LA PERVIVENCIA DE LAS DIVINIDADES
CELTAS Y GERMÁNICAS EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO
Las
religiones nunca desaparecen por completo, siempre sobrevive una parte de la religión
antigua en la nueva, incorporándola para facilitar la transición entre las
creencias. Los celtas y germanos asimilaron muchos elementos de la religión
megalítica, que tuvo una gran expansión por el oeste europeo. Con la cristianización
de las naciones celtas y germánicas, sus creencias, sus costumbres y sus dioses
no pudieron ser lavados simplemente por el bautismo, persistiendo en el corazón
de los europeos muchos siglos después.
Un
número importante de festividades, mitos y héroes paganos permanecen aun hoy en
día insertados en el cristianismo europeo. Los procesos de adaptación y
mimetismo duran siglos, unas veces se conserva el nombre pagano inicial, en
otras ocasiones se adopta un nombre cristiano, pero si se escarba, debajo
subsiste la vinculación con un mito o una leyenda pagana. Muchos de los santos
de los primeros siglos del cristianismo son de difícil filiación, sus vidas y
milagros contienen tantos elementos paganos que con el paso de los siglos
fueron depurados para no levantar sospechas. A medida que el proceso de
catequización era más intenso, era evidente que muchos milagros de los santos
eran más propios de los demonios paganos que de Cristo. La hagiografía como
disciplina de la teología católica que estudia la vida de los santos, ha
cambiado sus paradigmas según cambiaban los tiempos, con la finalidad de
difundir su mensaje (verdadero o falso) de una manera más eficaz entre la población
europea. Animo al lector a leer la Leyenda Dorada, del dominico Jacobo de la
Vorágine, obra que los teólogos cristianos consideran fantasiosa, pero que
durante la edad media fue ampliamente copiada y contada al pueblo como una
verdad indubitable.
El
héroe solar san Miguel, vencedor del combate con el dragón Infernal, san Cristóbal,
un nuevo Atlas, la gran diosa madre virgen, con su hijo divino, etc., son
ejemplos por todos conocidos, independientemente si hemos sido o no
cristianizados.
El dios Aed y San Aed
Aed,
en irlandés significa fuego. En las sagas irlandesas designa al dios solar que
posee capacidad de lanzar rayos y truenos. El rayo fue siempre considerado un
atributo de los dioses de las primeras funciones. Entre los latinos y los
griegos, el padre de los dioses, Zeus y Júpiter lanzaban su terrible rayo sobre
aquellos que el castigo divino debía recaer. Thor era el dios del rayo y del
trueno, el campeón de los dioses contra los gigantes, al igual que su primo, también
pelirrojo, el hindú Indra.
Fue
cristianizado como San Aed. Se cuenta que el obispo y San Aed en una visita a
un monasterio femenino le estaba sirviendo una joven que Aed percibió que
estaba en cinta, hecho que no era conocido en la comunidad. Para evitar
contaminarse Aed salió del monasterio. La joven más tarde confesó el pecado y
San Aed bendijo el vientre que desapareció. San Aed era famoso por curar con
una piedra los dolores de cabeza, en una ocasión curo a Santa Brígida (Brigit).
Falleció en el año 589.
La diosa Ann o Dana y su cristianización
como Santa Ana
La
diosa solar protohistórica Dann, Dana o Ann, epónima de los Tuatha Dé Danann
(tribu de la diosa Danann) fue venerada como diosa triple, según el esquema
tradicional: en la forma de niña, mujer y anciana. Esto se debía a que la diosa
regía todas las etapas de la vida humana: desde el nacimiento a la muerte. Actividades
agrícolas, artesanales, el comercio, la guerra, etc., estaban bajo su poder. Cada
una de su hipostasias recibía un nombre: Macha, Mórrigan, Badbh, etc. Su
profunda presencia en el inconsciente del pueblo europeo facilitó su
asimilación con Santa Ana, la supuesta abuela de Jesús. La Biblia no menciona a
Santa Ana. Toda la información que se tiene de Santa Ana procede de los
evangelios apócrifos, condenados por la Iglesia católica como fuente de
doctrinas falsas y heréticas. El culto de Santa Ana, no se fundamente en las
escrituras; surgió en la Galia y de ahí se expandió por los países de substrato
celta.
