jueves, 25 de abril de 2019

Las Urheimat Secundarias en la Obra del Profesor von Ihering


Si comparamos las lenguas indoeuropeas entre sí se observan grupos, cada grupo supone que hubo una Urheimat secundaría de donde surgió una protolengua de la cual derivaron las lenguas de una familia. Las lenguas germánicas, itálicas, griegas, célticas, bálticas, eslavas, etc., se originaron en regiones donde sus habitantes estuvieron lo suficientemente aislados del resto de los indoeuropeos para formar una lengua con sus peculariedades. Las migraciones de los indoeuropeos eran lentas; mujeres y niños, no podían avanzar tan rápidamente como un escuadrón de caballería. Por ejemplo: los hunos, mongoles y turcomanos enviarón ejércitos veloces que sometían países rápidamente. Después llegarían las familias para colonizar los territorios conquistados. ¿Dónde se formaron las Urheimats secundarias? ¿Dónde se diferenciaron los europeos de los indoiránios? ¿Dónde aprendieron los europeos las técnicas agrícolas? Esta fue la Segunda Patria, un lugar que condicionó el carácter de los pueblos europeos. Según von Ihering, fue en la Segunda Patria donde los protoeuropeos[1] aprendieron a las técnicas agrícolas. El arado era de madera y era tirado por una pareja de personas. En la expresión “yugo del matrimonio” encuentra von Ihering una reminiscencia de la época de la Segunda Patria. Las personas que se unen para tirar del jugo constituyen un matrimonio: con-jug-um. La mujer después del matrimonio pronunciaba la fórmula: “ubi tu Gaius, ego tibi Gaja” (donde tú tires del arado, yo tiraré). En alemán se conserva la expresión “Was treibst du”. En las lenguas europeas no se conservan términos comunes para designar al abono. Esto nos lleva a suponer que en la Patria Secundaria, los protoeuropeos desconocían el uso de los fertilizantes. Esta nueva patria tendría que ser un lugar muy fértil para poder mantener a un pueblo tan numeroso y por un periodo de tiempo largo. Von Ihering propone primeramente las tierras aluviales del Volga, famosas por su fertilidad como lugar donde se asentó la Segunda Patria.

Nos se puede saber si para la recolección de los cereales se llegó a emplear la guadaña, la hoz o si se recogían a mano. La molienda se realizaba con molinos de brazo, de los cuales se han recuperado muchos en los yacimientos arqueológicos. La lingüística nos confirma que este molino fue empleado por los protoeuropeos: en griego mola, en gótico malam, en irlandés malin, en eslavo mija, en latín malti. Siendo este término desconocido en el protoindoeuropeo. La propiedad privada de los campos, pastos y bosques no era conocida. Los germanos y los eslavos tardaron mucho tiempo en adquirir esta institución, lo cual no deja duda que no existió la propiedad privada en la Segunda Patria.
Si los germanos y eslavos hubiesen conocido esta institución en la Segunda Patria no volvería a la propiedad común, un régimen de explotación menos eficiente. Rómulo al fundar Roma repartió la tierra laborable dando a cada nuevo ciudadano dos jugera como fundo hereditario (heredium). En opinión de von Ihering, los itálicos al llegar a Italia adquirieron la institución de la propiedad privada del suelo rústico. En tiempos históricos podemos observar las tres soluciones:

1.      Cultivo colectivo y distribución de la producción entre los trabajadores. Era común entre los eslavos hasta el siglo XIX.
2.      Las tierras de labor se sortean y son trabajadas por unidades familiares que se quedan con la cosecha. Periódicamente se vuelven a repartir las fincas, para equilibrar las calidades. Es el modelo descrito por Tácito entre los germanos[2].
3.      Propiedad privada de las fincas de labor.

Esta circunstancia nos lleva a considerar que el modelo de explotación comunal era el propio en la Segunda Patria y que los eslavos fueron los últimos en abandonarla, tardando muchos siglos en adquirir la institución de la propiedad privada. Los pueblos tardan mucho tiempo en cambiar sus instituciones y mentalidades. Los habitantes indígenas de la Segunda Patria pasaron a estar sujetos a los europeos a través de una institución similar al vasallaje. El término vasallo no era conocido por el Urvolk, sí la esclavitud. En las lenguas europeas se encuentran términos para referirse a los vasallos, pero no proceden de la misma raíz. Iliotas (griego), clientes (romanos), hören (alemán). Inmediatamente nos surge la pregunta: si era una institución principal en la Segunda Patria, ¿cómo es que no se ha conservado este término en las lenguas europeas? Nos extraña que von Ihering no se haya formulado esta cuestión.
Von Ihering siendo consecuente con el modelo de explotación que se postula para la Segunda Patria, consideró que la relación de vasallaje o servidumbre del pueblo nativo sometido, se prestaba de forma colectiva a los protoeuropeos. Al no existir un vasallaje privado. La Segunda Patria se situaría entre los ríos Don, Dnieper, Dniester y el Danubio (segunda propuesta de von Ihering). Una región coincidente, aunque más amplia que la propuesta por la Teoría de la Cultura de los Kurganes como Urheimat de los protoindoeuropeos. ¿No estarán confundiendo los defensores de la teoría de los Kurganes la Segunda Patria con la Primera Patria? Como ya hemos visto, la determinación del Urheimat es compleja. Como sabemos, von Ihering era defensor de situar Urheimat en los valles soleados del Hindú Kush. Los protoeuropeos deberían seguir una ruta por Tayikistán, Uzbekistan, Kazajistán, llegando a la costa del mar Caspio, cruzando el gran Volga. A esta conclusión llegó von Ihering a finales del XIX.

En qué orden fueron saliendo de la Segunda Patria los pueblos europeos. Para intentar responder parcialmente a esta cuestión von Ihering propone el método de comprobar que lenguas tienen más elementos procedentes de los nativos de la Segunda Patria. Los griegos y latinos son los que tienen menos términos procedentes de los pueblos vasallos y conservan una sintaxis más próxima al védico[3].  Los eslavos fueron los últimos en abandonar la Segunda Patria. El orden de salida fue: griegos, italiotas, celtas, germanos y eslavos. Sin duda, como hemos visto en los primeros capítulos de este libro, este orden es el que parece más natural, coincide además con la entrada en la historia europea de los pueblos y no faltan argumentos lingüísticos que lo fundamenten, pero von Ihering no presenta una argumentación para sostener esta conclusión. ¿Cómo se fueron estableciendo los grupos lingüísticos en el territorio europeo? Von Ihering propone la teoría del espacio ocupado. Los griegos ocuparon el sur de los Balcanes, por lo que los itálicos prefirieron ir a zonas no ocupada por otros pueblos europeos. Un enfrentamiento entre estos sería más duro y sangriento que con los pueblos de la vieja Europa. Los celtas encontraron libre grandes extensiones del oeste del continente. Ocuparon zonas de Alemania, llegando al sur de Dinamarca, Francia y la Península Ibérica. Los germanos ocuparon Alemania y el sur de Escandinavia, que están prácticamente vacías de europeos. Los eslavos fueron los últimos en salir, aunque se puede decir que nunca abandonaron la Segunda Patria, pues a día de hoy, los rusos y ucranianos siguen ocupando esta región.  Los eslavos formaron un continuo desde los Balcanes a los confines de Europa. Los germanos posteriormente invadirán el Imperio Romano, formando las naciones actuales de Europa Occidental. Los eslavos, en opinión de von Ihering, al estar menos siglos ocupados en migraciones, desarrollaron un carácter más pacífico y son los únicos europeos que no crearon imperios de ultramar. En el esquema inferior resumimos las ideas expuestas en este capítulo.






[1] Utilizamos el término protoeuropeo con el significado de protolengua que dio origen a la mayoría de las lenguas europeas: germánicas, latinas, célticas, bálticas y eslavas. 
[2] Rudolf von Ihering, opus cit., pág. 298.
[3] Von Ihering pensaba que el Ursprache y el védico era muy próximos. El término ario, Urvolk y pueblo padre era prácticamente sinónimos para el sabio alemán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario