Los
Æsir y los Vanir
En Asgard viven los Æsir, pero
también un grupo selecto de Vanir que se han integrado en la sociedad de los Æsir,
después de la paz acordada entre ambas razas de dioses. Los más importantes son
Njörd, Freyr y Freyja. Los Vanir son los dioses de la riqueza, la abundancia, la
prosperidad, la fertilidad, los placeres sexuales, la felicidad, etc.; motivo
por el que su culto se centra en estas cuestiones. Njörd es un gran marino,
protege y enriquece a los pescadores y navegantes. Su hijo, Freyr es el dios
que protege la paz y la prosperidad, tanto a nivel personal como comunitario.
Su hermana, Freyja es la diosa del amor y de los ciclos de la vida. A los Æsir
les preocupa poco o nada la prosperidad económica. Su vida se centraba en las
aventuras, la guerra y la magia. Los mitólogos han formulado varias teorías
para explicar la diferencia radical entre Æsir y Vanir. Una las teorías más
difundidas propone asimiliar el culto a los Æsir a los pueblos protogermanos
que llegaron al norte de Europa. El culto a los Vanir procedería de la
población anterior que fue conquistada por los protogermanos. Otra teoría más
actual considera que los Æsir y Vanir son dos grupos de dioses complementarios
que proceden del substrato cultura protoindoeuropeo.
Los Vanir según las Eddas eran una
raza pacífica, que cultiva los campos, la ganadería, el comercio y los oficios.
Esto dio como resultado una sociedad próspera, donde las comodidades y la
riqueza eran valoradas.
En el Völuspa se cuenta como los
Vanir estaban deseosos de transformar a los aguerridos Æsir en pacíficos
hombres de negocios. Con esta delicada misión enviaron a una poderosa maga, llamada
Gullveig, para transmitirles una pasión sin límites por el oro. Los Æsir
valoraron en mucho la importancia del oro y como Gullveig les había mostrado que
era capaz de producir oro, estos intentaron bajo tortura que les enseñase su
ciencia. Gullveig se negó, a pesar de ser atravesada con lanzas. Al final los Æsir
demostraron poca paciencia y prefirieron vengarse de su negativa quemándola. La
quemaron una vez, pero Gullveig resucitó, lo hicieron una segunda vez y volvió
a la vida. La tercera vez que Gullveig fue quemada, resucitó con más poder. Se
había transmutado en Hei∂r, una poderosísima hechicera, con poderes inmensos.
Los Vanir, al conocer el trato recibido
por Gullveig, exigieron de los Æsir una gran suma de oro como compensación o
ser recibidos en igualdad entre los Æsir. Los Æsir en consejo de guerra
decidieron no plegarse a las exigencias de los Vanir, pues aceptar cualquiera
de las condiciones impuestas por los Vanir supondría una pérdida de prestigio.
Los Æsir irían a la guerra, su actividad favorita.
Los Æsir planearon una campaña
intensa pero corta en el tiempo. Wotan al frente de sus huestes marchó con paso
decidido hacia la Gloria, pero los Vanir les sorprendieron con una gran
tenacidad y destreza militar, que no se esperaban los Æsir en
un pueblo de ganaderos y comerciantes. Vanaheim y Asgard fueron esquilmados.
La realidad se había impuesto en
forma de una cruenta guerra, con éxitos y fracasos alternos, sin que se
vislumbrase quien saldría vencedor. Era absurdo continuar con una devastación
que en nada cambiaba las cosas, ninguno de los bandos podía imponerse por medio
de la violencia. Los Æsir y los Vanir pactaron una tregua y se reunieron para
buscar una paz duradera. Para sellar el acuerdo se intercambiaron rehenes. Cada
bando ofrecería a los más ilustres. Por parte de los Æsir se entregaron como
rehenes a Hoenir, al que presentaron como el más capacitado para ser dirigente
y Mimir un gran sabio. Los Vanir ofrecieron a Njörd, hombre rico, experto en
todo lo relacionado con el mar, su hijo Freyr y su hija Freyja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario