domingo, 10 de junio de 2018

LA PERVIVENCIA DE LAS DIVINIDADES CELTAS Y GERMÁNICAS EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO


LA PERVIVENCIA DE LAS DIVINIDADES CELTAS Y GERMÁNICAS EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO

Las religiones nunca desaparecen por completo, siempre sobrevive una parte de la religión antigua en la nueva, incorporándola para facilitar la transición entre las creencias. Los celtas y germanos asimilaron muchos elementos de la religión megalítica, que tuvo una gran expansión por el oeste europeo. Con la cristianización de las naciones celtas y germánicas, sus creencias, sus costumbres y sus dioses no pudieron ser lavados simplemente por el bautismo, persistiendo en el corazón de los europeos muchos siglos después.

Un número importante de festividades, mitos y héroes paganos permanecen aun hoy en día insertados en el cristianismo europeo. Los procesos de adaptación y mimetismo duran siglos, unas veces se conserva el nombre pagano inicial, en otras ocasiones se adopta un nombre cristiano, pero si se escarba, debajo subsiste la vinculación con un mito o una leyenda pagana. Muchos de los santos de los primeros siglos del cristianismo son de difícil filiación, sus vidas y milagros contienen tantos elementos paganos que con el paso de los siglos fueron depurados para no levantar sospechas. A medida que el proceso de catequización era más intenso, era evidente que muchos milagros de los santos eran más propios de los demonios paganos que de Cristo. La hagiografía como disciplina de la teología católica que estudia la vida de los santos, ha cambiado sus paradigmas según cambiaban los tiempos, con la finalidad de difundir su mensaje (verdadero o falso) de una manera más eficaz entre la población europea. Animo al lector a leer la Leyenda Dorada, del dominico Jacobo de la Vorágine, obra que los teólogos cristianos consideran fantasiosa, pero que durante la edad media fue ampliamente copiada y contada al pueblo como una verdad indubitable.

El héroe solar san Miguel, vencedor del combate con el dragón Infernal, san Cristóbal, un nuevo Atlas, la gran diosa madre virgen, con su hijo divino, etc., son ejemplos por todos conocidos, independientemente si hemos sido o no cristianizados.


El dios Aed y San Aed

Aed, en irlandés significa fuego. En las sagas irlandesas designa al dios solar que posee capacidad de lanzar rayos y truenos. El rayo fue siempre considerado un atributo de los dioses de las primeras funciones. Entre los latinos y los griegos, el padre de los dioses, Zeus y Júpiter lanzaban su terrible rayo sobre aquellos que el castigo divino debía recaer. Thor era el dios del rayo y del trueno, el campeón de los dioses contra los gigantes, al igual que su primo, también pelirrojo, el hindú Indra.

Fue cristianizado como San Aed. Se cuenta que el obispo y San Aed en una visita a un monasterio femenino le estaba sirviendo una joven que Aed percibió que estaba en cinta, hecho que no era conocido en la comunidad. Para evitar contaminarse Aed salió del monasterio. La joven más tarde confesó el pecado y San Aed bendijo el vientre que desapareció. San Aed era famoso por curar con una piedra los dolores de cabeza, en una ocasión curo a Santa Brígida (Brigit). Falleció en el año 589.

La diosa Ann o Dana y su cristianización como Santa Ana

La diosa solar protohistórica Dann, Dana o Ann, epónima de los Tuatha Dé Danann (tribu de la diosa Danann) fue venerada como diosa triple, según el esquema tradicional: en la forma de niña, mujer y anciana. Esto se debía a que la diosa regía todas las etapas de la vida humana: desde el  nacimiento a la muerte. Actividades agrícolas, artesanales, el comercio, la guerra, etc., estaban bajo su poder. Cada una de su hipostasias recibía un nombre: Macha, Mórrigan, Badbh, etc. Su profunda presencia en el inconsciente del pueblo europeo facilitó su asimilación con Santa Ana, la supuesta abuela de Jesús. La Biblia no menciona a Santa Ana. Toda la información que se tiene de Santa Ana procede de los evangelios apócrifos, condenados por la Iglesia católica como fuente de doctrinas falsas y heréticas. El culto de Santa Ana, no se fundamente en las escrituras; surgió en la Galia y de ahí se expandió por los países de substrato celta.




Brigit y Santa Brígida

La diosa irlandesa Brigit, era similar en funciones a la diosa Dana. Era la madre divina, la diosa soberana, madre de las estrellas, protectoras de los poetas, curanderos, herreros, alquimistas, etc. Estas creencias fueron asimiladas al culto de Santa Brigit, madre abadesa del monasterio de Kildare, en el mismo lugar donde estaba el centro de culto de la diosa Brigit. En el cenobio se daba culto al fuego, cuidado por 19 monjas (vírgenes) que se turnaban cada día. El vigésimo día, se encargada del fuego Santa Brigit. Las analogías con el Templo de Vesta y las vestales no pasaron desapercibidas.
Un bardo cantó a la diosa Brigit; “La llama pura, inextingible y sin ceniza de los Gaels”. Las diosas y los dioses irlandeses eran dioses generalistas, con muchas funciones y poco especializados. En Brigit estaban presentes las funciones de protección del ganado, la cosecha, los partos, los niños, etc.

Su símbolo es la esvástica solar, cristianizada como cruz de Santa Brígida, protectora frente al fuego. Su festividad cristiana se celebraba el 1º o 2º de febrero. El fuego de Santa Brigit se mantuvo encendido en el cenobio, sin interrupción desde la fundación en el siglo VI, hasta que las autoridades religiosas en cumplimiento de la normativa emanada de la contrarreforma obligaron a apagarlo. Era demasiado pagano y poco bíblico.

Según la medievalista Paula Berger, en el personaje de Santa Brigit se encuentra la translación de elementos de la antigua diosa Brigit a la santa. Las biografías sobre santa Brigit presentan notables incongruencias, esto ha llevado a finales del siglo XX a un intenso debate sobre su historicidad. La cuestión no es banal, pues Santa Brigit es patrona de Irlanda.

El nombre de Brigit, procede del protoindoeuropeo, significando altura, alto, elevado, eminente, sublime. Las ciudades con términos que contienen la raíz burg/berg, suelen encontrarse con frecuencia en los países germánicos y celtas.

  
San Brando, San Borondón

El dios celta Bran (irl. cuervo) tenía las funciones de la magia, el acompañar a las almas de los fallecidos al Otro mundo (psicopompo), entre otras. El relato del viaje de Brandan, Navigatio Brandanis, cristianizado como San Brandán, Borondón, Barondón, etc. En su viaje San Brandan recala en una maravillosa isla situada en medio del océano. Es la isla Afortunada, donde viven los muertos, un paraíso natural. Cuando regresa a su patria percibe que todo ha cambiado, da la impresión que han transcurrido siglos. El primero de los navegantes que salta a tierra, se convierte en polvo y entonces Brandán ordena hacerse de nuevo a la mar.

El viaje se San Brandán, escrito por un poeta de la corte anglonormanda de de Enrique I es un relato que se enmarca dentro de la literatura fabulosa de inspiración céltica, como las obras del ciclo Artúrico y del Graal. Este libro tuvo gran influencia en Castilla en la exploración de las islas Canarias, también llamadas afortunadas. Hay una leyenda de una isla en el archipiélago canario que aparece y desaparece, situada entre las islas de Palma, la Gomera y Hierro. Durante los siglos XVI al XVIII se organizaron expediciones para encontrarla. El ingeniero al servicio de Felipe II, Leonardo Torriani llegó hasta describir sus dimensiones.

 El dios celta Gobbán y Santa Gobnait

Gobban o Goibnui es el dios celta herrero, análogo al dios Vulcano latino o al Hefesto griego. Las analogías entre los panteones nunca son exactas. En el caso irlandés, sus dioses no están tan especializados como los germánicos o los griegos. Nuestro Gobbán además de ser dios de la metalurgia, es el dios del Mundo subterráneo, preside los festejos de los muertos. Por lo tanto es una especie de Vulcano y Plutón, salvando las diferencias. La vida en el infierno celta es apacible. Se consumen bebidas y alimentos mágicos que otorgan a los muertos la inmortalidad. La cerveza y los cerdos siempre se regeneran, como sucedía con jabalí que comen los guerreros del Valhalla, Saehrimnir que se cocinaba todos los días y volvía a estar entera cada noche.

Santa Gobnait (irl. Pequeña herrera) es venerada en Ball Vourney, condado de Cork, probablemente un antiguo santuario celta, donde hay restos de minería y metalurgia. Era hermana de Santa Abban, en su familia había un profunda disputa y huyó a la isla de Aran. Allí un ángel le dijo “no es el lugar de tu resurrección”. El ángel le dijo a Santa Gobnait que debía buscar un lugar donde pastasen nueve ciervos blancos. Tenía gran admiración la santa por las abejas, predicando que las almas abandonaban los cuerpos en forma de abeja. Esta doctrina es contraria a la resurrección de los cuerpos del cristianismo. Esta teoría estaría más próxima de una metempsicosis o transmigración de las almas de un cuerpo a otro.
A un bandolero que robaba ganados le obligó a devolverlos a sus propietarios al ordenar a un enjambre de abejas atacar al bandolero. La santa vivió en Irlanda, entre los siglos V y VI.

San Patricio


En irlandés antiguo se escribe Cothraige y en irlandés moderno Pádraig. Se enfrentó según la leyenda a los druidas, venciéndolos en combates mágicos. Poseía la ciencia de la adivinación, podía generar tormentas a voluntad, hacer que un discípulo caminase entre las llamas de un fuego sin sufrir daño, mientras que hacía que el druida se quemase. Estos poderes son los propios del dios Lug.

Santa Eulalia de Mérida

Santa Eulalia en su juventud fue una mujer pagana que había adquirido el conocimiento de una poderosa magia. Se ha relacionado a Santa Eulalia con la diosa celtíbera Ataecina, una diosa de la fertilidad, la muerte y la naturaleza. En la romanización Atecina fue asimilada a Proserpina, como se ha podido leer en la inscripción: “Dea Ataecian Turibrigensis Proserpina”. En Galicia fue venerada como lo confirma la lápida encontrada en Padrón: “Ataecín e Inferica” su culto fue muy popular en los primeros siglos del catolicismo en Extremadura, Salamanca, Galicia y Cataluña.

San Froilán

Según la leyenda nació en la ciudad de Lugo, fuera de los muros de la muralla, más debajo de la “Porta Miña”, un lugar que aun no está edificado y en el cual una lápida recuerda su nacimiento.

San Froilán procedía de una noble familia visigoda, con buenas relaciones con la corte. Durante el siglo IX san Froilán se dedico a evangelizar a una Galicia y el Bierzo que eran profundamente paganas en su espíritu. Disponía san Froilán de un burro y de bastantes libros, lo cual nos indica que era de familia con posibles. Un día mientras dormía un hambriento lobo mató y devoró a su burro. Al día siguiente al observar los restos de su fiel burro, San Froilán llamó al lobo, el cual se presentó y le dio la misión de portar sus hatillos con los libros, la ropa y otros útiles para la vida nómada. El lobo le sirvió durante toda su vida como misionero con gran lealtad, siendo inseparables. La domesticación de las fieras salvajes es un tópico en las leyendas celtas y las sagas germánicas. Lug, Wotan, los druidas y los magos como Merlín, tenían una especial vinculación con el lobo.

San Froilán no era buen orador, se dice que era tartamudo. Según su biografía legendaria, dios le reveló que debía introducir brasas ardientes en su boca para corregir la tartamudez. No solo no se quemó, sino que adquirió el don de la profecía. En el mundo indoeuropeo muchas veces el dios de una función carece del órgano relacionado con esta. Odín es tuerto y es un gran vidente. Tyr es manco y es un gran combatiente, al cual saludan los guerreros antes de la batalla. El dios veda Bhaga es ciego y es el encargado de repartir las partes de forma justa. El también dios veda, Savitr, es el dios que impulsa los sucesos, perdió las dos maños, Nuada, el rey de los Tuatha De Danann pierde una mano en una batalla lo cual le obliga a abdicar, pero la actuación e Miach le hace una mano de carne y puede volver a llevar a los dioses a la batalla.

La etimología de Froilán la podemos reconstruir. Está documentado en el año 1119 el nombre Froila, forma sincopada de Fronila y Frunila. Froilán procede del visigodo, al ser latinizado se paso a escribir como Fronilanus y el genitivo Fronilani.
Frunila es equivalente al Brunila o Brunilda que proviene de Brun-hild o Frun-hild. Hild o Hilde era el nombre de una diosa madre germánica con atributos similares a los de la diosa nordica Freyja. Una condesa lucense figura en un pergamino en el año 1178, con el nombre Fronilde.
En gótico “Fraujis” significa señor y “Hild” significa batalla guerra. Si suponemos que Froilán proviene de la latinización del Fraujishilde significaría señor de la guerra. Otra posibilidad sería Fraujisila, donde “ila” significa un diminutivo en la lengua goda, con lo cual Froilán significaría pequeño señor.






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