Brigit y Santa Brígida
La
diosa irlandesa Brigit, era similar en funciones a la diosa Dana. Era la madre divina,
la diosa soberana, madre de las estrellas, protectoras de los poetas,
curanderos, herreros, alquimistas, etc. Estas creencias fueron asimiladas al
culto de Santa Brigit, madre abadesa del monasterio de Kildare, en el mismo
lugar donde estaba el centro de culto de la diosa Brigit. En el cenobio se daba
culto al fuego, cuidado por 19 monjas (vírgenes) que se turnaban cada día. El vigésimo
día, se encargada del fuego Santa Brigit. Las analogías con el Templo de Vesta
y las vestales no pasaron desapercibidas.
Un
bardo cantó a la diosa Brigit; “La llama pura, inextingible y sin ceniza de los
Gaels”. Las diosas y los dioses irlandeses eran dioses generalistas, con muchas
funciones y poco especializados. En Brigit estaban presentes las funciones de
protección del ganado, la cosecha, los partos, los niños, etc.
Su
símbolo es la esvástica solar, cristianizada como cruz de Santa Brígida,
protectora frente al fuego. Su festividad cristiana se celebraba el 1º o 2º de
febrero. El fuego de Santa Brigit se mantuvo encendido en el cenobio, sin
interrupción desde la fundación en el siglo VI, hasta que las autoridades
religiosas en cumplimiento de la normativa emanada de la contrarreforma
obligaron a apagarlo. Era demasiado pagano y poco bíblico.
Según
la medievalista Paula Berger, en el personaje de Santa Brigit se encuentra la
translación de elementos de la antigua diosa Brigit a la santa. Las biografías
sobre santa Brigit presentan notables incongruencias, esto ha llevado a finales
del siglo XX a un intenso debate sobre su historicidad. La cuestión no es
banal, pues Santa Brigit es patrona de Irlanda.
El
nombre de Brigit, procede del protoindoeuropeo, significando altura, alto,
elevado, eminente, sublime. Las ciudades con términos que contienen la raíz burg/berg,
suelen encontrarse con frecuencia en los países germánicos y celtas.
San Brando, San Borondón
El
dios celta Bran (irl. cuervo) tenía las funciones de la magia, el acompañar a
las almas de los fallecidos al Otro mundo (psicopompo), entre otras. El relato
del viaje de Brandan, Navigatio Brandanis, cristianizado como San Brandán,
Borondón, Barondón, etc. En su viaje San Brandan recala en una maravillosa isla
situada en medio del océano. Es la isla Afortunada, donde viven los muertos, un
paraíso natural. Cuando regresa a su patria percibe que todo ha cambiado, da la
impresión que han transcurrido siglos. El primero de los navegantes que salta a
tierra, se convierte en polvo y entonces Brandán ordena hacerse de nuevo a la
mar.
El
viaje se San Brandán, escrito por un poeta de la corte anglonormanda de de
Enrique I es un relato que se enmarca dentro de la literatura fabulosa de
inspiración céltica, como las obras del ciclo Artúrico y del Graal. Este libro
tuvo gran influencia en Castilla en la exploración de las islas Canarias,
también llamadas afortunadas. Hay una leyenda de una isla en el archipiélago canario
que aparece y desaparece, situada entre las islas de Palma, la Gomera y Hierro.
Durante los siglos XVI al XVIII se organizaron expediciones para encontrarla. El
ingeniero al servicio de Felipe II, Leonardo Torriani llegó hasta describir sus
dimensiones.
El dios celta Gobbán y Santa Gobnait
Gobban
o Goibnui es el dios celta herrero, análogo al dios Vulcano latino o al Hefesto
griego. Las analogías entre los panteones nunca son exactas. En el caso irlandés,
sus dioses no están tan especializados como los germánicos o los griegos. Nuestro
Gobbán además de ser dios de la metalurgia, es el dios del Mundo subterráneo, preside
los festejos de los muertos. Por lo tanto es una especie de Vulcano y Plutón,
salvando las diferencias. La vida en el infierno celta es apacible. Se consumen
bebidas y alimentos mágicos que otorgan a los muertos la inmortalidad. La cerveza
y los cerdos siempre se regeneran, como sucedía con jabalí que comen los guerreros
del Valhalla, Saehrimnir que se cocinaba todos los días y volvía a estar entera
cada noche.
Santa
Gobnait (irl. Pequeña herrera) es venerada en Ball Vourney, condado de Cork,
probablemente un antiguo santuario celta, donde hay restos de minería y
metalurgia. Era hermana de Santa Abban, en su familia había un profunda disputa
y huyó a la isla de Aran. Allí un ángel le dijo “no es el lugar de tu resurrección”.
El ángel le dijo a Santa Gobnait que debía buscar un lugar donde pastasen nueve
ciervos blancos. Tenía gran admiración la santa por las abejas, predicando que
las almas abandonaban los cuerpos en forma de abeja. Esta doctrina es contraria
a la resurrección de los cuerpos del cristianismo. Esta teoría estaría más próxima
de una metempsicosis o transmigración de las almas de un cuerpo a otro.
A
un bandolero que robaba ganados le obligó a devolverlos a sus propietarios al
ordenar a un enjambre de abejas atacar al bandolero. La santa vivió en Irlanda,
entre los siglos V y VI.
San Patricio
En
irlandés antiguo se escribe Cothraige y en irlandés moderno Pádraig. Se enfrentó
según la leyenda a los druidas, venciéndolos en combates mágicos. Poseía la
ciencia de la adivinación, podía generar tormentas a voluntad, hacer que un
discípulo caminase entre las llamas de un fuego sin sufrir daño, mientras que
hacía que el druida se quemase. Estos poderes son los propios del dios Lug.
Santa Eulalia de Mérida
Santa
Eulalia en su juventud fue una mujer pagana que había adquirido el conocimiento
de una poderosa magia. Se ha relacionado a Santa Eulalia con la diosa celtíbera
Ataecina, una diosa de la fertilidad, la muerte y la naturaleza. En la romanización
Atecina fue asimilada a Proserpina, como se ha podido leer en la inscripción: “Dea
Ataecian Turibrigensis Proserpina”. En Galicia fue venerada como lo confirma la
lápida encontrada en Padrón: “Ataecín e Inferica” su culto fue muy popular en
los primeros siglos del catolicismo en Extremadura, Salamanca, Galicia y
Cataluña.
San Froilán
Según
la leyenda nació en la ciudad de Lugo, fuera de los muros de la muralla, más debajo
de la “Porta Miña”, un lugar que aun no está edificado y en el cual una lápida
recuerda su nacimiento.
San
Froilán procedía de una noble familia visigoda, con buenas relaciones con la
corte. Durante el siglo IX san Froilán se dedico a evangelizar a una Galicia y
el Bierzo que eran profundamente paganas en su espíritu. Disponía san Froilán
de un burro y de bastantes libros, lo cual nos indica que era de familia con
posibles. Un día mientras dormía un hambriento lobo mató y devoró a su burro. Al
día siguiente al observar los restos de su fiel burro, San Froilán llamó al
lobo, el cual se presentó y le dio la misión de portar sus hatillos con los
libros, la ropa y otros útiles para la vida nómada. El lobo le sirvió durante
toda su vida como misionero con gran lealtad, siendo inseparables. La domesticación
de las fieras salvajes es un tópico en las leyendas celtas y las sagas
germánicas. Lug, Wotan, los druidas y los magos como Merlín, tenían una
especial vinculación con el lobo.
San
Froilán no era buen orador, se dice que era tartamudo. Según su biografía
legendaria, dios le reveló que debía introducir brasas ardientes en su boca
para corregir la tartamudez. No solo no se quemó, sino que adquirió el don de
la profecía. En el mundo indoeuropeo muchas veces el dios de una función carece
del órgano relacionado con esta. Odín es tuerto y es un gran vidente. Tyr es
manco y es un gran combatiente, al cual saludan los guerreros antes de la
batalla. El dios veda Bhaga es ciego y es el encargado de repartir las partes
de forma justa. El también dios veda, Savitr, es el dios que impulsa los
sucesos, perdió las dos maños, Nuada, el rey de los Tuatha De Danann pierde una
mano en una batalla lo cual le obliga a abdicar, pero la actuación e Miach le
hace una mano de carne y puede volver a llevar a los dioses a la batalla.
La
etimología de Froilán la podemos reconstruir. Está documentado en el año 1119
el nombre Froila, forma sincopada de Fronila y Frunila. Froilán procede del
visigodo, al ser latinizado se paso a escribir como Fronilanus y el genitivo
Fronilani.
Frunila
es equivalente al Brunila o Brunilda que proviene de Brun-hild o Frun-hild.
Hild o Hilde era el nombre de una diosa madre germánica con atributos similares
a los de la diosa nordica Freyja. Una condesa lucense figura en un pergamino en
el año 1178, con el nombre Fronilde.
En
gótico “Fraujis” significa señor y “Hild” significa batalla guerra. Si
suponemos que Froilán proviene de la latinización del Fraujishilde significaría
señor de la guerra. Otra posibilidad sería Fraujisila, donde “ila” significa un
diminutivo en la lengua goda, con lo cual Froilán significaría pequeño señor.
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