jueves, 21 de febrero de 2019

Los Æsir y los Vanir


Los Æsir y los Vanir

En Asgard viven los Æsir, pero también un grupo selecto de Vanir que se han integrado en la sociedad de los Æsir, después de la paz acordada entre ambas razas de dioses. Los más importantes son Njörd, Freyr y Freyja. Los Vanir son los dioses de la riqueza, la abundancia, la prosperidad, la fertilidad, los placeres sexuales, la felicidad, etc.; motivo por el que su culto se centra en estas cuestiones. Njörd es un gran marino, protege y enriquece a los pescadores y navegantes. Su hijo, Freyr es el dios que protege la paz y la prosperidad, tanto a nivel personal como comunitario. Su hermana, Freyja es la diosa del amor y de los ciclos de la vida. A los Æsir les preocupa poco o nada la prosperidad económica. Su vida se centraba en las aventuras, la guerra y la magia. Los mitólogos han formulado varias teorías para explicar la diferencia radical entre Æsir y Vanir. Una las teorías más difundidas propone asimiliar el culto a los Æsir a los pueblos protogermanos que llegaron al norte de Europa. El culto a los Vanir procedería de la población anterior que fue conquistada por los protogermanos. Otra teoría más actual considera que los Æsir y Vanir son dos grupos de dioses complementarios que proceden del substrato cultura protoindoeuropeo.

Los Vanir según las Eddas eran una raza pacífica, que cultiva los campos, la ganadería, el comercio y los oficios. Esto dio como resultado una sociedad próspera, donde las comodidades y la riqueza eran valoradas.
En el Völuspa se cuenta como los Vanir estaban deseosos de transformar a los aguerridos Æsir en pacíficos hombres de negocios. Con esta delicada misión enviaron a una poderosa maga, llamada Gullveig, para transmitirles una pasión sin límites por el oro. Los Æsir valoraron en mucho la importancia del oro y como Gullveig les había mostrado que era capaz de producir oro, estos intentaron bajo tortura que les enseñase su ciencia. Gullveig se negó, a pesar de ser atravesada con lanzas. Al final los Æsir demostraron poca paciencia y prefirieron vengarse de su negativa quemándola. La quemaron una vez, pero Gullveig resucitó, lo hicieron una segunda vez y volvió a la vida. La tercera vez que Gullveig fue quemada, resucitó con más poder. Se había transmutado en Hei∂r, una poderosísima hechicera, con poderes inmensos.

Los Vanir, al conocer el trato recibido por Gullveig, exigieron de los Æsir una gran suma de oro como compensación o ser recibidos en igualdad entre los Æsir. Los Æsir en consejo de guerra decidieron no plegarse a las exigencias de los Vanir, pues aceptar cualquiera de las condiciones impuestas por los Vanir supondría una pérdida de prestigio. Los Æsir irían a la guerra, su actividad favorita.
Los Æsir planearon una campaña intensa pero corta en el tiempo. Wotan al frente de sus huestes marchó con paso decidido hacia la Gloria, pero los Vanir les sorprendieron con una gran tenacidad y destreza militar, que no se esperaban los     Æsir en un pueblo de ganaderos y comerciantes. Vanaheim y Asgard fueron esquilmados.

La realidad se había impuesto en forma de una cruenta guerra, con éxitos y fracasos alternos, sin que se vislumbrase quien saldría vencedor. Era absurdo continuar con una devastación que en nada cambiaba las cosas, ninguno de los bandos podía imponerse por medio de la violencia. Los Æsir y los Vanir pactaron una tregua y se reunieron para buscar una paz duradera. Para sellar el acuerdo se intercambiaron rehenes. Cada bando ofrecería a los más ilustres. Por parte de los Æsir se entregaron como rehenes a Hoenir, al que presentaron como el más capacitado para ser dirigente y Mimir un gran sabio. Los Vanir ofrecieron a Njörd, hombre rico, experto en todo lo relacionado con el mar, su hijo Freyr y su hija Freyja.



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