Sobrado y Monforte. Estos documentos aportaran nuevos datos sobre la onomástica suevo-gótica y la evolución de estos nombres. Las hipótesis aceptadas sin prueba alguna de que las lenguas sueva y goda se dejaron de hablar en España en el siglo VIII o antes, no tienen fundamento al ver documentos escritos en un latín bárbaro[iv], pues estas personas conocían el significado de sus nombres y sabían los lexemas combinar los lexemas germánicos. Esto nos lleva a conjeturar que el suevo y el godo aun eran hablados por una parte importante de la población o por lo menos se conservaba el conocimiento del significado de muchas palabras germánicas. Como sabemos, en nuestra patria, todo lo relativo a las nobles naciones visigoda y sueva está vetado, censurado y condenado al ostracismo por las autoridades académicas y políticas. Esta censura no es de ahora, en la pasada dictadura no se veía con buenos ojos los estudios sobre la nación sueva.



[i] Wilhem Reinhart, Historia General del Reino Hispánico de los Suevos, Publicaciones del Seminario de Historia Primitiva del Hombre, Madrid 1952, pág. 87.
[ii] Wilhem Reinhart, opus cit., pág. 88.
[iii] Los cronistas de los siglos VI y VIII, Jordanes y Paulo Diácono llamaban a los suevos suabi o suavi y en opinión de W. Reinhart, probablemente se llamarían a sí mismos suaben o en grafía alemana Schwaben. Wilhem Rienhart, opus cit. 90.
[iv] Wilhem Reinhart, opus cit. 92.


sábado, 5 de mayo de 2018

Los Nueve Pilares del Ásatrú



Los Nueve Pilares del Ásatrú

El Odinismo como religión neopagana pretende la reconstrucción de la espiritualidad de los pueblos germánicos. Han pasado muchos siglos desde que los últimos grupos paganos escandinavos fueron convertidos a la fuerza al cristianismo, por este motivo el regreso a esta espiritualidad no es inmediato ni sencillo. A través del estudio de las fuentes de la mitología, del derecho, de la sociedad, de la familia, etc., se puede reconstruir como era la religiosidad nórdica y desde esta reconstrucción adaptarla a nuestros días. Son posibles muchas reconstrucciones, como sin duda hubo infinidad de Odinismos en el pasado; teniendo en cuenta la gran variedad de confederaciones germánicas (godos, francos, suevos, sajones, anglos, vándalos, burgundios, etc.) que existieron a lo largo de los siglos. Cada confederación a su vez se dividía en varias tribus y éstas en a su vez en sippes (kindred), con su variantes religiosas.

El Odinismo, como cualquier religión debe tener un conjunto de principios fundamentales que lo caractericen frente a otras religiones, guiando a sus fieles en su crecimiento y dando uniformidad a los cultos y rituales. En este artículo vamos a presentar esquemáticamente para su debate y reflexión, los que consideramos Los Nueve Pilares del Odinismo.

1.      Politeísta: el Odinismo es una religión politeísta. La diferencia frente a los monoteísmos no radica en el indeterminado número de dioses, sino en la ontología de la divinidad. Los dioses germánicos y por ende los indoeuropeos, son entidades superiores al ser humano, pero no son omnipotentes, ni omniscientes, ni inmutables, ni eternas, etc. Los dioses ante todo representan para el hombre un camino de autorrealización. El odinista busca realizar la divinidad que lleva en su interior siguiendo el camino de los héroes, alcanzado la apoteosis y de esta forma transmutando su ser humano en divino. Los dioses a su vez se dividen en muchas tribus: Aesir, Vanir, Elfos, etc., con funciones cósmicas diferentes. Un dios es una entidad poliédrica, manifestado una fuerza distinta en cada dimensión de la realidad: física, psicológica, genética, histórica, etc. Al hablar de los dioses, muchas veces empleamos analogías, esta forma de hablar presenta la ventaja de la sencillez, pero al mismo tiempo emplea conceptos externos que no permiten una mayor profundización en la naturaleza del ser divino. Desde el punto de vista filosófico empleamos un metalenguaje para explicar las realidades divinas. Como ejemplo, podemos asimilar los dioses a las fuerzas de la naturaleza: la fuerza nuclear fuerte,  la fuerza nuclear débil, el electromagnetismo y la fuerza gravitatoria. Cada una rige un conjunto de fenómenos físicos e interactúan cuando convergen en una partícula o punto, siguiendo unas leyes. Platón, que era politeísta y fundó su Academia como una institución religiosa, concebía el Universo como una realidad viviente, con su cuerpo material y su alma cósmica. Esta última tenía consciencia de su existencia, poseía una mente. De aquí, podemos inferir que las fuerzas que rigen el Universo tienen cuerpo, alma y mente, es decir son dioses. Esta es una interpretación posible, cada odinista debe buscar la suya propia.

2.      No Dogmático: El Odinismo, como todas las religiones indogermánicas es un camino espiritual personal. El Odinismo no pretende crear una religión-estado, con un jefe de estado que ordena a sus fieles mediante encíclicas de obligado cumplimiento bajo penas pecunias, penales (incluida la pena de muerte) y el castigo eterno en el infierno. Las barbaridades cometidas por las religiones abrahámicas son suficientemente conocidas y por desgracia aun las sufre la humanidad. No tener dogmas no significa que todo es posible en el Odinismo. Al contrario, el Odinismo se rige por la tradición recogida en los textos que se han conservado y por el espíritu que se manifiesta en los descendientes de los paganos germánicos. La genética imprime carácter, un odinista siente las fuerzas de sus ancestros que le guían en su actuar, generando una ética práctica. El Odinismo no necesita un decálogo de hipocresías, que solo sirven para atemorizar al fiel, situándolo siempre en el pecado, necesitado del perdón de un sacerdote (en muchos casos mucho más pecador que el propio fiel) para volver a sentirse querido, por un dios al que siempre mira con la cabeza baja y desde el miedo. El odinista ama a los dioses y a las diosas desde la admiración, como hermanos mayores que han superado vicisitudes en sus vidas, que han quedado reflejadas en mitos que nos guían en nuestro periplo. Vivimos una sola vez, por este motivo nuestra vida es algo excepcional, no podemos malgastarla con miedos y complejos, debemos vivirla conforme a lo que somos, de forma heroica, dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos. No hay mayor honor que el ser recordado por nuestros amigos y familiares. La fama que buscaban los grandes héroes homéricos. El odinista no teme a nada, ni a los mismos dioses, a los cuales se puede enfrentar si este es su destino.

3.      Sin Clase Sacerdotal: los pueblos germánicos no tuvieron una clase sacerdotal, el jefe de la sippe y el padre de familia actuaban como sacerdotes. Si miramos a otros pueblos indogermánicos, las estructuras sacerdotales eran sencillas, pues la falta de textos sagrados y por lo tanto de unos dogmas revelados, impidió la formación de estructuras sacerdotales poderosas. Como odinistas debemos mantener esta tradición. No es fácil, el contagio con las religiones abrahámicas nos puede arrastrar a crear estructuras clericales, con todos los vicios que de ellas se derivan. El primero es el dogmatismo, que tanto daño ha causado a la sociedad, el segundo es la generación de un negocio religioso, algo normal en la mentalidad abrahámica, donde el acaparar oro es vital. El día que los godis cobren por sus ritos, como los sacerdotes abrahámicos, habremos perdido sin duda la pureza del rito y por lo tanto la conexión con los dioses. La limpia intención, la espontaneidad, la naturalidad deben ser virtudes que guíen los rituales odinistas. La profesionalización de los godis, si bien puede traer consigo unos ritos más elaborados, pierde en profundidad espiritual, pues ya no es uno más del pueblo quien conduce el ritual, es un funcionario al servicio de una institución con intereses mundanos. Otra cosa es que los fieles que son llamados por Odín, a conducir los rituales deben formarse en la espiritualidad y la filosofía del Odinismo, pues todo don implica una responsabilidad con el pueblo y una necesidad de realización en la persona, que si no es satisfecha genera lagunas en su crecimiento espiritual. Hoy en día vemos como la formación académica sufre una crisis que esta desembocando en un desprestigio social. El Odinismo como institución debe facilitar la formación de sus fieles, desde una perspectiva iniciática, donde el maestro guíe al neófito hacia su maestría, generando una cadena de transmisión de conocimiento, que comenzó en Odín y terminará en el Alfather.
4.      Étnico: el Odinismo es una religión ligada a la familia, la sippe, la tribu, la nación. El Odinismo nace desde unos presupuestos genéticos. Los genes nos guían. Cuando reconocemos en nuestros hermanos conductas de nuestros padres, abuelos y antepasados, su transmisión no solo es cultural, pues la cultura de nuestros mayores es diferente a la nuestra. Cada pueblo es en sí mismo perfecto, por lo tanto debe seguir la espiritualidad que sus genes marcan, para conseguir el mayor desarrollo espiritual. La llegada de las religiones abrahámicas a Europa supuso la imposición de paradigmas contra natura para el europeo. La edad media fue un periodo en el que los pueblos europeos vivieron enfermos. Podemos comparar la conversión forzada a las religiones abrahámicas a una infección por un virus, estableciendo una analogía con sus fases. En este sentido durante la edad media los pueblos europeos perdieron la capacidad de crear, de pensar, de imaginar, de soñar. Vivian del recuerdo del mundo grecorromano, pues su espíritu estaba amordazado por la moral abrahámica. Con el renacimiento, se perdió el miedo a pensar fuera de lo permitido por la fe abrahámica. La ciencia se mostró superior a la fe de un dios castrador. La genialidad de los griegos volvió a brillar en los corazones y las mentes de los europeos. Se recuperó el conocimiento matemático, la física volvió a cultivarse y con ella todas las ciencias que durante la edad media estaban estancadas. El virus de Iahvé estaba siendo vencido, el hombre volvía ser el centro del cosmos y la medida de todas las cosas. En los siglos siguientes las naciones europeas llevaron la ciencia y la civilización por los cinco continentes. El cristianismo seguía siendo la fe mayoritaria, pero había sido marginada al área moral, era posible desarrollar una ciencia y una tecnología independientes de la supervisión clerical. La fe de Iahvé quedaba relegada al mundo de lo intangible. Lentamente la Inquisición fue perdiendo fuerza hasta que los europeos comprendieron que era un instrumento malvado. Si los pueblos europeos sufrieron más de diez siglos de oscurantismo por la imposición de una religión exógena, ¿no deberían aprender todos los pueblos del mundo que en sus religiosidades nativas se encuentra el camino de realización personal y comunitaria? Por este motivo, el Odinismo es bueno para las personas de genética germánica y será menos bueno para personas de otras etnias. No se le prohíbe ser odinistas, simplemente nos apena que no encuentren en sus raíces culturales su camino ancestral para ser ellos mismos, como hicieron sus mayores paganos.
5.      Culto a los Ancestros: por más queridos que los aesir y lo vanir son nuestros ancestros, ellos nos trasmitieron sus genes, nos instruyeron, nos dieron su cultura y nuestra identidad. Por ellos trasmitimos a nuestros descendientes la llama de la divinidad que ellos recibieron de los dioses. Nuestros antepasados son dioses, en los cuales encontramos la sabiduría y la fuerza para afrontar el destino. La estirpe, el linaje, la sippe, el kíndred, la gens, todos estos conceptos nos hablan de una línea de sangre que se extiende desde la creación del hombre por los dioses y no tendrá fin. Nuestros mayores antes de salir de casa se dirigían a los Lares para pedirles protección en el mundo exterior. Al volver daban gracias por regresar otra vez con los suyos. Alrededor del fuego se reunía la familia y siempre tenía presente a los ancestros. Los agasajaban con pasteles, bebidas, incienso y flores. A nuestros ancestros debemos dirigir oraciones, plegarias, deseos, pensamientos. Ante ellos necesitamos abrir nuestros corazones y mentes, pues en ellos tenemos no solo unos padres biológicos, sino unas fuerzas espirituales que nos fortalecen y purifican. Cuando estudiamos nuestra genealogía, recordamos como vivieron y murieron nuestros antepasados; tenemos modelos a seguir, en los errores y en los aciertos. El cristianismo en su afán de atrapar el alma indogermánica, creó a los santos, purgando todo aquello que consideraba amoral. Nuestra religiosidad es profundamente humana, todo lo humano es en sí mismo necesario, formando parte de un ecosistema. Por este motivo es tan importante tener presente los errores como los aciertos, pues es difícil acertar sin antes errar. No creemos en la perfección absoluta, es en sí misma absurda y fea. La belleza y la genialidad se producen por pequeños errores que nos permiten salir del camino trazado, descubriendo continentes que antes no existían. ¡Hail Ancestros!
6.      Familia: todos nacemos de unos padres, aunque hoy en día se pretenda crear familias sin un padre y una madre. Por mucho que la perversión jurídica lo refrende, un ser humano se forma de la unión de un óvulo y un espermatozoide. Lo femenino y lo masculino son necesarios, son fuerzas diferentes y complementarias. Lo uno no puede existir sin lo otro. Por este motivo los odinistas creemos en la familia que heredamos de nuestros mayores, con sus defectos y virtudes. Cada generación debe adecuar las estructuras familiares a su tiempo, mejorando las relaciones, facilitando el desarrollo pleno de las potencialidades de sus miembros. Los pueblos europeos han permitido que el hombre y la mujer se desarrollasen mucho más que en otras culturas. El machismo no es propio de los pueblos indogermánicos. Las mujeres han gobernado la economía familiar con acierto, tomando decisiones que obligaban a todos los miembros. Las mujeres disponían de su herencia, de su dote y de su patrimonio que administraban con libertad. Por este motivo, algunas de las reivindicaciones del feminismo, surgen de la situación marginal de la mujer en otros continentes y se aplican anacrónicamente a Europa. Otra cuestión es que la llegada masiva de personas de otros continentes a Europa, esté ocasionando conductas que lesionan a las mujeres de forma criminal que el Odinismo repudia. Las religiones abrahámicas impusieron un paternalismo exógeno. La mujer pagana romana, celta, germana y griega gozaba de mucha más libertad que la mujer cristiana. El Odinismo por tanto, lleva en sí mismo el espíritu de libertad y autonomía propias de las mujeres y de los hombres indogermánicos. Los hijos deben ser educados conforme al entender de los padres, sin intromisiones del estado en la familia, pues toda intromisión es una tiranía, aunque sea aprobada por ley en un parlamento. De esto nos advirtió Platón, la política debe estar en manos de filósofos, no de demagogos y ni sofistas.
