Las Primeras Incursiones Vikingas en
España
La primera noticia de la llegada
de vikingos a España la sitúa en el año 844. El obispo Prudencio, de origen
español que participó en la redacción de
los Annales Bertiniani, del monasterio de San Bertín, en la actual Bélgica nos
aporta interesantes datos. Según estos Annales, los vikingos llegaron a España en
el año 844 empujados por una tempestad en aguas del Cantábrico, desembarcando
en las costas gallegas. Las incursiones en la costa francesa son poco
anteriores, con lo cual es de suponer que esta incursión del 844 debió ser la
primera que hicieron los vikingos en España. Prudencio escribió al respecto:
“Nortmanni per Garrondam Tolosam
usque proficiscentes, praedas passim impuneque perficiunt; unde regressi quídam
Galliciamque adgressi, partim balistatariorum occursu, partim tempestate maris
intercepti dispereunt; sed et quídam eorum ulterioris Hispaniae partes adorsi,
diu acriterque cum Sarracenis dimicantes, tándem victi resiliunt”[1]
El Chronicon Albeldense confirma estos datos:
“Eo tempore (Reinado de Ramiro I)
Lordomani in Asturias venurunt[2].
El Chronicon Sebastiani es más
exacto y durante el reinado de Ramiro I afirma:
“Itaque subsequenti tempore
Nordomannorum clases per septentrionalem Oceanum ad littus Gegionis Civitatis
adveniunt, et inde and locum qui dicitur Farum Bergantium, perrexentunt: quod
ut comperit Ranimirus jam factus Rex, misit adversus eos Exercitum cum Ducibus
et Comitibus, et multitudinem eorum interfecit, ac naves igne combusit: qui
vero ex eis remaserunt, Civitatem Hispaniae Hispalim irruperunt, et praedam ex
ea capientes plurimos Chaldaeorum gladio atque inge interfecerunt[3].
Durante esta época surgió la leyenda del obispo Gonzalo de la diócesis de Bretoña (antecesora de la diócesis de Mondoñedo, Lugo): al llegar a la entrada del río Masma un gran número de embarcaciones vikingas, los habitantes acudieron a la protección del obispo, al que consideraban santo. Gonzalo rezó pidiendo la protección del cielo contra el ataque y entonces se desató una gran tempestad que hundió la mayor parte de la flota invasora. Estos poderes del obispo Gonzalo nos recuerdan a los que tenían los santos irlandeses Aed y Patricio.
Los hechos parece que fueron los
siguientes: los vikingos llegaron por primera vez a España durante el reinado
de Ramiro I y realizaron varias incursiones por la costa cantábrica en
dirección al oeste hasta llegar a la Coruña. En esta plaza entraron en batalla
y sufrieron una grave derrota, tanto en bajas humanas como en la pérdida de
barcos. Los vikingos después de ser
derrotados en la Coruña, buscaron venganza en Sevilla, donde llegaron el 1 de
octubre del año 844. La flota vikinga bajo por la costa de Portugal entrando en
el estuario del Tajo y saqueando la ciudad de Lisboa durante trece días. En
esta época Lisboa estaba en territorio sarraceno.
Partieron los vikingos hacia el
Sevilla, entrando en la desembocadura del Guadalquivir, donde saquearon la
plaza de Sevilla, hecho que narran con detalle las fuentes musulmanas. Los
vikingos sembraron el pánico por toda Andalucía.
El número de naves vikingas varía
según la fuente consultada. Algunas fuentes dicen que las embarcaciones
quemadas en la Coruña fueron unas 70 y que llegaron a Sevilla otras 80 naves.
Lo más seguro es que no navegasen
todas juntas sino en flotillas que se reunían para el asalto de la costa.
El relato de Ibn al Cutia, del
siglo X, dice que los vikingos destruyeron en aquella ocasión la mezquita de
Sevilla y la muralla de la ciudad. Las bajas vikingas fueron 16000[4], a todas
luces excesivas, pues probablemente no habría tantos vikingos navegando en el
océano Atlántico en el año 844.
Cuando los vikingos llegaron a
Sevilla por segunda vez en el periodo 858-859, los musulmanes estaban bien
preparados y los rechazaron en el estuario del Guadalquivir, sin poder saquear
Sevilla.
Vicente Risco[5] nos dice
que el líder de la expedición vikinga del año 844 fue Wittingur, Howich o
Bjoern Cote-de-Fer, este último también sería el líder para el historiador
Murgía.
El historiador Vicente Almazán,
que ha estudiado con detalle este periodo no pudo encontrar la fuente en la que
se basaban los dos anteriores autores para asignar el mando de la expedición.
Por el momento la historia no lo puede esclarecer.
[1]
Momumenta Germ. Hist. Script I, pág. 441
[2] España
Sagrada, XIII, pág. 453.
[3] España
Sagrada, XIII, pág. 489.
[4]
Gallaecia Scandinavica, Vicente Almazán, Editorial Galaxia 1986. Vigo.
[5] Historia
de Galicia, Vigo, 1978, pág. 41.
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