7.      Pragmatismo Científico: la ciencia como creación del espíritu humano debe guiar el desarrollo del hombre y de la sociedad en su conjunto. La sociedad se crea como necesidad del hombre para afrontar su falta de adaptación al medio. Mediante el conocimiento práctico y la especulación científica los pueblos indogermánicos han podido desarrollar sociedades en la cuales la vida ha progresado. El europeo busca soluciones prácticas, el misticismo, si bien tiene su ámbito, no es la fuerza que guía las sociedades europeas como sucede en otras culturas. A través de la ciencia y de la tecnología deben crearse sociedades en la cuales el hombre pueda desarrollar todas sus potencialidades. El arte en todas sus manifestaciones diviniza al ser humano. ¡Quién no se estremece al ver los templos griegos, romanos, las catedrales, etc.! La misma ciencia a través del lenguaje matemático es una forma sublime de arte. Al leer una ecuación física que rige el comportamiento de los átomos en cualquier parte del Cosmos y en cualquier tiempo; ¡cómo no sentir el aliento de lo divino sobre nuestros cuerpos! La grandeza que hemos heredado de nuestros mayores es mucha, es nuestra obligación seguir aportando Belleza, Justicia y Bien a nuestros semejantes.
8.      Culto a la Naturaleza: nuestros antepasados siempre percibieron fuerzas divinas en los arroyos, las fuentes, los ríos, las montañas, los bosques y los animales. Los ríos poseían un numen y al adentrarse en sus márgenes, pedían su permiso. El respeto y cuidado de la naturaleza era algo sagrado. Al sintonizar con las fuerzas de un río o de un bosque algo se mueve en nuestro interior, nos limpiamos y recobramos confianza en nosotros mismos. Vivimos en simbiosis con la naturaleza, cuando la destruimos nos estamos haciendo un daño irreparable. La economía actual no respeta la naturaleza, el ecologismo potenciado por los estados y ciertos partidos políticos es una falsedad. No atajan el mal, sino que con falsos remedios ocultan el daño irreversible que  se está ocasionando. Son en el fondo semejantes a los charlatanes de las ferias, que vendían ungüentos que servían para curar una caries o limpiar el suelo. Mientras no se cambie el sistema productivo, el consumismo, el mercantilismo y la acumulación de capitales en multinacionales; la naturaleza irá muriendo y con ella nuestros espíritus. La hipocresía de las políticas de reciclaje basadas en poner la carga en las familias son inoperantes. Cuando se fabriquen cosas necesarias, diseñadas para durar y ser reparadas y no para ser consumidas y destruidas, entonces volveremos a un equilibrio con la Madre Naturaleza. El odinista ora al pasear por el bosque; simplemente con respirar, ver la luz entre las ramas de los árboles y sentir la humedad en la piel, entramos en sincronía con la Madre Naturaleza y ella nos enseña cosas inefables. En Ella se formaron nuestros cuerpos y a Ella regresaremos para dar vida a través de nuestra muerte.
9.      Culto Heroico: la vida odinista es una vida de retos imposibles. Lo banal, lo trivial no tienen cabida. El odinista busca tensar la cuerda, alcanzar cotas inexploradas, conquistar mundos no soñados. Para ello dispone de unas armas divinas. Su cuerpo, genéticamente modificado por los dioses, pues no olvidemos que somos hijos de Odín y esto no es algo alegórico. Su mente regida por una lógica flexible (lógica difusa o borrosa) que le permite establecer algoritmos que establecen leyes donde otros no ven más que el azar y el caos. Una vitalidad que le lleva al esfuerzo y a la superación por la necesidad de dar rienda a su naturaleza. La voluntad de ser que le impele a realizar su destino, sin importar donde este le lleve. El odinista siempre triunfa, pues donde otros ven fracaso, por su visión cortoplacista, el odinista ve éxito, pues la escala de tiempo del odinista es el milenio. El odinista lucha por la gloria de su linaje, su estirpe, su sippe, su tribu, su nación. Los dioses nos guían, pero también nos ponen zancadillas para que nos volvamos a levantar y así nuestra vida sea plenamente heroica. La lucha por y para la lucha. La naturaleza nos muestra como todos los seres son engranajes de un maravilloso cuerpo y estos se relacionan entre sí dialécticamente. Solo el odinista que vive su vida sin miedo alcanza la sabiduría heroica, transmutándose en un semidiós que iluminará a nuevas generaciones en pos de la gloria. Pidamos a los dioses y a nuestros ancestros que sepamos encontrar nuestra senda de lucha, que no busquemos atajos y nos enfrentemos a nuestros enemigos con todas nuestras fuerzas sin reservas. La mentira, el dogmatismo, el clericalismo, el mestizaje religioso, la globalización, el materialismo, la contaminación serán vencidas, no en este siglo ni en el que viene, pero sin en mil años. Un nuevo hombre y una nueva mujer surgirán, purificados de la mentira, recuperando lo que fuimos antes y  lo que volveremos a ser, hiperbóreos.

Fernando López de Prado y López, Kindred Castilla, COE